El punto número uno es fácil de demostrar, comprender y digerir. Hagamos un ejercicio mental: imagínate que en vez de haber nacido en el lugar y la familia donde naciste hubieras nacido en Japón (para aquellos que son Japoneses imagínense que hubieran nacido en otro país), lo primero con lo que estarás de acuerdo es que hablarás un idioma distinto, después tu alimentación será distinta de la cual estás acostumbrado, tu cultura y tus modales serán marcados y establecidos por la cultura Japonesa, y tus creencias, incluyendo las “religiosas”, estarán condicionadas por las creencias de la familia y el entorno en que naciste y creciste, y probablemente seas un budista. Todo esto es normal, y al mismo tiempo te hace “diferente” a personas que hayan nacido en otros países, culturas, y tiempo.
Ahora bien, como dice el punto dos: “todos somos creados iguales” veamos que dicen algunas de las creencias sobre esta igualdad.
Uno de los principales preceptos del Zoroastrismo dice: “Igualdad: igualdad de todos, al margen de diferencias de sexo, raza o religión.”1 Hago referencia al Zoroastrismo por la marcada influencia que tuvo en las creencias y religiones Judía, Cristiana y Musulmana, así como en la cultura Griega, base de nuestra cultura Occidental junto con el Judaísmo y el Cristianismo. Aquí les paso un dato curioso, y más conectado con nuestros tiempos sobre el Zoroastrismo: “El zoroastrismo, la misteriosa religión que cambió a Occidente, fue practicada por Freddie Mercury e influyó en "Game of Thrones"2

En cuanto a la Biblia se refiere, lo cual abarca las creencias de judíos y cristianos, les comparto lo que dice un estudio, y les comparto el link para aquellos que deseen ahondar más en el tema: “Creo que el relato de la creación en Génesis 2 fue diseñado para mostrar la igualdad, compatibilidad y unidad del primer hombre y la primera mujer. Ambos provinieron de la misma fuente, ha’adam, y compartieron la misma carne hecha del mismo suelo al cual Dios mismo le había dado vida por medio de su propio aliento (Génesis 2:7).”3 Si bien el artículo se centra en el origen de Adán y Eva, siendo éstos, de acuerdo a las creencias basadas en la Biblia, o sea el Judaísmo, el Cristianismo, y el Islamismo, los primeros “seres humanos” creados por Dios, entonces todos sus descendientes, es decir toda la humanidad, comparten esta característica de ser todos iguales.
Por ultimo veamos que dice el Budismo: “Al nacer, todos los seres humanos están naturalmente dotados de las cualidades que necesitamos para nuestra supervivencia, tales como el cuidado, la crianza y la bondad amorosa. Sin embargo, a pesar de que ya poseemos tales cualidades positivas, tendemos a descuidarlas. Como resultado, la humanidad se enfrenta a problemas innecesarios. Lo que tenemos que hacer es esforzarnos más por mantener y desarrollar estas cualidades. Por lo tanto, la promoción de los valores humanos es de importancia primordial. También tenemos que centrarnos en cultivar buenas relaciones humanas, porque, independientemente de las diferencias de nacionalidad, fe religiosa, raza, o de si la gente es rica o pobre, educada o no, todos somos seres humanos.”4 En esta cita del actual Dalai Lama, podemos notar como se hace énfasis en la igualdad de todos los seres humanos. No sólo el Dalai Lama menciona que todos nacemos dotados de las mismas cualidades, sino que hay que hacer el esfuerzo y el trabajo para mantenerlas y desarrollarlas. Así mismo, termina mencionando que “todos somos seres humanos”, sin importar la raza, credo, nivel social, capacidad intelectual, etc., que posea cada individuo.

