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Reyes Álamo Lima
Periodista , Escritor, Comentarista Deportivo Radio y Televisión.
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@reyesalamolima


¿Exceso de fútbol?

El aficionado joven piensa que en Europa siempre existió la Champion, La Europa League, la Liga Conferencia, La Eurocopa de Naciones y Liga de Naciones, la Supercopa de Europa, las Copas y Supercopas de cada país y por supuesto los campeonatos de liga con 38 fechas cada uno de ellos. Nada que ver, si nos remontamos tan solo a los 50, el fútbol era algo de fin de semana, en cada país se disputaba su liga con 30 fechas como mucho y la correspondiente Copa.

Durante la semana los equipos solo entrenaban y no todos los días; además eran entrenamientos no tan fuertes y científicos como lo de hoy día. Antes había un entrenador y un masajista que se encargaban de todo, el jugador hacía lo que le mandaban y el fin de semana a jugar. Hoy día hay director técnico (ya no es entrenador), preparador de porteros (algunos equipos tienen hasta tres), asesor táctico, asistente del jefe, asistente del asistente, asistente del asistente del asistente. En fin, una banca con 11 futbolistas y quince con mono o chándal que trabajan en algo. A veces antes aparecía algún partido amistoso entre semana, alguna Copa Isabel Perón o Copa Latina o hasta una Pequeña Copa del Mundo de Caracas que te hacía cruzar el charco, amén de los “Torneos de Verano” que se fueron inventando (Teresa Herrera, Ramón de Carranza, Colombino entre los más famosos). Y lo demás era entrenar y jugar los domingos, que hasta los sábados eran sagrados para el descanso. En Inglaterra, al revés, jugaban los sábados y descansaban los domingos.



Luego en 1955 apareció la Copa de Europa para el campeón de liga de cada país y ahí mismo la Recopa (para los ganadores de Copa) y la llamada Copa de Ciudades en Feria o como se decía popularmente Copa de Ferias. Ahí ya comenzaron los viajes semanales, partidos los sábados y entre compromiso y compromiso algún amistoso y algún encuentro de selección nacional amistoso o eliminatorio de lo que en 1960 fue la Primera Eurocopa. Demás está decir que también ya desde 1930 teníamos Mundiales de Fútbol con eliminatorias de un par de encuentros y además cada cuatro años.

En fin, en resumen tenemos que hasta los 50 el fútbol era placentero para el jugador, cómodo, con pocos partidos cada semana y algún que otro viaje. Pero ya en esas décadas el invento comenzó a crecer y no digamos nada con la llegada de la televisión que definitivamente terminó de alborotar todo.



Por muchos años la oferta televisiva era un partido los fines de semana y resúmenes de todos los demás, así en cada país. Luego se comenzaron a transmitir varios partidos a la semana y ya hoy día se ven por la pequeña pantalla (bueno, eso de pequeña era antes, que ahora hay televisores más grandes que las antiguas pantallas de cine) partidos y más partidos, al punto tal que los campeonatos nacionales que antes se jugaban el domingo con un encuentro que se adelantó luego al sábado para la tv, ahora comienzan los viernes y terminan los lunes. De viernes a lunes encuentros de liga de cada país, más martes, miércoles y jueves partidos de competiciones internacionales. O sea, una oferta futbolística realmente exagerada para mucha gente. Abundan también los que no se cansan de ver todo lo que le echen: “entre más futbol, mejor”, dicen.



No olvidemos la llamada Copa Intercontinental que desde 1960 enfrentaba al Campeón de Europa con el Campeón de la Copa Libertadores. Luego pasó a llamarse Copa Toyota a partido único en Tokio, Japón, y más tarde Mundialito de Clubes con cuatro equipos al principio y luego con ocho. Y ya en 2025 se llamará Mundial de Clubes con 32 equipos como si de un mundial de selecciones se tratara. El Mundial de selecciones nacionales que se inició en 1930 con 13, luego se mantuvo con 16 hasta Argentina 78; en España aumentó a 24 y luego a 32 y ya el próximo será con 48. Más partidos, más kilómetros en las piernas de los jugadores, sin contar que lo jóvenes hasta compaginan su equipo, la selección de absoluta y hasta el sub 20 o sub 19.



