Por: Ignacio Benedetti
Periodista deportivodedicado al análisis y estudio del fútbol, con experiencia en diferentes medios de comunicación , tanto venezolanos como internacionales. El fútbol como ventana a la vida en sociedad del ser humano.
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Introducción:
En el fútbol hablamos comúnmente de ataque y defensa para referirnos al hacer y a las intenciones de un equipo. Sin embargo, Francisco Seirul.lo desarrolló una teoría que mejora la comprensión de este juego: los espacios de fase.
En el fútbol conviven un sinfín de expresiones que han quedado marcadas a fuego. Las exprimimos sin tan siquiera debatir su idoneidad. Una de ellas sugiere que un equipo ataca o defiende, siempre según el espacio de terreno que intenta ocupar. Es decir, la orientación de un conjunto definiría sus intenciones.
Francisco Seirul.lo, histórico preparador de fubolistas que hizo carrera en el FC Barcelona junto a Johan Cruyff, Louis van Gaal y Pep Guardiola, ha desarrollado un concepto más global y que atiende a todo aquello que sucede en un partido de fútbol: los espacios de fase.
Para adentrarse en ello hay que partir de tres ejes que son fundamentales en este deporte: existe un reglamento que otorga la victoria a aquel equipo que convierta un gol más; el terreno de juego posee unas dimensiones definidas, y se juega con una sola pelota.
Las porterías son elementos fijos, están asentadas en el mismo lugar. Las medidas del terreno de juego parecieran estables, sin embargo, a medida que se mueve el balón, estas sufren cambios que atañen a la ocupación temporal del terreno por parte de los jugadores, razón por la cual hablamos de búsqueda o aparición de espacios útiles. .
Los espacios de fase invitan a considerar que, según lo expuesto anteriormente, el balón es el centro energético del fútbol. La primera consecuencia de esto es que en este juego apenas haya dos fases: 1)cuando un equipo dispone de la pelota, y 2) aquella en que intenta recuperarla.
Prof. Francisco Seirul.lo
La ubicación del balón condiciona las conductas de todo el equipo. No sólo de aquellos que estén próximos a él (zona de intervención), sino también a los futbolistas no tan alejados (zona de ayuda mutua) y, a aquellos que parecen totalmente indiferentes a esa acción (zona de cooperación). No se olvide que por más alejado que esté del esférico, todo futbolista está permanentemente jugando en función a él. Sus movimientos y sus reacciones están íntimamente relacionados, tal como una telaraña, a aquello que está sucediendo y a lo que puede pasar en cuestión de segundos.
En esta teoría, no basta con tener el balón, se requiere crear situaciones favorables. Seirul.lo, en conversación con Martí Perarnau, para el libro “Pep Guardiola. La Metamorfosis”, lo explicaba de la siguiente manera: “Los espacios de fase están definidos por dónde está el balón; en qué situación está; dónde están los oponentes; las distancias que hay entre el balón y los oponentes y nuestros jugadores, las trayectorias que hace cada jugador, el oponente y el balón; la orientación que tiene el juego; la orientación que tiene el juego...”
Adentrarse en el concepto de espacios de fase permite al observador una visión global del fútbol. Primero, porque se acepta que todos los futbolistas en todo momento, están jugando, bien sea interviniendo, ayudando o cooperando; segundo, porque a raíz de esta teoría, el espectador desechará la orientación defensa-ataque que impide una mayor comprensión sobre los ritmos y las intenciones durante un partido y, finalmente, sumergirse en esta manera de observar al fútbol alimenta la percepción de que no existen hechos aislados, jugadas, sino una continuidad de acciones, una “sucesión de hechos complejos”, Seirul.lo dixit, en la que brilla la incertidumbre y se hace vital una revisión casi forense para descubrir por qué tal futbolista anotó un gol, o por qué un equipo que se desplaza hacia la portería contraria es incapaz de vencer la resistencia rival.
Hace unos años, durante una larga jornada en lo que era su oficina del club catalán, Seirul.lo, junto a Joan Vilá, explicaban al autor de estas líneas lo siguiente:
“El fútbol nos ofrece una beca para estudiarlo (BECA= balón, espacio, compañeros y adversarios), no hay más. Nos olvidamos del árbitro. De esos cuatro elementos, hay uno que es fijo y otros que son móviles, pero son permanentes. Ha ocurrido, hasta ahora, que tradicionalmente se ha utilizado como referencia al elemento fijo: las porterías, el campo. Las porterías son las puertas del campo. Mientras que nosotros nos planteamos que los elementos de referencia sean sus elementos móviles, sobre todo el balón, los compañeros y los adversarios y, por lo tanto, su estudio y comprensión se complica por esta movilidad y por la interacción constante entre ellos a lo largo del juego”.
El fútbol es un deporte en el que la pelota se mueve y, por ende, así lo harán también los veintidós jugadores que salen al campo de juego. El objetivo de cada equipo es hacer un gol más que el rival. No obstante, la belleza del juego se encuentra en el camino, en todo aquello que tuvo que pasar hasta llegar a ese momento de clímax. A través de los espacios de fase se puede observar con mayor atención todo aquello que hace del fútbol, “el juego de los juegos”