En qué consiste este esfuerzo que menciona el Dalai Lama, y al cual se refiere cualquier Maestro que ha andado el “camino”? Y en qué consiste? Dónde está, dónde yace, dónde se esconde esa igualdad? Este esfuerzo, o trabajo, es el Verdadero Trabajo, el Verdadero Yihad (guerra santa musulmana), la Verdadera búsqueda del Cáliz de Cristo de los Caballeros de la Mesa Redonda, la búsqueda de la “iluminación” de los budistas, etc., y no es otra cosa que el desarrollar una “Consciencia” profunda y constante de esta realidad de la cual todos somos participes: todos venimos de un mismo origen y todos regresaremos a él.
Es un trabajo interno, un esfuerzo constante por recordar nuestro origen divino como se nos enseña en la Biblia (Génesis 26 – 27): “26. “Dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. Que tenga autoridad sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo, sobre los animales del campo, las fieras salvajes y los reptiles que se arrastran por el suelo.» 27.Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó. Macho y hembra los creó.”5

 
Es interesante el llamar la atencion al uso de dos palabras en el versicculo 26: “imagen y semejanza”. Porque dos palabras y no solo una? Cual es la diferencia entre imagen y semejanza? Si nos basamos en textos Hebreos antiguos el uso de dos palabras una detrás de la otra era usado para reforzar la idea dada por la primera palabra. Ahora bien, las palabras imagen y semejanza tambien se usan en la Biblia Hebrea separadas y refiriendose a “cualidades” impartidas por el Creador al hombre, notese que el termino hombre usado en este contexto denota tanto al varon como a la hembra. La palabra imagen no es lo mismo que semejanza, la palabra imagen es un reflejo del original mientras que la palabra semejanza implica igualdad de caracteristicas. 6
Permítanme tomarme la libertad de hacer volar un poco la imaginación y presentar la siguiente idea: la palabra imagen se refiere al cuerpo del ser humano como si, formado por billones de células cada una cumpliendo una función de acuerdo al lugar y tiempo donde se encuentra, fuera la creación misma que a su vez está compuesta de un número infinito de átomos cada uno cumpliendo una función determinada en su debido tiempo y en su debido lugar; mientras que la palabra semejanza se refiere a la capacidad de imaginar y crear. Así como Dios creo, crea y seguirá creando, el ser humano también lo ha hecho, lo hace y lo seguirá haciendo. Sera que el ser humano es una de las formas que Dios usa para continuar Su creación? ¡Hummmmm, interesante idea aunque algo extraña!

 
Basándonos en la libertad tomada en el párrafo anterior ahondemos que puede significar en este contexto bíblico la palabra “semejanza”. Imaginemos que al usar la palabra semajanza, se nos quiere decir que cada uno de nosotros tiene la cualidad “divina” de crear. Todos somos “creadores”, es obvio, hasta donde nuestro limitado conocimiento abarca, que de toda la naturaleza el único ser viviente que posee esta cualidad divina es el ser humano. Si bien, algunas especies de animales tienen la capacidad de construir “instrumentos” varios que los ayudan a obtener comida, comunicarse unos con otros, hasta para atraer pareja en el momento de aparearse, el único que “crea” algo de la “nada”, realmente existira la nada?,  es el ser humano.
Sólo basta echar una mirada a tu alrededor y verás, te toparás, sentirás muchas de estas creaciones “humanas”: carros, celulares, teléfonos, tv, música, dibujos y pinturas, ropa, tipos de comida, edificaciones, etc., podemos decir que la existencia del ser humano es una creación constante, que por siempre ha existido y jamás dejara de ocurrir. Una forma de verlo es que Dios continua creando a través del ser humano, y es ésta una de las razones importantes de nuestro ser y existir. Mientras que la creación de Dios, el Creador, Ala, o la Fuente Universal escapa de la dualidad, la del ser humano se rige por esta: el mundo en que vivimos está basado en la dualidad: bonito y feo, grande y chiquito, colorido y sin color, armónico y discrepante, etc., y para hacerlo aún más complicado cada uno de estos aspectos los dividimos o fraccionamos aún más basado en nuestros gustos, condicionamientos, cultura, etc. Como bien dijo Rumi, erudito y teólogo islámico de origen persa del siglo XIII: “Dios te pasa de un sentimiento a otro y te enseña por medio de los opuestos, para que tengas dos alas para volar, no una.”6