Todo esto a mí particularmente me lleva a preguntarme dos cosas:

La primera, ¿no será tanto la oferta que al final uno va a terminar odiando el fútbol o cansándose de él?

La segunda, ¿cuánta razón tiene Guardiola cuándo dice que la situación actual va a terminar matando la gallina de los huevos de oro porque el futbolista no puede seguir recibiendo tantas exigencias? Él no lo planteó así, lo dijo de otra manera pero que significa lo mismo: entiende que el fútbol de hoy día es excesivo y que van a matar al jugador, que tanta lesión no es sino causa de la falta de descanso.


Jugadores rotos

Apenas estamos en los albores de la temporada 2023-2024 y ya estrellas del Real Madrid como Courtois, Militao, por hablar de dos de las más relevantes, han tenido roturas de ligamento cruzado. Ya fueron operados y se estima que estarán fuera de acción de 6 a 8 meses. También Kevin de Bruyne, uno de los mejores jugadores europeos del año pasado, se lesionó en la final de la Champion y en su reaparición se resintió y con toda seguridad tendrá que pasar por el quirófano y no se sabe ni para cuantos meses lo tendremos fuera de acción. En estos días Araujo, central-lateral uruguayo del Barcelona tuvo una rotura de bíceps; Coutinho igualmente con el Aston Villa frente al Everton tuvo que ser cambiado por unos fuertes dolores en una vieja lesión de la que no terminó de recuperarse en la corva. Estamos viendo a las primeras de cambio cómo distintos jugadores van cayendo como moscas por lesiones serias… y los que faltan.



Dice Guardiola que antes terminaba una temporada, los jugadores descansaban un mes y luego en la pretemporada estaban 25 días entrenando para coger forma paulatinamente y llegar en condiciones a sus campeonatos.

Ahora terminan las ligas y algunos se van de descanso, pero otros se tragan competencias de nuevo cuño como la Liga de Naciones o la ya legendaria Copa América. Regresan cansados, se toman una semana y cuando comienzan a entrenar a los cuatro días tienen que viajar al otro lado del Atlántico a jugar partidos amistosos que de amistosos no tienen nada pues son encuentros realmente importantes, en algunos casos clásicos legendarios como puede ser un Real Madrid-Barcelona, un Liverpool-Arsenal, un Juventus-Milan que hace que los jugadores, aún sin estar preparados se vacíen como si en ello les fuera la vida. Hace nada tuvimos un Arsenal-Barcelona en Estados Unidos y Xavi (muy dado a criticar todo) dijo que no entendía la intensidad de los jugadores del Arsenal en plena pretemporada, a lo que Arteta respondió que los jugadores eran así, que ante 70 u 80 mil personas cada uno quiere dar lo mejor de sí. O sea, que aquellos encuentros que antes en verano se veían como de preparación, ahora son tomados muy en serio pues a nadie le gusta perder.



Es más, son tantos los partidos ahora que antiguamente las temporadas oficiales comenzaban en la segunda o tercera quincena de septiembre y en algunos casos hasta en octubre. Ahora ya en agosto todas las ligas están en marcha con el consiguiente desgaste por falta de descanso, preparación precipitada y obligados a jugar con temperaturas muy altas, extremas casi.

En síntesis, el exceso de partidos está rompiendo a los jugadores. Antes las máximas figuras jugaban –si no se lesionaban- 30 partidos de Campeonato Nacional, unos 6 de Copa como mucho, unos 10 internacionales si llegaban a semifinales o final, cinco o seis amistosos y los mejores que iban a sus selecciones unos 10 partidos al año entre eliminatorias y Mundiales o Eurocopas. En total, para los más “ocupados” como máximo unos 50 partidos al año.



