Comenzaré por decirles que el talento natural tiene que ver con las habilidades y destrezas innatas que posee un individuo desde que nace ; mientras que el adquirido va evolucionando de acuerdo a las habilidades y aptitudes que el individuo va desarrollando a lo largo de su trayecto de vida, tomando como base la educación, la formación y experiencia.

El talento natural en el deporte desde muy niños es un factor importante en el desarrollo evolutivo del individuo hasta la etapa adulta juvenil, pero no garantiza el éxito absoluto en niveles de alta competitividad.

 
Existen varios elementos que sin duda influyen en el desarrollo de un deportista a lo largo de su crecimiento y desarrollo. Son muchas las veces, más de lo que imaginamos, de infantes que no se les aprecia un gran talento, pero el trabajo constante más el apoyo de su entorno los convierte en grandes estrellas.

En mis conversaciones sobre este tema con distintos entrenadores, desde amateurs hasta profesionales, consideré ocho puntos que son fundamentales en ese proceso evolutivo del infante, niño o niña hacia la adultez, a sabiendas que pueden incluirse otros, de acuerdo a las experiencias de cada individuo.

Entrenamiento y Desarrollo Técnico, enfatizando que la calidad y cantidad del entrenamiento es crucial. Esto incluye la técnica, táctica, condición física y comprensión del juego. Un entrenamiento adecuado y constante puede potenciar su talento.

Oportunidades de Competición, que se obtiene con la participación en ligas, torneos y competencias de alto nivel, lo cual brindará experiencia valiosa y la oportunidad de medir su progreso y habilidades frente a otros talentos.

Apoyo Familiar. Sin duda alguna un entorno familiar que fomente la práctica deportiva, ofrezca recursos y mantenga la motivación, está demostrado que puede ser determinante en el desarrollo del jugador.

Mentalidad y Actitud: La resiliencia, la disciplina y la mentalidad de crecimiento son esenciales. La capacidad para aprender de los fracasos y trabajar en sus debilidades jugará un papel crucial en su camino hacia el éxito.

Salud física y mental: Mantenerse físicamente saludable y tener un buen equilibrio mental son fundamentales. El manejo del estrés y la presión puede afectar significativamente el rendimiento.

Red de Contactos y Supervisión: Tener entrenadores, agentes o mentores que puedan ayudar a abrir puertas y brindar oportunidades es un factor importante.

Educación y Formación Integral: Aunque el fútbol es importante, una educación balanceada asegura que el jugador tenga opciones en caso de que la carrera deportiva no se desarrolle como se espera.

Cultura Futbolística: Crecer en un entorno donde el fútbol es valorado y practicado a menudo puede aumentar la motivación y la dedicación. Cada uno de estos factores puede interrelacionarse y contribuir al desarrollo y éxito de un futbolista en la etapa adulta.

Arsene Wenger DT francés, quien fue entrenador del AS Nancy, Mónaco FC y Arsenal FC, hacía la comparación entre la estructura de un futbolista y la de una casa; decía que construir un jugador de fútbol, era como construir un hogar. Los cimientos del jugador son la técnica, la cual se construye entre los 7 y 14 años ,si no tienes buena técnica a los 14 años de edad, es difícil llegar a la cima de este deporte.

El primer piso es el talento físico, entre los 14 y 17 años, donde se observa su velocidad, su fuerza ; el segundo piso es la táctica, entender el juego, saber jugar sin el balón. El tercer piso, serían los objetivos, preguntarte cuántas ganas tienes de ser exitoso es el techo. Sin techo no se logran los objetivos.

Alex Ferguson decía que el liderazgo se basa en comunicación, lealtad y confianza y, además recordaba que siendo técnico, se paraba de la cama pensando todos los días, cómo podría motivar cada vez más a sus jugadores, después de 27 años al frente del Manchester United.

El entrenador venezolano Noel San Vicente, es uno de los técnicos más exitosos en el fútbol venezolano, sobre todo efectuando metamórfosis en jugadores muy jóvenes, capitalizando su talento y brindándoles confianza en sí mismos, para que entiendan su mensaje y las diversas formas de entender el juego y sus dinámicos cambios. El Prof. San Vicente me hacía énfasis de la importancia pedagógica de que las categorías infantiles tengan los técnicos más capacitados en el entendimiento del fútbol en su todo, tomando en cuenta qué biológicamente, el cerebro humano a esas tempranas edades actúa como una esponja, absorbiendo lo bueno y lo no tan bueno.

Cuántos de nosotros hemos visto pasar por nuestras vidas amigos, hijos, sobrinos y nietos con sobrado talento, futbolistas que desde muy niños pintan un futuro prometedor en sus carreras y lamentablemente no llegan. ¿Qué pasó?

Son muchos los factores, los más importantes descritos al comienzo de nuestro artículo y se pueden agregar muchos más. También tenemos los que llegan y dilapidan sus carreras a mitad de camino por taras genéticas o ambientales, que los hace colapsar, por no saber soportar las presión que significa estar en un Top20, por ejemplo y, tenemos al buen grupo, que en lo particular me encanta, esos que al principio, pareciera que no llegarían a la esquina de su casa y, con trabajo, perseverancia, resiliencia, entorno y una motivada orientación, han llegado a ser hasta campeones mundiales.

 

Un mensaje que yo dejaría a mis respetables lectores, es que independientemente de la disciplina deportiva que practique un infante, lo importante es que sirva para que se divierta, manifieste alegría y felicidad al compartir con otros niños o niñas; nunca establecerles a tempranas edades, objetivos específicos de cara a su futuro, que sea en todo caso, su entrenador y los resultados de sus aprendizajes, los que de forma natural enfoquen esos objetivos en el mismo individuo.

 
De esta forma, tendremos siempre mejores seres humanos, más íntegros, más empáticos, con gran capacidad de análisis y enfoque en sus propias vidas y caminos.

Hasta la próxima, respetables lectores y amigos, el tiempo dirá…