La pubalgia es una de las lesiones más comunes en el fútbol, debido a la naturaleza intensa y repetitiva de los movimientos que caracterizan este deporte. Estudios indican que entre el 10% y 18% de los futbolistas profesionales experimentarán pubalgia en algún momento de sus carreras. La incidencia es mayor en jugadores de élite debido a la alta carga física y la frecuencia de las competiciones.

Futbolistas de renombre mundial han padecido esta lesión, lo que subraya su gravedad. Marco Reus, por ejemplo, se perdió la Copa del Mundo de 2014 debido a una pubalgia. Neymar Jr. también ha enfrentado problemas recurrentes con esta afección, afectando su rendimiento en diferentes temporadas. Zinedine Zidane, una leyenda del fútbol, también sufrió de pubalgia, lo que le obligó a reducir su carga de entrenamiento en los últimos años de su carrera.

La pubalgia se manifiesta principalmente como un dolor profundo en la región inguinal y el pubis, que puede extenderse hacia la parte interna del muslo o la zona abdominal baja. El dolor suele intensificarse con la actividad física, especialmente al realizar movimientos que implican flexión, aducción y rotación del muslo, como los necesarios para chutar o cambiar bruscamente de dirección en el campo. En casos avanzados, el dolor puede ser tan severo que incluso actividades cotidianas como caminar se vuelven dolorosas.

Las causas de la pubalgia en futbolistas son multifactoriales. Las más comunes incluyen:

Sobrecarga Muscular: Los músculos abdominales y aductores soportan gran parte del esfuerzo en el fútbol. Una sobrecarga crónica de estos músculos puede llevar a microlesiones y, eventualmente, a la pubalgia.

Desequilibrio Muscular: La descompensación entre la fuerza de los músculos abdominales y los aductores puede generar tensiones excesivas en la región del pubis.

Biomecánica Deficiente: Malas técnicas de carrera o posturas incorrectas aumentan el riesgo de desarrollar esta lesión.

Cambios Súbitos en la Carga de Entrenamiento: Incrementos repentinos en la intensidad o volumen del entrenamiento pueden desencadenar la pubalgia al no permitir una adaptación adecuada del cuerpo.

El diagnóstico de la pubalgia se basa en una combinación de la evaluación clínica y estudios de imágenes, que son esenciales para confirmar el diagnóstico y guiar el tratamiento adecuado.

 
Los estudios de imágenes más utilizados incluyen:
Radiografía: Útil para descartar fracturas por estrés u otras alteraciones óseas, aunque rara vez muestra hallazgos específicos de pubalgia.
Ecografía: Permite la evaluación dinámica de los músculos y tendones, detectando desgarros, inflamaciones o calcificaciones.

Resonancia Magnética (RM): Es el estudio de elección para el diagnóstico, ofreciendo imágenes detalladas de los músculos, tendones, y la sínfisis púbica. Puede mostrar edema óseo y otras características que ayudan a confirmar la pubalgia.

Tomografía Computarizada (TC): Utilizada principalmente para evaluar las estructuras óseas con mayor detalle en casos complejos.

La recuperación de la pubalgia depende en gran medida del tipo de tratamiento realizado y la severidad de la lesión. A continuación, se presentan las estadísticas de recuperación para las opciones de tratamiento conservador y quirúrgico:

Tratamiento Conservador
• Reposo y Fisioterapia: La mayoría de los casos de pubalgia se manejan inicialmente con tratamiento conservador, incluyendo reposo, fisioterapia y fortalecimiento muscular. Aproximadamente entre el 60% y 70% de los futbolistas logran una recuperación completa con este enfoque en un plazo de 3 a 6 meses. Sin embargo, la tasa de recurrencia puede ser alta si no se siguen medidas preventivas adecuadas.
• Infiltraciones: Las infiltraciones de corticoides o plasma rico en plaquetas (PRP) pueden ser utilizadas para reducir la inflamación y acelerar la recuperación. En combinación con fisioterapia, las infiltraciones pueden aumentar las tasas de éxito hasta un 80%. Sin embargo, los beneficios suelen ser temporales, y algunos jugadores pueden necesitar múltiples tratamientos.

Tratamiento Quirúrgico
• Tenotomía de los Músculos Aductores: La tasa de éxito para la tenotomíaes alta, con aproximadamente el 85% de los jugadores recuperando su nivel competitivo previo dentro de 3 a 4 meses. Sin embargo, la recuperación completa de la fuerza muscular puede llevar más tiempo.
• Reparación de la Pared Abdominal: Esta cirugía tiene una tasa de éxito similar, con el 80% al 90% de los futbolistas volviendo a la competición dentro de 3 a 6 meses. El refuerzo de la pared abdominal es eficaz para prevenir recurrencias en jugadores que presentaban debilidad en esta zona.
• Artroscopia de Cadera: En casos donde la pubalgia está asociada con un pinzamiento femoroacetabular, la artroscopia de cadera tiene un éxito del 75% al 85%. La recuperación puede ser más prolongada, requiriendo hasta 6 meses para regresar a la competencia.
• Refuerzo y Estabilización del Pubis: Este procedimiento es generalmente exitoso, con una tasa de retorno al deporte de alrededor del 80% al 85% dentro de 4 a 6 meses. Sin embargo, como con otras cirugías, el éxito a largo plazo depende de la adherencia a programas de rehabilitación y prevención.

La prevención es clave para evitar la pubalgia. Los futbolistas deben:

Fortalecer el Core: Un core fuerte y equilibrado protege la región del pubis de tensiones excesivas.
Estiramientos Adecuados: Estirar los músculos aductores, abductores y de la cadera antes y después de los entrenamientos y partidos.
Control de la Carga de Entrenamiento: Evitar incrementos bruscos en la intensidad o volumen del entrenamiento.
Corregir Deficiencias Biomecánicas: Trabajar con entrenadores y fisioterapeutas para corregir patrones de movimiento defectuosos.
Atención a los Primeros Síntomas: Consultar inmediatamente con un fisioterapeuta ante cualquier molestia en la zona inguinal o pubiana.

La pubalgia es una lesión común pero seria entre los futbolistas, que puede limitar gravemente su rendimiento si no se maneja adecuadamente. Conocer sus causas, diagnóstico, y tratamientos es crucial para su manejo y prevención. Mientras que la mayoría de los casos pueden resolverse con tratamiento conservador, una proporción significativa de jugadores puede requerir cirugía para una recuperación completa. Con un enfoque multidisciplinario y un programa de rehabilitación adecuado, las tasas de retorno al deporte son altas, pero la clave para evitar recaídas reside en la prevención y el monitoreo constante del jugador.