El ejercicio en la diabetes
una forma de recuperar la energía
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Para vivir necesitamos energía. Esta energía la obtenemos principalmente de la glucosa (azúcar) que contienen en los alimentos y que pasa a las células gracias a la acción de la insulina.

Cuando no nos alimentamos de manera adecuada y tenemos una vida sedentaria, el cuerpo no produce suficiente insulina o no es capaz de utilizar correctamente la que tiene disponible, lo que conlleva a que el azúcar permanezca en la sangre y no pueda ser utilizada como fuente de energía. Esto es lo que sucede en un paciente con Diabetes tipo 2.



Esta condición, actualmente diagnosticada en más de 350 millones de personas en el mundo, es considerada uno de los mayores problemas actuales de salud pública, por el deterioro que genera en las condiciones de vida de las personas, por los altos costos que tiene su tratamiento y porque aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, renales, visuales, entre otras.

En la actualidad, parte fundamental del tratamiento para la diabetes, además del uso de medicamentos y la alimentación balanceada, es la actividad física.

¿Por qué hacer ejercicio ayuda en el tratamiento de la diabetes?

Ya sabemos que necesitamos energía para que nuestro cuerpo funcione, pero cuando hacemos ejercicio y ponemos nuestros músculos a trabajar, la demanda de esta energía se incrementa, es decir, necesitamos más glucosa, lo que hace que el azúcar no se quede en la sangre, sino que se use donde es requerida.



Además, la actividad física hace que nuestras células sean más sensibles a la insulina, lo que habilita la entrada de glucosa a las células, contribuyendo así, a mantener controlados los niveles de azúcar en sangre.

Estudios sugieren que las personas con Diabetes tipo 2 pueden tener mejores resultados si alternan ejercicios aeróbicos (caminar, correr, nadar, bailar o montar bicicleta) y de resistencia (pesas, bandas, etc.), pero las indicaciones del tipo de actividad física a realizar deben ser determinadas por el médico tratante según las condiciones de cada paciente.

Beneficios del ejercicio físico en las personas con diabetes
Además de las mencionadas anteriormente, la actividad física constante mejora el estado de salud en los siguientes aspectos:

• Reducción de las necesidades diarias de insulina o de las dosis de hipoglicemiantes orales.
• Aumento del gasto energético y de la pérdida de grasa, que contribuye a controlar el peso corporal y evita la obesidad.
• Regulación de la presión arterial y función cardiaca.
• Aumento de la masa muscular.
• Prevención de la ansiedad, la depresión y el estrés.
• Mejoría en el estado de ánimo.
• Reducción a largo plazo del riesgo de complicaciones de la Diabetes Mellitus.



Si la actividad física beneficia el tratamiento de la diabetes, también ayuda a prevenirla, así que no hay que esperar a que esta enfermedad aparezca para empezar a movernos.

El movimiento es una manera de decirle a nuestro cuerpo que estamos vivos y que necesitamos que use toda la energía que le damos para seguir viviendo.

Nota: Si eres diabético, debes consultar a tu Nutricionista o Médico de confianza antes de comenzar una actividad física.