Lo primero que hay que visitar en Puerto Cabello es su casco histórico, muy interesante y repleto de casas coloniales que parecen querer contar historias y leyendas fascinantes. Uno de esos relatos narra que el general José Antonio Páez vino desde Valencia hasta aquí con sus lanceros, para expulsar definitivamente a los realistas de Venezuela, que permanecían acantonados en Puerto Cabello hasta el 8 de noviembre de 1823 ¡Dos años después de la batalla de Carabobo! El camino por donde entraron al pueblo era un manglar que hoy se conoce como calle Los Lanceros, una de las más hermosas del casco colonial, nombrada así en honor a los llaneros liberadores.
En el centro de la ciudad hay muchos monumentos patrimoniales y todos son valiosos. Comience por la iglesia de San José, en la Plaza Bolívar, construida con piedras de coral por la compañía Guipuzcoana en el año de 1700. Allí se casó el prócer Bartolomé Salom, y Páez recibió la espada de rendición definitiva por parte del comandante español. Continúe hacia la casa de la Compañía Guipuzcoana, una casona de dos pisos con un enorme patio central, balcones coloniales y techos de tejas. Entre también en la preciosa iglesia del Rosario, recorra la plaza Salom y el Monumento El Águila, construido en honor a los soldados norteamericanos que ayudaron a los patriotas en la guerra de independencia.
Camine por la plaza Juan José Flores y por el malecón, hasta llegar al Teatro Municipal, que es un bellísimo edificio donde cantó Carlos Gardel y bailó Ana Pavlova. Por cierto, enfrente al teatro en el malecón de la marina está el Skate Park, un parque para patineteros enorme y único en Venezuela, que cumple todas las reglamentaciones internacionales.
Hay una necesidad histórica de recuperar el Castillo Libertador, que es la más importante atracción patrimonial y turística de Puerto Cabello, pero lamentablemente se está deteriorando. Fue construido en 1732 por ingenieros europeos con el nombre de Castillo San Felipe y sus macizos muros son testigos silenciosos, de cómo los españoles repelieron con éxito un feroz ataque de la flota inglesa en el año 1743. Además, el 30 de junio de 1812 se perdió en este castillo la Primera República, y el 10 de noviembre de 1823, sus patios dieron testimonio de cómo fue arriada por última vez la bandera española en suelo venezolano. En sus calabozos estuvieron presos, Francisco de Miranda, Bartolomé Salom, Vicente Salias y muchos más luchadores por la libertad de este país.
Alejándose del centro, vale la pena visitar el cementerio alemán, que está comenzando la vía a San Esteban, al borde de la avenida Circunvalación del Mar y muy cerca del mercado municipal. El lugar es único y misterioso, y sus lápidas anuncian apellidos como Kolster, Gramko, Romer, Starke. En su entrada está una de los pocas estatuas del Barón Humboldt que hay en Venezuela, quien visitó a Puerto Cabello en el año 1800, cuando solo vivían aquí 9000 personas.
Muy cerca, en una colina, está el Fortín Solano. Fue construido en 1766 por órdenes del Capitán General de Venezuela, José Solano, para defender a la ciudad de los piratas y ofrece la mejor vista de Puerto Cabello. El fortín sirvió de prisión para Pedro Carujo, asesino frustrado de Bolívar. Además, fue el escenario de bombardeos inclementes en el golpe de estado de 1962, llamado “El Porteñazo”. Está muy bien mantenido y hay un café – restaurante buenísimo.
CÓMO LLEGAR:
Para llegar desde Caracas recorrerá 212 kilómetros por la autopista regional del centro hacia Valencia, y en Yagua se toma la autopista hacia Puerto Cabello. Hay que contar unas tres horas, si en la autopista no se presenta algún choque o inconveniente que son frecuentes.
DÓNDE COMER:
Hay muy buenos restaurantes en Puerto Cabello. Si usted disfruta la comida árabe le recomiendo Saade, en el malecón. Teléfono: (0242) 361.90.41. Moréa es otra muy buena opción gastronómica, con un ambiente relajado y alegre. Está al lado del Skate Park. Teléfono: (0242) 361.95.12. Boza’s Café es otro lugar jovial donde se come divino, ubicado dentro del Teatro Municipal.
DÓNDE ALOJARSE:
En cuanto al alojamiento le recomiendo la posada Santa Margarita con los ojos cerrados. Es una vieja casona colonial construida en el año 1748 y perfectamente acondicionada por sus dueños, para recibir a los turistas como si estuvieran viviendo un sueño. El sitio está decorado con un gusto exquisito, las habitaciones son comodísimas y el ambiente es el más romántico que uno puede desear. La posada es realmente espectacular y sus dueños amabilísimos. Calle Bolívar, casa 4-36. Teléfono: (0242) 361.71.13, www.circuitodelaexcelencia.com.
DÓNDE COMPRAR:
En Puerto Cabello hay unos artesanos excelentes, que trabajan con destreza y mucha creatividad. Cómprele un cuadro al pintor Walter Rocha, en la calle Los Lanceros. También vaya al taller de Javier La Rosa, en la zona del malecón, y adquiera alguna de sus obras. Y ni hablar del genial Joel Álvarez Landa, con sus esculturas de piedras en equilibrio y su conversación siempre agradable. Vaya con él al “Pozo encantado”, para que quiera mucho más a esta zona tan especial.
NO OLVIDE:
Puerto Cabello es un destino de playa, así que no olvide apartar unas horas para ir a la playa de Patanemo, la preferida de los lugareños. En uno de sus restaurantes pida un pescado fresco, y los mejores productos del mar. Si tiene más tiempo debe ir en lancha a Isla Larga, que es preciosa y su viaje será inolvidable.
Álvaro Montenegro
alvaromont@gmail.com