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Por Victor Galdo


Palabras que hacen reflexionar, dichas por los que algunos consideran el hijo de Dios, otros lo consideran un profeta, y otros un maestro iluminado. De cualquier forma que entendamos quien es Jesús, lo cierto es que las palabras fueron pronunciadas por un Maestro, alguien que conocía y enseñaba, como debe de ser la función de un buen maestro. Al hablar de Jesús ciertamente hablamos de un gran Maestro, un ser iluminado, con una función clara en esta vida, plano, dimensión.

Siendo Jesús este ser iluminado, este gran guía “espiritual” su comando y uso de palabras son excelsos, van más allá de la capacidad de muchas personas “comunes”. Lo que es más, su nivel de presencia y de conciencia lo llevan al rango de Cristo 1, el ungido, el Mesías. Teniendo esto presente no nos queda más que entender que el uso de palabras, lo que dice, lo que enseña tiene que ser claro y a la vez sencillo. Todo buen maestro ajusta su lenguaje a la comprensión del alumno, si no su función primordial, la de enseñar, se pierde, y aquello que se desea comunicar se convierte en un “misterio”. 

Jesús Cristo muestra a lo largo de lo escrito en los evangelios, tanto los canónicos como los apócrifos, esta cualidad de excelencia como maestro, esta conciencia de saber a quien se dirigía cuando al escoger un vehículo para enseñar decide usar cuentos, parábolas2 repletas de símiles, de conceptos y palabras sencillas de comprender por las personas y multitudes a las que enseñaba. Esta técnica es fabulosa ya que baja la guardia, la interpretación del ego del que escucha, y lleva la enseñanza a donde debe ir en la psiquis del oyente, ya que no se trata de un ataque, un achaque, u otra forma de disparar “alarmas” en la psiquis de las personas. Otro gran Maestro e iluminado, Siddhartha Gautama, más conocido como Buda, usó la misma técnica: “El estado de Buda está muy por encima de la mente humana y es indescriptible con palabras terrenales; no hay otro medio mejor que la parábola.”3

Ahora bien, volviendo al título del artículo: Mi Reino No Es de este Mundo! (Juan 18:36) a qué se refiere Jesús?, qué nos desea enseñar?, qué trata de decirnos?, y si su reino no es de este mundo, qué rayos hace aquí hablando de un reino de un mundo fantástico que se nos niega en esta vida? Qué sentido tiene que el Hijo de Dios, un profeta, un ser iluminado use estas palabras cuando ese reino del cual habla no está a nuestro alcance? Es una locura, es un misterio, es un charlatán!

Jesús Cristo, no fue ni loco, ni hablaba de misterios, ni era charlatán, él era un Maestro y como tal tenía una enseñanza que impartir. Justamente esa enseñanza que Jesús Cristo vino a impartir es cómo llegar a ese reino que no es de este mundo, ese reino en el cual él, Cristo, más que vivir, existía, durante esta vida. Una enseñanza, como se nos narra en forma alegórica en el poema El Himno de la Perla – El Himno del Alma4, 5, la cual busca despertarnos y hacernos realizar nuestro verdadero origen y destino ahora, ya, en este preciso instante no cuando “partamos” de esta vida.

Una vez escuché a mi mentor decir algo que su padre decía: “Esta vida que vivimos ya es parte de nuestra existencia eterna”. Habiendo crecido como católico, uno no puede sino aceptar esta oración como cierta y verídica. Lo cual nos da una idea de lo que Cristo nos enseña para ser vivido en esta vida y no al “morir”. La enseñanza está recogida tanto en la enseñanza cristiana, como en la budista, como en la musulmana, y en tantas otras, y se puede resumir de esta forma: “Vive en este mundo pero no seas de el”6, ahora bien, cómo se logra esto? Cuál es el camino? Cuáles son las técnicas?

Las respuestas a estas preguntas mas que hallarse en las “religiones”, las cuales más que menos convierten muchas cosas en un “misterio divino”, se encuentran en la psicología del ser humano. El camino es a través del conocerse a uno mismo, el despertar al hecho de que nuestras vidas como nos enseñan a vivirlas no son más que la suma de condicionamientos al lugar, momento, y cultura en los que nacemos, y los cuales se van alimentando de las experiencias que vivimos. Luego nuestro ego, o el yo dominante (como se llama en la literatura sufí), se encarga en hacernos creer que somos realmente eso: una serie de condicionamientos repletos de certezas, dudas, logros, culpas, alegrías, tristezas, etc. 

Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la función de los Profetas, Enviados, Iluminados, Hijos de Dios era el indicar el camino al ser humano a cómo conocerse a sí mismo, a cómo desarrollar lo Divino que existe dentro de cada uno de manera de poder alcanzar ese “Reino”, que no es de este mundo, en el aquí y el ahora, y no esperar a morir físicamente para hacerlo una realidad. Y ésto se logra a través del conocimiento de uno mismo, del conocimiento y entendimiento de nuestra psiquis y también es debido a lo que los católicos llaman la Gracia Divina, a la cual se le da el nombre de Espíritu Santo.

Para aquellos que deseen prueba de la conexión entre un cambio en la psiquis y la creación o realización de ese contacto con el “reino que no es de este mundo” podemos dirigir su atención a lo ocurrido con santos de renombre, tanto católicos, como musulmanes, como budistas. 

Para aquellos que son católicos y leen estas líneas lo más probable es que estén familiarizados con los procesos de “capacitación” y de “iluminación o descenso del Espíritu Santo” en las vidas de San Ignacio de Loyola y de San Francisco de Asís, los cuales fueron traumáticos, largos, se puede decir, sin pelos en la lengua, que rayaron en la locura, y, en contrapartida, instantáneos, suena a incongruencia, verdad? Ambos, combatientes y amigos de la guerra, jóvenes con amor y deseo del mundo, de probar suerte en la batalla, amigos de tabernas y borracheras. Luego de una enfermedad “fisiológica”, o ¿habrá sido del espíritu?, ambos se lanzan de lleno a una vida de servicio y de pobreza, completamente opuesta a la forma de vida que habían llevado hasta ese momento. Tal es el cambio que hasta uno de ellos es desheredado, locura total! Esta podemos llamarla la etapa de “capacitación” de conocerse a sí mismos, y a través de ese conocimiento, conocer a su Creador. 

Finalmente el momento de la “iluminación” es instantáneo, e inesperado. A San Francisco le ocurre cuando reza en una pequeña iglesia abandonada: “Mientras que Francisco estaba rezando ante el crucifijo en la iglesia abandonada cerca de San Damiano, fuera de los muros de Asís, escuchó una voz diciéndole que debía "reconstruir mi Iglesia". Con su entusiasmo típico tomó ésto literalmente, vendió algunos fardos de tela del almacén de su padre y donó las ganancias a la cura. Esta acción impulsiva le llevó a ser desheredado públicamente por su padre, tras lo cual, en un gesto dramático, se despojó de sus vestidos, quedándose desnudo ante el pueblo reunido de Asís, simbolizando su ruptura con el pasado. "De ahora en adelante", declaró, "diré 'Mi Padre que estás en los cielos', y no 'Mi padre Pietro Bernardone'".” 7 

En tanto que a San Ignacio, el momento de “iluminación”, como le ocurrió a San Francisco, le llega igualmente de forma instantánea e inesperada: “Una vez iba por devoción a una Iglesia qua estaba a poco más de una milla, de Manresa. El camino bordeaba el riacho. Caminaba inmerso en sus oraciones y se sentó por un rato frente al riacho qua corría ahí abajo. Era el Cardoner, afluente del río Llobregat. Y mientras estaba ahí sentado, se le comenzaron a abrir los ojos del entendimiento. No veía nada, pero entendía muchas cosas, tanto espirituales como las de la fe y de las letras. Esto se realizó con tal iluminación, qua todas las cosas le parecían nuevas, no podía decir cuales en particular entendió entonces, ni si habían sido muchas, sino que recibió una gran claridad en el entendimiento, mayor que en todo el transcurso de su vida. Después comentaría que reuniendo todo lo que había recibido de Dios y lo que aprendió, nunca le pareció haber alcanzado tanto como en aquella única vez.” 8 

El resaltado y subrayado en los párrafos anteriores pertenecen a mí, y lo hago para resaltar el desapego en que ambos individuos se encontraban al momento de la iluminación. Si habláramos con un budista, un sufí, o alguna otra persona que haya andado el camino del auto conocimiento o “iluminación”, hoy en día probablemente diría que en ese momento ambos se habían vaciado, y sus canales de captación estaban abiertos para que el conocimiento universal entrara en ellos. Que habían vaciado sus egos y sus psiquis, permitiendo de esta forma la entrada de la sabiduría de su Ser.

