En nuestra pasada entrega, comentamos acerca del valor que sugiere la naturaleza de las organizaciones hoteleras a partir de su complejidad. Introdujimos algunos aspectos que posibilitan el legado de valores y la cultura organizacional como factores de inspiración, que elevan la gestión de los servicios en nuestro país.

Hoy nos detenemos a conversar sobre el mensaje que diera el Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral , S. E. el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, con motivo del Día Mundial del Turismo, que se celebra cada año el 27 de septiembre.

Este mensaje se titula “Turismo y empleo: un futuro mejor para todos”. Un tema que recuerda el informe: “Trabajar para un futuro más prometedor” , propuesto por la Comisión Mundial de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que este año celebra su centenario.

En su contenido, vemos cómo distingue el tratamiento que se le da al tema del turismo desde la perspectiva del trabajo, considerando los aspectos característicos de la dimensión laboral.

Con este punto de partida, descubrimos uno de los primeros ámbitos de desarrollo integral como seres humanos, mientras se pone de manifiesto cuando se conjugan conceptos transversales. Estos son: la paz, la solidaridad y la inclusión, tanto en lo personal como en las relaciones con otros.

Es ese sentido de realización del que habla, del ser humano que trabaja en cooperación y armonía. Que favorece el alcance de los objetivos más elevados. Que permite distinguir el modelo de sociedad aspirada a partir de la filosofía de la naturaleza de nuestro sector profesional, develada en sus raíces fundamentales. Es a la cual yo llamo: “la gestión del servicio, la gestión del ser”.

Trabajar en cooperación y armonía nos favorece a todos

Más allá de los problemas relacionados con el trabajo que menciona el Cardenal en el sector del turismo: variedad profesionalidad; condiciones de precariedad —a veces hasta de ilegalidad—; salarios injustos; trabajo forzado; separación de la familia; estrés laboral y competitividad exacerbada, nos invita a dar una mirada profunda, tanto a las oportunidades de empleo, como a las de promoción humana, social y cultural que subyacen.

En estas circunstancias los jóvenes son grandes protagonistas. Ahora, aquí los no tan jóvenes somos responsables de construir un legado, una plataforma que funcione como pista de despegue. O como pista de aterrizaje, ambas desde la perspectiva del acompañamiento permanente, con la apertura de mirar tanto el todo como las partes. Así, el aprendiz partirá de una excelente experiencia personal que le permitirá trascender.



La Organización Mundial del Turismo (OMT) muestra que, de 11 puestos de trabajo en el mundo, al menos uno es generado, —directa o indirectamente— por el turismo. También registra un crecimiento constante del fenómeno que involucra a millones de personas en todos los rincones del mundo.

Se habla de un ciclo expansivo, con enormes implicaciones a nivel social, económico y cultural. En 1950, los turistas internacionales eran algo más de 25 millones. Para la próxima década se estima que podrían alcanzar la cifra de dos mil millones de viajeros en todo el mundo. ¡Díganme si esto no representa una gran oportunidad!

Facultar relaciones a propósito del encuentro de personas y su territorio, abre grandes posibilidades. Una de ellas es la construcción de la experiencia que favorezca las formas como enmarcamos nuestra cultura, matizada por la especificidad de nuestros servicios.

En cuanto a nuestros servicios, estos pueden llegar a tales niveles de especialización, que agreguen mucho valor. Inclusive hasta a lo básico que significa, para muchos de nosotros, levantarnos cada día convencidos de que servir es la consagración humana.

Llegamos a un punto en donde nos despojamos de prejuicios, de símbolos equívocos. Admitimos nuevas formas de pensamiento que impregnen nuestra cotidianidad, a lo más íntimo y cercano de nuestro entorno, irradiando nuestro alrededor. Es una verdadera fórmula de éxito y muestra de fe, donde damos pasos firmes en nuestro camino hacia la excelencia. Hacia a la consagración espiritual y humana.

“Sumergidos en búsqueda de las claves gerenciales hoteleras”