OBESIDAD: INDICACIONES PARA EL USO DE SAXENDA, OZEMPIC O WEGOVY
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Dra. Ana Cristina Haiek
Médica Endocrínologa Centro Médico de Caracas. Especialista en Enfermedades Metabólicas. Magister en Nutrición. Master de Nutrición Deportiva. Especialidad en diabetes. Colaboradora en libro Radioterapia Oncológica.



La obesidad es una enfermedad compleja caracterizada por una acumulación excesiva de grasa corporal causada tanto por factores genéticos como ambientales.

El sobrepeso indica un exceso de peso en relación a la estatura; mientras que la obesidad es una acumulación anormal o excesiva de grasa. El  sobrepeso se diagnostica mediante el índice de masa corporal (IMC) que es el peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros (kg/m 2 ); mientras que el diagnóstico de obesidad se realiza mediante el porcentaje de grasa corporal total.

Generalmente, las personas con diagnóstico de sobrepeso tienen obesidad o un porcentaje de grasa corporal alto, pero no necesariamente es así, como ejemplo tenemos el caso de los Fisicoculturistas, quienes tienen sobrepeso pero a expensas de la masa muscular y tienen un porcentaje de grasa corporal total muy bajo. Por otro lado, hay personas sedentarias con peso normal que pueden tener un exceso de grasa corporal total, estando dentro de los rangos del diagnóstico de grasa alta u obesidad.

El rango de la normalidad del índice de masa corporal es muy amplio y va de 18,5 a 24,9. Se habla de sobrepeso cuando el índice de masa corporal está en un rango entre 25 y 29,9 y de obesidad cuando el índice de masa corporal es mayor de 30.

El porcentaje de grasa corporal varía según la edad y el sexo. Cuando el exceso de grasa corporal se acumula en la región abdominal está directamente relacionada con enfermedades crónicas. La forma más sencilla de determinar la cantidad de grasa acumulada en la zona abdominal es medir el contorno de la cintura, cuyos puntos de corte dependen de la población y de la raza del paciente. El hecho de tener un contorno de cintura de más de 88 cm en las mujeres y en los hombres, dependiendo de la población y de la raza, más de 94 o 98 cm, supone un alto riesgo de padecer enfermedades como: las enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2, osteoartritis y ciertos tipos de cáncer

Entre los factores que pueden ocasionar sobrepeso y obesidad tenemos:
• La modificación de los hábitos alimentarios, con una tendencia a la ingesta de alimentos hipercalóricos, ricos en grasa y azúcares simples, pobres en vitaminas y minerales.
• Distorsión del tamaño de las porciones, por ejemplo, al comer grandes cantidades de comida. En los últimos años las vajillas de los platos han aumentado de diámetro, por lo que las personas están tendiendo a comer más.
• Cambios en el microbiota intestinal, ocasionado a su vez por el alto consumo de alimentos procesados.
• Disminución de la actividad física. Ha habido un aumento importante de las actividades sedentarias como sentarse frente a la computadora, ver televisión y usar el control remoto, el uso de ascensores y escaleras eléctricas, entre otras, lo que ha disminuido la cantidad de energía que quemamos como sociedad 
• Factor genético: los antecedentes familiares reflejan susceptibilidad genética, lo cual se manifiesta, por ejemplo, en niños que al tener un padre con obesidad tienen un 40% de riesgo de tener obesidad de adultos. Este riesgo aumenta a un 80% si ambos padres son obesos.
• Ayunos prolongados y dietas desequilibradas pueden alterar el metabolismo basal, disminuyéndolo, lo que puede conllevar sobrepeso y obesidad.

En los últimos años, a nivel mundial, ha habido un incremento en la obesidad, que no es sólo un factor de riesgo para otras enfermedades, como las cardiovasculares, la diabetes tipo 2, la artritis y algunos cánceres, sino que es de por sí una condición compleja multifactorial, que tiene su propia capacidad incapacitante. 

Se ha demostrado que incluso una modesta pérdida de peso del 5 %, con cambios del estilo de vida, dieta y ejercicio, disminuye el exceso de grasa corporal acumulado en la región abdominal entre un 15-25%, teniendo efectos beneficiosos en la salud, ya que disminuye la tensión arterial, los lípidos en sangre y los niveles de glicemia, por lo que hay una disminución del riesgo para enfermedades cardiovasculares y diabetes.

Lograr y mantener la pérdida de peso es un desafío para muchas personas. Por lo tanto, es necesario que algunos pacientes tomen medicamentos para ayudarlos a perder peso y prevenir la reganancia del mismo. El tratamiento farmacológico para la obesidad está indicado cuando:
• El índice de masa corporal es entre 25 y 29, hay un exceso de grasa corporal acumulada en la región abdominal y la persona tiene alguna condición como: hipertensión, dislipidemias (aumento de colesterol y/o triglicéridos) diabetes o alteración en los niveles de glicemia, hígado graso, entre otras
• El índice de masa corporal es mayor a 30 acompañado de esxceso de grasa corporal en la región abdominal

Es importante entender que el tratamiento farmacológico SIEMPRE debe ir acompañado de cambios del estilo de vida, un patrón de alimentación balanceada, actividad progresiva y de mucha educación nutricional.

Los análogos del receptor del péptido parecido al glucagón (GLP1), como el liraglutide y la semaglutide, conocidos comercialmente como Saxenda y Ozempic, y actualmente Wegovy, fueron inicialmente desarrollados para el tratamiento de la diabetes tipo 2, pero  se  evidenció  que  no  sólo  eran efectivos en disminuir los niveles de  azúcar en la sangre, sino que lograban una disminuciónsignificativa de peso, por lo que hoy en día están indicados en el tratamiento para la obesidad.

Estos medicamentos reducen el peso corporal por varios mecanismos: a nivel gastrointestinal enlentece el vaciamiento gástrico, produciendo sensación de llenura, a nivel central actúan disminuyendo el apetito y el hambre y aumentando la saciedad, lo que resulta en una reducción de la ingesta de energía. Esto evita el comer en exceso, por lo que ocasiona un balance energético negativo y por lo tanto pérdida de peso. Los efectos secundarios más comunes son náuseas, vómitos y diarrea y/o estreñimiento, estos suelen ser leves y ocurren en las primeras semanas de tratamiento, reduciéndose con el tiempo; es por ello que el tratamiento se inicia con dosis bajas del medicamento, el cual se va incrementando a medida que el paciente lo va tolerando.

Antes de iniciar el tratamiento médico para la obesidad es muy importante realizarse una evaluación médica completa, donde se deben descartar enfermedades que puedan estar ocasionando obesidad, así como aquellas condiciones que son consecuencia de las mismas. Este medicamento debe ser indicado estrictamente por médicos especialistas en el área. 

El seguimiento de los pacientes en tratamiento con estos medicamentos es fundamental. Deben ser evaluados de 1 a 2 veces mensuales al principio para verificar tolerancia del medicamento e ir tolerando las dosis, posteriormente a los tres meses, para ver si hay o no pérdida de peso, ya que si no se logra perder peso se debe descontinuar el medicamento. 

Hay que insistir en que el pilar para que el tratamiento sea exitoso son los cambios del estilo de vida, una dieta balanceada en conjunto con actividad física. 

Debido a las dificultades que enfrentan muchas personas para mantener la pérdida de peso, es posible que sea necesario un tratamiento de por vida, siempre bajo vigilancia médica y titulando dosis en caso de ser necesario.