Para aquellos interesados en el tema les comparto un par de sitios, donde se escribe sobre la “iluminación” de Siddharta Gautama, Buda, y del Mevlana Yalal ad-Din Muhammad Rumi, conocido simplemente como Rumi, Santo y poeta sufí del siglo XI. Para información sobre Siddharta Gautama, Buda, pueden visitar La Preciosa Historia de Como el Buda Llego a la Iluminación ALTERCULTURA por: ALEJANDRO MARTÍNEZ GALLARDO - 05/08/2017 https://pijamasurf.com/2017/05/la_preciosa_historia_de_como_el_buda_llego_a_la_iluminacion/
En cuanto a información sobre Rumi, pueden visitar Yalal ad-Din Muhammad Rumi, en https://es.wikipedia.org/wiki/Yalal_ad-Din_Muhammad_Rumi.

Si prestan atención verán que los dos procesos nombrados con anterioridad: “capacitación” e “iluminación o descenso del Espíritu Santo” vuelven a aparecer en el proceso de desarrollo “espiritual” tanto de Buda como de Rumi. Si bien en el caso de Buda éste va en búsqueda de la “iluminación” a través de la meditación, nuevamente el vaciado del ego y la psiquis, en el caso de Rumi, ocurre a través de su contacto con Shams-e-Tabrizi, Maestro y Guía “Espiritual” sufí, no sin antes haberse vaciado de su ego y de su psiquis, de igual forma que Jesús Cristo lo hizo con sus discípulos.

Como vemos, las palabras “mi reino no es de este mundo” no son usadas como un indicador que debemos literalmente morir para alcanzar ese reino, mas bien son una aclaración que nos ayuda a entender que el trabajo a ser realizado no puede ser comparado con ningún otro trabajo de desarrollo personal que se relacione con el mundo. Mas bien es una enseñanza que va más allá de lo que podamos aprender a través de la memorización, el intelecto, los sentidos, y los sentimientos. Una enseñanza que trabaja sobre la psiquis humana para limpiarla, destupirla, y prepararla para que esa sabiduría universal que siempre ha estado, está, y seguirá estando, pueda entrar en todos aquellos seres que la buscan y anhelan desde sus corazones, y no desde sus condicionamientos.

Siempre ha habido, siempre hay, y siempre habrá maestros, Verdaderos Maestros, que como todo buen guía, han recorrido el camino, y han decidido “regresar” a enseñarlo a aquellos que lo buscan y necesitan. Pero eso, eso es tema para otro artículo.


Referencias

1. https://blogs.20minutos.es/yaestaellistoquetodolosabe/de-donde-surge-el-termino-cristo-que-se-relaciona-con-jesus-jesucristo/#:~:text=En%20realidad%20el%20t%C3%A9rmino%20'Cristo,acompa%C3%B1e%20al%20nombre%20Jes%C3%BAs%20de 
2. Las Parabolas de Jesus http://roble.pntic.mec.es/jfeg0041/todo_reliduques/jesus/activi_jesus/para/parabolas.htm 
3. LA ENSEÑANZA DE BUDA, https://www.bdk.or.jp/pdf/buddhist-scriptures/05_spanish/TheTeachingofBuddha.pdf 
4. Escritos del Cristianismo Primitivo, El Himno de la Perla • El Himno del Alma, https://escritosdelcristianismoprimitivo.com/El-Himno-de-la-Perla/ 
5. El Himno de la Perla, https://es.wikipedia.org/wiki/El_Himno_de_la_perla 
6. DailyVerse.net https://dailyverses.net/es/mundo 
7. Franciscan Friars, Province of Saint Barbara, San Francisco de AsísNuestro Fundador, https://sbfranciscans.org/quienes-somos/nuestra-historia/san-francisco-de-asis/?lang=es 
8. Sobre el Discernimiento Espiritual en San Ignacio de Loyola, http://members.tripod.com/act_marin/sobre_el_discernimiento_en_sil.htm