La gran fiesta del fútbol

El 14 de julio de 2024, quedará marcado en la historia, como el día en el que la afición mundial futbolística, pudo disfrutar de dos partidos decisivos de grandes competencias: la final de la Copa de Europa de selecciones en Alemania, conocidas simplemente como la Eurocopa y, la final de la Copa América en Estados Unidos.

Me refiero a ambas competencias por las horas en las que se disputaron, no antepongo a una sobre otra; si por antigüedad fuera, primero tendríamos que mencionar la competencia americana que se inició en 1916 mientras que la de Europa no fue hasta 1960, cuando en París, la para entonces existente Unión Soviética, liderada por el mítico Lev Yashin, la Araña Negra, se llevó los máximos honores.

Aquel domingo, primero disfrutamos de la final de la Eurocopa y, ya en la noche, casi entrando el día lunes en este lado del mundo, la del nuevo continente.

Quiero aclarar que mientras vi casi todos los partidos de la Eurocopa, de la Copa América vi algunos en repetición y eso sí, los resúmenes de cada uno de ellos y por supuesto todos los goles. Las transmisiones aquí en esta parte del mundo, eran después de la media noche y ello no fue bueno para la audiencia televisiva.

EUROCOPA

No vamos a insistir mucho en pormenorizar cómo sucedió, ya todo el mundo lo vio; solo resaltar lo más llamativo que fue que los estadios estaban siempre llenos, que se esperaba una organización perfecta ya que se jugaba en Alemania, pero que hubo muchas críticas sobre todo por temas de seguridad, en distintos partidos aparecieron espontáneos que se lanzaban al campo, en otros no se controló el ingreso a los estadios con bengalas.

En lo meramente futbolístico déjenme decirles que yo no veía a priori a España como favorito; siempre mantuve que Francia, Portugal, Alemania e Inglaterra eran los llamados a llevarse el entorchado. Pero mira por donde la España de Luis de la Fuente, el sucesor del inaguantable Luis Enrique, se llevó los máximos honores, y de manera más que merecida.

 
Con un grupo de jugadores jóvenes, muchos de ellos desconocidos para el gran público, España fue la selección que mejor fútbol practicó, y lo más importante, fue la única que en cada partido salía a ganar y, no como casi todos los demás, a no perder. Turquía, en mi criterio, fue la otra que siempre propuso juego ofensivo. Los demás fueron muy especulativos, salían con ese plan premeditado de no arriesgar y ver si por el camino conseguían algún gol que les diera el triunfo.

En síntesis, el mundo futbolístico fue casi unánime en considerar que España fue el justo vencedor. Una España que a la vez logró para sí y para la competencia cosas inéditas: primer equipo en ganar sus siete partidos (eso le reportó una ganancia, incluyendo el premio por el título de 28 millones 500 mil euros), primera selección en conquistar cuatro Eurocopas (1964, 2008, 20012 y 2024). Atrás quedan los alemanes con tres y los italianos y franceses con dos. Además, primera vez en su historia que le gana en un torneo importante al anfitrión (en este caso a Alemania), primera vez que le ganó a Inglaterra en partido oficial de la Eurocopa y además, que en el camino derrotó a los cinco campeones del mundo que ha tenido Europa, más España por supuesto: Italia, Alemania, Francia e Inglaterra, más a la subcampeona Croacia (las otras víctimas fueron Albania y Georgia). ¡Casi nada!

En lo individual metió hasta siete jugadores en el 11 escogido por la prensa de mejores en su puesto: Carvajal, Cucurella (ambos laterales), Olmo, Fabián y Rodrigo en la media y arriba Nico Williams y Lamine Yamal, que de paso con sus 16 años (durante la competencia cumplió los 17) fue escogido como el mejor joven.

COPA AMÉRICA

Repito que no pude seguir esta competencia con tanta asiduidad como la de Europa. Las transmisiones eran a las 2 de la madrugada y yo a esa hora suelo estar durmiendo. Pero al día siguiente me levantaba para disfrutar de los resúmenes de los partidos y de los goles. Por ello no estoy en capacidad de manifestar mi opinión personal sobre si Argentina mereció el título o no. Tengo que llevarme por lo que han dicho los periodistas que cubrieron el evento; comunicadores que opinan según sean sus preferencias, cosa por otro lado hasta entendible.