Ahora bien, estamos tan “enamorados” y atrapados por este mundo que se nos ha olvidado nuestro origen divino. Nos hemos olvidado de esa conexión “Real” y constante que existe entre lo creado y el Creador, es más, lo hemos convertido en una fantasía, un viaje galáctico, un milagro, un sueño irreal. Hemos cerrado nuestros ojos al Verdadero camino, un camino que involucra tiempo y esfuerzo consciente de parte tanto del alumno (discípulo) como del profesor (Maestro). Es de hacer reír el pensar que el ser humano dedica unos dieciséis a dieciocho años de trabajo arduo, a veces interesante otras aburrido, y de variadas formas para obtener un título universitario y poder llamarse arquitecto, doctor, ingeniero, educador, contador, etc., y sólo dedica un poquito de tiempo para obtener el Conocimiento más valioso del universo: Conocerse a sí mismo, y más absurdo aun, la mayoría de las veces lo hace sin la guía correcta, sin el profesor o maestro que le indique el camino correcto, hummmmmm! Interesante, verdad?!
Tomemos como ejemplo los ejercicios espirituales de nuestro querido San Ignacio de Loyola. Estos ejercicios son una guía para hacer un viaje interno, dentro de uno mismo, y cuya finalidad es la de ayudarnos a conocernos a nosotros mismos, y darnos a conocer nuestra función “divina” en esta vida: “Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola son una secuencia ordenada de meditaciones y contemplaciones -ejercicios- que surgen de la profunda experiencia espiritual que el santo vive a partir de su conversión; su objetivo es ayudar al que se ejercita en ellos a descubrir cuál es la voluntad de Dios para su vida.”7 Casi nada, ayudarnos a descubrir cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas! Dichosos aquellos que llegan a tener este punto claro ya que esto les da, lo que podríamos llamar, carta libre en cuanto a las decisiones a tomar en su vida ya que se puede decir que tienen una luz que los guía hacia el cumplir la voluntad de Dios.

Si comparamos la finalidad de los ejercicios espirituales de San Ignacio con aquellos de los budistas, de los sufís8, etc., veremos que el norte es el mismo: viajar dentro de uno, conocerse, y a través de este conocimiento llegar a la conciencia de un “Trabajo” o de cumplir una “Voluntad” que va más allá del trabajo que realizamos a diario para subsistir. Un Trabajo conectado con la capacidad creativa, la cualidad divina que existe dentro de cada Ser humano.
Es en la realización y cumplimiento de este Trabajo donde yace la Verdadera vocación de cada Ser humano. Vocación que se ha extraviado en un mundo que nos llena de adjetivos, epítetos, glorificaciones, sentimientos no válidos, etc., que no llegan al talón del trabajo verdadero que cumplimos al vivir conscientemente la realidad para la que fuimos creados: “Hágase tu Voluntad”.
Podemos tomar la parábola de las Diez Virgenes9 como una enseñanza sobre la necesidad de estar preparados y “despiertos” a la venida del Espíritu Santo, Iluminación, Despertar, o cualquier otro nombre que se le desee dar a ese momento en que el conocimiento y el entendimiento se realizan en uno mismo. No esperar al final del mundo, no antes ni después del apocalipsis, si no como lo menciona la misma parábola en el versículo 25. 13: “"Por tanto, estén despiertos, porque no saben el día ni la hora.", o sea, en un día cualquiera en que el sol haya salido por la mañana, o se haya puesto al atardecer, y en el que estemos vivos, en este plano.
Es a estar “despiertos y conscientes” a este momento de “realización” donde nos buscan llevar, y capacitar a percibirlo, los ejercicios “espirituales” validos de cualquier índole, fe, u origen religioso.