Ahora los campeonatos nacionales son 34 o 38 partidos, dependiendo número equipos en primera, luego eliminatorias de Copa Nacional hasta contra equipos de carácter casi amateur. La Supercopa era a dos partidos o a uno, ahora hay que viajar a Arabia Saudita para jugar dos encuentros a “cara de perro” porque son de máxima rivalidad. La Copa de Europa eran eliminatorias directas, a doble partido, y una final mientras que ahora es una competencia llamada Champion League con rondas previas y luego liguillas en grupos, mínimo seis partidos, más los octavos, cuartos, semis y final (si se llega a ella). Y ya la van a aumentar con cuatro equipos más con lo que habrá dos liguillas previas a los octavos. Lo mismo en la Europa League que vino a sustituir a la Recopa y la nueva Liga Conferencia que llega por la Copa UEFA que a la vez había sido la sustituta de la Copa de Ferias.

A todo este tinglado súmenle los internacionales con eliminatorias de la Eurocopa de Naciones, de la Liga de Naciones, del Mundial de Fútbol, de los Juego Olímpicos… en total ¿70 u 80? partidos. ¿Quién aguanta eso? Razón tiene Guardiola, se están cargando el fútbol. Qué asco, qué cansino…



Y la televisión sobresaturada

Es tal la oferta televisiva que no hay día de la semana que no pasen partidos de fútbol de cualquier parte del mundo. Y lo peor es que los índices de audiencia cada vez son menores, los jóvenes especialmente le están dando la espalda al fútbol, de ahí que ahora se la pasen inventando poner cámaras y micrófonos en los vestuarios, en los banquillos…: quieren mostrarnos lo que hablan los jugadores entre sí o con el entrenador antes y después de cada partido (ya Unai Simón del Athletic Club de Bilbao dice que ese momento íntimo antes del encuentro de hacer una piña rezando un Padrenuestro sienten como que se lo están violando).

Aquí en España hay fútbol en tv de lunes a lunes y en algunos casos varios partidos a la vez: de repente un sábado a la misma hora tienes un partido de España de primera o segunda, otro de Alemania, uno de la Premier, otro de Francia, de Italia… El aparato de control remoto (mando a distancia dicen por aquí) con tanto zapping no dura la temporada completa. Y lo peor es que en muchos de los casos los partidos resultan muy aburridos, muy malos.



Recuerdo hace muchos años cuando a Caracas llegaron las parabólicas que yo envidiaba aquellos que en su edificio habían puesto aquel enorme aparato. A través de ellas se recibía el fútbol de Televisa México y un amigo que tenía parabólica en su casa me grababa en betamax algunos partidos de la liga española. Me acuerdo de haberme devorado un Elche-Málaga o un Español-Valladolid con un par de días de retraso. O yendo más atrás aquellos partidos que los domingos a las 11 de la noche nos presentaba en Radio Caracas Televisión Don Julián Mariño Jiménez, encuentros de tres o cuatro meses atrás.

Hoy no, hoy me he vuelto muy exquisito. Hoy veo la “oferta televisiva” de cada día, especialmente el fin de semana, y escojo mi menú. Créanme, de la Liga Española veo uno o dos partidos, de la inglesa dos o tres, de la italiana uno o dos con los equipos grandes, de la alemana quizás el del Bayern o el Borussia Dormund y de Francia ninguno. No me encontrarán viendo un Granada-Almería, ni un Frosinone-Empoli, ni un Fulham-Brighton ni un Friburgo-Hertha Berlín. No, eso que los vean sus seguidores, yo voy a lo más selecto. Antes me tragaba todo, ahora el fútbol en exceso me produce cansancio. Y creo que como a mí, a muchos. La gente se está aburriendo, me lo dicen. Y se hace algo, se cambian las cosas, o el fútbol dejará de ser el Deporte Rey.