Tras un par de años obligados a la introspección y al encierro, qué puede ser más maravilloso que dejarse llevar por la imaginación y emprender una aventura que podría cambiar su forma de ver la vida, convertirse en una experiencia para equilibrar mente y cuerpo y reencontrarse consigo mismo. Sí, esa escapada existe. Queda un poco lejos de esta zona caribeña, pero bien vale la pena.
Se trata de Bali, esa isla maravillosa, mil veces promocionada a través de filmes y novelas y localizada entre el Sudeste asiático y Oceanía. Es solo una de las 17.500 islas con que cuenta Indonesia, la cuarta nación más poblada del mundo, que está rodeada por los océanos Índico y Pacífico y el Mar de la China Meridional.
A Bali le llaman la Isla de los Dioses y es tan hermosa que la industria cinematográfica utiliza sus paisajes para ambientar todo tipo de argumentos, desde romances y temas psicológicos (como Comer, rezar. Amar con Julia Roberts y la más reciente con George Clooney, Viaje al Paraíso), hasta historias de aventuras, crímenes y misterio.
Las islas de Indonesia poseen una fascinante cultura, con actividades y sitios de increíble vida espiritual, ciudades llenas de vigor y pueblos apacibles, deportes de todo tipo para los más activos, hermosas playas con una fauna marina increíble, acantilados de vértigo, olas de campeonato, naturaleza privilegiada, nuevos sabores y gente amable
Bali es el nombre tanto de la isla como de la provincia, que incluye las islas Nusa Penida, Nusa Lembongan y Nusa Ceningan. La capital y ciudad más poblada es Denpasar. Turistas y portales de viaje coinciden en que lo recomendable es incluir en el recorrido tanto las islas Nusa como las islas Gili.
Para todos los gustos
Es un destino para complacer, no importa si se trata de mochileros, exploradores, aventureros, deportistas, recién casados o quienes buscan un ambiente místico y de relajación. En sus 5.780 km2 encontrarán alucinantes paisajes de montañas volcánicas, increíbles plantaciones de arroz, hermosa infraestructura, playas coralinas de arena blanca y aguas turquesa, acantilados asombrosos, enérgicos espectáculos de danza, gente muy amable y los sitios más adecuados para practicar deportes o conocer la naturaleza de ese lado del planeta. Además, la isla es muy conocida por sus templos y sitios de retiro espiritual para practicar yoga o meditación.
Qué ver
La mejor manera de viajar a Bali es planificar el recorrido o contratar un tour. Puede visitar los sitios turísticos o los menos conocidos. Hay una oferta muy variada de excursiones en barco o minicruceros que los llevan alrededor de la isla o los trasladan a islas cercanas. La mayoría incluye visita al templo Besakih y el lago Batur, al pie del volcán activo, con hermosas vistas. Besakih es el templo madre de la isla, integrado por 86 santuarios con más de mil años de antigüedad. Está ubicado en la ladera del monte Agung, a unos mil metros de altitud, entre arrozales, colinas y arroyos. Es el lugar de culto más importante y cada año se celebran allí más de 70 ceremonias.
La excursión al volcán sagrado Batur empieza antes de que amanezca para poder ver la salida del sol desde la cima. Está situado a una hora de Ubud en carro. La excursión dura dos o tres horas de trekking, se hace con guía e incluye desayuno. Las vistas son espectaculares. Hay que llevar calzado adecuado y abrigo.
Puede visitar Ubud, en las montañas centrales. Por lo general, quienes planifican un viaje a Ubud por un día o dos, terminan por quedarse más tiempo para disfrutar de su cultura y de la gran variedad de actividades. Es el centro cultural de Bali y el hogar de artistas tradicionales. Allí están el Mercado de Arte, el Palacio Real Puri Saren que presenta espectáculos nocturnos de danza tradicional, el Museo de Arte Agung Rai y el Museo de Arte Meka.
En la isla se celebran numerosas festividades religiosas y puede participar en algunas, hacer retiros de yoga y meditación Surya balinesa o, simplemente, recorrer los templos. En Kuta están las mejores playas. Son ocho kilómetros de arena blanca y aguas transparentes, el sueño de los surfistas. En la noche puede divertirse en clubes, bares o fiestas al aire libre.
El Bosque de los Monos es un lugar sagrado y el hábitat de más de mil macacos de cola larga. Se localiza en Ubud, a 10 minutos caminando desde el centro de la ciudad. Recomiendan no llevar nada porque los animales roban a los visitantes, aunque hay policías que los controlan.
Pura Tanat Lot es un bello templo situado en un islote rocoso rodeado de olas rompientes.
Su construcción data del siglo XVI. La mejor vista es durante el ocaso. Se puede cruzar a pie hasta este lugar místico, si la marea está baja.
Los arrozales de Tegallalang, a 20 minutos de Ubud, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y son de las zonas más fotografiadas. Se recomienda ir temprano.
El templo sagrado de Uluwatu, construido al borde de un acantilado, protege a los isleños de espíritus malignos desde el 900 d. C. Las puestas de sol son bellísimas. Disfruta los espectáculos diarios de danza Kecak.
En plena selva, al norte de Ubud, se ofrece la visita a las cascadas de Sekumpul, que son siete caídas de agua. Entre bajar a la cascada, bañarse y subir transcurren tres o cuatro horas. Es recomendable contratar un guía local.
En el centro de Bali está Tirta Empul, un manantial sagrado. Los balineses creen que el agua que fluye de ese templo cura y limpia sus almas. Los visitantes pueden realizar el ritual de limpieza, si respetan las costumbres.
En el Elephant Safari Park, que también es hotel, se pueden montar elefantes que han sido retirados del transporte de troncos, bañarlos, frotarlos o pasar un día aprendiendo sobre esos adorables gigantes.
Seminyak, es la zona de playa más elegante de Bali, donde encontrarás moda vanguardista, joyas, muebles, tallas, artesanías, artículos del hogar y puestos de mercado. También, hermosas playas y bares y restaurantes que abren hasta tarde. Un espectáculo que se realiza al atardecer es la Danza del Fuego Kecak, con 50 o 60 hombres alrededor de antorchas.
El sueño de los surfistas se cumple en los acantilados de Uluwatu Amed, con arena negra volcánica, peces tropicales, escuelas y tiendas de buceo y hasta un naufragio. Los rompientes de esa zona están entre los mejores del mundo para “buscar la gran ola”.
Otras ciudades para visitar son Jimbaran (otro paraíso para surfistas), la playa Padang Padang (famosa por la película Come, Reza, Ama), y Canggu, popular entre los nómadas digitales, con campos de arroz, cafés estilo hipster, estudios de yoga, bares modernos y boutiques.
Paseos marítimos
Las islas Nusa Penida, Nusa Lempongan y Nusa Ceningan están a media hora en lancha, desde Sanur. Se puede practicar en ellas cualquier deporte acuático y hay pocos turistas. Una sugerencia es apartar tres días para disfrutarlas.
Las islas Gili, más paradisíacas que el mismo Bali, también son tres y hay excursiones fabulosas para disfrutar de ese ambiente relajado, nadar con tortugas, comer pescado fresco y ver la puesta de sol. Gili Air es muy pequeña y se puede caminar toda en un solo día. Gili Trawangan es la más grande y tiene un ambiente festivo hasta la madrugada. En el día la gente disfruta con los instructores de buceo, los mercadillos y las cafeterías. Gili Meno es la más pequeña y es perfecta para una luna de miel y pasear por la arena sin tropezarse con nadie. Tiene un santuario de tortugas.