Corinna Larsen demandó en la Corte de Justicia de Londres a Juan Carlos I por acoso. La demanda la presentó ante la justicia británica que, a diferencia de la española, no le reconoce la total inmunidad al ex monarca, refugiado en Abu Dabi. Sin embargo, la corte le ha permitido a sus abogados apelar.

¿Pero qué ha sucedido paralelamente a estos nuevos movimientos judiciales? Corinna ha decidido contarlo todo, lo que también ha dividido a la opinión pública; mientras que unos consideran que ha actuado sin escrúpulos, otros piensan que ya había demasiado lodo en el agua. Lo cierto es que esta es una historia que reúne todos los elementos para convertirla en una película taquillera y, ante los acontecimientos, Larsen, quien con cada relación amorosa ha ido ascendiendo en el escalafón social, parece que no le perdona al rey el no haber conseguido el título de reina consorte de España. El de princesa ya lo tenía, pues en su anterior matrimonio con el príncipe Casimir zu Sayn- Wittgenstein lo había obtenido.

En una serie de podcast, Corina Larsen brinda detalles de su relación con el rey emérito y no solo lo presenta con una vida triste que con ella vio las estrellas (hasta que se estrelló), sino que habla sobre irregularidades como el pago del viaje de boda de Felipe VI y Letizia, y el amor que Juan Carlos siente por el dinero.

En fin, una historia plena de sexo, opulencia y poder desarrollada por Project Brazen y PRX. Uno de los periodistas que elabora estos contenidos, Bradley Hope, ha asegurado que no existe ningún vínculo económico entre la firma y Corinna Larsen, sino que ella es un testigo más en este trabajo periodístico, que sólo busca mostrar las irregularidades de algunos personajes.

Lo cierto es que Juan Carlos I, a partir de ahora, ocupará otro lugar en la historia. Felipe VI tendrá que demostrar que es un rey con otra moral, mientras que la sociedad española deberá aprender a ser menos cortesana.

Decisiones que duelen
Otra monarquía que también ha dejado al descubierto que en la corte no todo es un jardín de rosas, es la danesa. La decisión de Margarita de Dinamarca de retirar los títulos de príncipes, así como el nombramiento de altezas reales a los cuatro hijos del príncipe Joaquín, ha provocado malestares, aunque sí preservaron los de conde y condesa de Montpazab.

El príncipe Joaquín, segundo hijo de la reina, sacó a la luz sus resentimientos y se dirigió a los medios para quejarse. Dejó entrever que era una medida desconsiderada y que dejaba a sus cuatro hijos en situación de inferioridad con respecto a los hijos del heredero.

La reina Margarita aclaró que tomó esta decisión pensando en el futuro y para proteger la institución. También subrayó que de esta manera sus nietos podrían tener más libertad para escoger su destino.

Nicolás y Félix, los dos hijos mayores de Joaquín con su primera esposa, Alexandra, no han seguido su formación militar, aunque ingresaron a la academia, pero consideraron que no era la actividad que deseaban para su porvenir. Nicolás trabaja como modelo y su hermano le sigue los pasos.

Esta situación también hizo reaccionar a la princesa Mary, esposa de Federico, el príncipe heredero. En una de sus declaraciones públicas destacó: “El cambio puede ser extremadamente difícil y puede doler mucho. Creo que la mayoría de la gente lo ha comprobado, pero esto no quiere decir que la decisión no sea la correcta”. Más adelante declaró que ellos también revisarán los títulos de sus hijos cuando llegue el momento. “Hoy en día no sabemos cómo será la Casa Real en la época de Christian”, dijo.

La rivalidad entre los dos hermanos también se reactivó. Atrás han quedado aquellos años de juventud cuando eran inseparables. Joaquín vive en París junto a su segunda esposa, Marie y sus dos hijos menores, Henrik y Athena.

Se ha anunciado una reunión propiciada por la reina Margarita donde estarán los dos hermanos.

La monarca no cambiará de opinión, pero trabajará para limar asperezas.

Otra princesa fuera de juego
La casa real de Noruega también ha dado un paso similar a la casa danesa. Anunció que la princesa Martha Louise ya no representará a la familia real y sus funciones de mecenazgo de varias organizaciones se distribuirán entre los otros miembros activos de esa familia.

Con esta medida, tanto la princesa como su novio tendrán mayor libertad para realizar sus actividades comerciales sin que éstas puedan repercutir en la familia real. Su prometido, Durek Verrett, tampoco gozará de ningún título cuando se casen, aunque sí quedó claro que ambos estarán presentes en las diversas actividades que se celebren en palacio. La diferencia con los daneses es que todo se desarrolló en armonía y ambas partes están de acuerdo.