EL QUE MEJOR SE ADAPTA, ES EL QUE SOBREVIVE
      A-    A    A+


Walter Reinaldo Roque
Periodista deportivo y analista especializado en fútbol. Licenciado en Comunicación Social egresado de la Universidad Santa María en Caracas, Venezuela.
Redes:
www.cataroque.com
Twitter: @CataRoque



La mirada de Carlo Ancelotti es muy parecida a su discurso: Sinceridad plena. El director técnico del Real Madrid fue tajante -como siempre- la noche del pasado 17 de abril de 2024 cuando dijo después de vencer al Manchester City en 4tos de final de Champions League: “Esta era la única forma que teníamos para ganar”. Y es que el ganar resulta tan poderoso que, si el plan se cumple, la satisfacción genera esa seguridad que enseguida se traduce en franqueza, así no tenga mucho respaldo social.

 
PARTIDO ENTRE MANCHESTER CITY-REAL MADRID.

Eso de vencer bajo la adversidad, la resistencia y el resguardo esta tan lejos de lo que a la gente le gusta por estos días, que hay que darle el valor amplio a la honestidad para decir sin mucho adorno, que el sufrir para salir victorioso también es considerado, preparado y puesto en escena en la elite del fútbol mundial.
 
 Hay equipos que cosechan desde el aguante, su camino al éxito, eso se planifica y se trabaja.

En épocas donde se debate con tanta fuerza sobre eso de jugar bien, lo estético y todo lo que conlleva justar ganando, pareciera que entramos en la línea de lo común, lo mediático y lo que está de moda, y que la única forma de hacerlo correctamente es con todo eso que predica Pep Guardiola, DT del Manchester City.

DT Carlo Ancelotti y Pep Guardiola

Muy por encima y resumido: Juego asociado, volumen – intensidad, estructura posicional adelantada, presión sobre los primeros receptores, equilibrar la mayor cantidad de tiempo posible a los centrales en el medio campo, mucho de espacios reducidos y posesiones largas de pelota. La antítesis a esto no gusta, no tiene pegada.

Recuerdo que cuando era adolescente tuve la fortuna como muchas veces, de estar en una conversación acalorada protagonizada por mi abuelo. Era una tarde dominguera de lluvia, mediados de los años 90. Estábamos en un restaurant llamado El Lagar (Sabana Grande, Caracas) a donde íbamos seguido con mi familia. Ese día en el que estábamos con mi padre, se sumaron como casi siempre: Jaime Ricardo Gómez, Pedro Febles, Víctor Acosta, Manuel Plasencia (me parece que también estaba José Hernández). En aquel momento mi abuelo Cata era DT de Progreso de Uruguay y para ese entonces fue a Venezuela para cumplir un calendario de Copa Libertadores. En esa mesa defendía una tesis que intuyo, hoy tiene vigencia: “Tenemos que adaptarnos a los jugadores que hay en la nómina y competir bien. Si yo busco jugar como me gusta y no tengo los jugadores para hacerlo, de que me sirve”, decía.

Los modismos nos han llevado a caer en el hueco de las verdades absolutas, como si el fútbol se tratara de una religión o una secta. Y no hay nada más lejos de la realidad que eso. Ancelotti se cruzó por el mar de los aduladores de Guardiola y de lo que hoy tiene mayor aprobación, determinando con contundencia y como otras veces, que no hay un solo camino para imponerse. ¿Al final, quien se impone resulta siendo el mejor, o no?

A mediados de 2010 en San Cristóbal, estuve en la casa del querido y recordado Carlos Horacio Moreno. Noche que se hizo larga entre la grata conversa, la buena carne a la parrilla y las exquisitas milanesas que preparó su esposa Coro. Con tantas anécdotas para recordar, conceptos e ideas del futbol cambiante, se mencionó aquel Caracas FC de principios de los 2000 que jugo contra el América de México de Iván Zamorano en el Brígido Iriarte. El entrenador de ese equipo era Moreno.

“Eso de jugar con dos carrileros bien abiertos en una línea de cinco (Jorge Rojas y Héctor González) ya existía y desde hace más de cuarenta años”, arrancó diciendo. “El tema pasa por los momentos de los jugadores y la posibilidad que tengamos los entrenadores de tenerlos. Yo no podía alinear antes a un equipo con esas características porque no tenía los jugadores, estaba obligado a jugar de otra forma”, cerró.

En el camino desafiante que presenta el fútbol de hoy en eso de maximizar las formas, los discursos que se apartan del absolutismo no tienen mucha cabida.
 
El Real Madrid de Ancelotti se ha logrado destacar siempre sin pregonar un solo camino, mientras construye desde la adaptación, las alternativas y el rival, sus formas para competir.

¿Tiene el Real Madrid jugadores para plantear algo similar a lo que le gusta a Guardiola? Yo pienso que no. Y si lo hiciera perdería su arma letal: La velocidad en las transiciones y la sorpresa del proyecto de juego para cada día. Este equipo no siempre plantea los partidos de la misma manera.



Caer en las valoraciones de las plantillas nos llevaría a pasar horas, días, meses; tabulando rendimientos posicionales y luego destacar desde la individualidad lo que se genera para el funcionamiento colectivo. La victoria pasada del Real Madrid sobre el Manchester City le hizo un bien enorme al fútbol mundial.

A los entrenadores de categorías menores y también a aquellos que dirigen en el primer nivel, no hay un solo trayecto para jugar bien, no es uno solo el camino al éxito y mucho pasa por el recurso humano del que se disponga.


RÜDIGER MARCANDO SU TIRO PENAL

El fútbol como la vida, es de adaptación y como explicó el científico Charles Darwin por allá en 1859, en su libro El Origen de las especies: “El que mejor se adapta es el que sobrevive”.


Celebración del RM

Ancelotti se ha adaptado a todos los cambios posibles del juego en más de 25 años de carrera en el primer nivel y distintas ligas, con diferentes estructuras de jugadores; hoy sigue demostrando vigencia en la elite y de la mejor manera. Chapeu.