Las opiniones están divididas: unos dicen que sí lo mereció y otros señalan que Argentina fue favorecida nuevamente por el arbitraje. En el partido decisivo contra Colombia hablan de algún penalti no pitado contra la albiceleste. Lo que no termino de entender es por qué Argentina jugó todos sus partidos en la costa este de Estados Unidos mientras las demás selecciones tenían que atravesar el país de lado a lado. Igualmente cómo no hubo cruce de equipos entre las dos llaves. Nunca se había visto que un equipo se enfrente a otro en primera fase y luego en semifinales como fue el caso de Argentina-Canadá.

Vi completos, en repetición, los partidos de Venezuela. Contra Ecuador se ganó pienso yo, por estar en ventaja numérica. Expulsaron temprano a un ecuatoriano y aun así se fueron arriba en el marcador. Se le dio la vuelta, se ganó, y ahí fue cuando ya comenzaron los exagerados de siempre a decir que había posibilidades no solo de pasar a la siguiente ronda sino hasta de llegar a la final. Bueno, opiniones hay para todos los gustos. La mayor machada fue ganarle a México, sobre todo para callarle la boca a aquellos “comunicadores manitos” que les oí decir que “perder con Venezuela no se contemplaba”… y mira por donde les ganamos.

Contra Jamaica se ganó fácilmente y ya, sin perder un partido, nos metimos en cuartos. Pienso que hubo algunos que se pasaron de optimistas, daban como seguro que seríamos rivales de Argentina en las semifinales y “que hasta podíamos dar la campanada”. Nada peor que vender los huevos antes de que las gallinas los pongan; con Canadá se llegó al final con empate a uno en un partido donde los canadienses fueron superiores. En los penaltis ellos marcaron cuatro por tres de nosotros y hasta ahí llegó la fiesta.

Para mí lo importante de Venezuela fue haber demostrado que “sí se puede”, que hay armas para clasificar al Mundial 2026 que es en definitiva lo que debe contar para nosotros.

Hubo en esta Copa América muchos problemas extra fútbol, sobre todo por la organización y seguridad. Estadios muy grandes que en muchos encuentros presentaban gradas sin público, invasiones del terreno por parte de espontáneos, la avalancha incontrolada en la final con miles de personas que se colaron sin entradas dejando por fuera a las que si habían pagado. En fin, que en lo que a organización y seguridad respecta hubo muchas cosas que lamentar: ojalá los americanos hayan tomado debida nota y que el mundial que van a presentar conjuntamente con México y Canadá en dos años sea diferente; para mejor, claro.

Marcelo Bielsa, argentino que dirigió la selección de Uruguay, fue otro que puso el grito en el cielo, no solo por los arbitrajes ladinos sino por el estado del terreno de juego en muchos campos (estadios de futbol americano de grama artificial a los que colocaron encima planchas de césped o pasto natural que no encajaban bien) y sobre todo por los complejos para entrenamientos que eran, según él, deplorables. Ya la Conmebol se encargará de pasarle factura por haber sido tan claro.

Ahora a esperar la sanción a jugadores de Uruguay como Darwin Núñez, Ronald Araujo (lesionado de gravedad y en dique seco hasta enero), o Betancourt por su pelea a piñazo limpio en las gradas contra seguidores colombianos. Dice Bielsa que el colmo sería tomaran represalias contra ellos por haber hecho el trabajo que tenía que haber realizado la policía.

En fin, nuevo título para Argentina, trofeo de más valioso para James Rodríguez de Colombia que vuelve en una segunda juventud, y un torneo, el más antiguo del mundo a nivel de selecciones, que hay que cuidar y mejorar.

Argentina cierra el ciclo: Copa América-Mundial-Copa América igualando la gesta de España de Eurocopa-Mundial-Eurocopa.