A la palabra «artífice» en el idioma castellano, se le atribuyen dos significados. Por un lado, se utiliza para expresar que alguien ha sido el responsable de crear o inventar algo desde cero, y por otro, se emplea como sinónimo de artista, de alguien especial que hace maravillas con sus manos. Siendo así, el nombre de Clarissa Egaña no es ajeno a los designios de la Real Academia Española.

Aunque Clarissa estudió derecho en la Universidad Católica Andrés Bello y logró titularse con éxito, la moda siempre le guiñó el ojo. Dice, sintió desde niña una inexplicable pasión por el diseño y por la ropa en general. Y es que basta con verla, ya sea en persona o en sus fotografías en redes sociales, para atestiguar que es su gran afición.

Ya de adulta, el coqueteo de Clarissa con la moda pasó a un romance verdadero gracias a Bamboo Mare, una marca de trajes de baño que fundó en Caracas. Cuenta que, a través de este primer emprendimiento, comenzó su acercamiento con las telas y los diseños, pero también con Brasil, el país donde encontraría más tarde el producto que protagonizaría su más grande proyecto empresarial.

Debido a la inquietud de seguir creciendo, la venezolana se mudó a Miami. Sin embargo, no fue la moda propiamente el punto a explorar, sino las relaciones públicas. Clarissa trabajó para la maison Cartier en esa área obteniendo la experiencia necesaria para desarrollarse. A la par, se adentró en el complejo mundo del real estate y se desempeñó como diseñadora de interiores.

La mujer delante y detrás de Port de Bras

Además del fashion, el deporte ha sido una constante en su vida. Incluso estando embarazada de su hija Alana, jamás dejó de entrenar. Fue precisamente haciendo ejercicio, en una clase de Barre-un entrenamiento basado en posiciones clásicas de ballet que combina movimientos de pilates y yoga-cuando notó que la indumentaria que llevaba puesta no era cómoda; ni presentaba buen diseño. Sumado a esto, teniendo una importante crisis tiroidea, Clarissa comenzó a indagar sobre todos los factores que podían estar intoxicándola, descubriendo que, al sudar, la piel absorbía las toxinas que estaban en la mayor parte de la ropa de gimnasio, lo que le generaba diversos daños de salud.

A raíz de su propia necesidad, y de un nicho aún inexplorable, se instaló en su mente la idea de crear una marca de ropa deportiva hecha con materiales orgánicos. Deseaba crear un producto que fuera biodegradable, que tuviera calidad y estética. Pensó entonces en sus proveedores de Brasil y dio en el clavo: tela con tecnología Emana Technology, un material eco-friendly y dry-fit, perfecto para producir ropa fitness de lujo.

El resto es historia. Ya han pasado siete años desde entonces. Port de Bras, la marca de Clarissa, y la cual hace referencia a los movimientos y las posiciones de los brazos de las bailarinas en el ballet, es reconocida no solo en Venezuela sino también en distintos países como Islandia y Hong Kong. Ha sido reseñada en innumerables revistas como Vogue y Forbes, y es parte de Style Runner, la mayor compañía de venta electrónica de active wear. La firma igualmente ha llamado la atención por sus valores de sostenibilidad y sus diseños innovadores con espíritu. De ahí que maneje el lema: athleisure with soul.

- A propósito de sus diseños, ¿Cómo encuentra la inspiración para crearlos?

--Me inspiran muchos elementos. La arquitectura, la naturaleza, la moda en sí misma. Sobre todo, influye en mí la moda de Alta Costura y las tendencias. Pero siempre manteniendo una línea muy ligada al ADN de la marca que es el ballet, la feminidad y el confort. Me motiva crear piezas que no sean solamente de moda, sino también que sean cómodas y tengan performance.

Para realizar una colección el proceso creativo es vital, ¿Cómo es el suyo?

--Por lo general me gusta retirarme un poco. Irme a otro lugar donde tenga un poco más tranquilidad, de paz. De ser necesario algún espacio donde tenga contacto con la naturaleza. Estando en el lugar correcto, reviso las bases y la estructura de la colección en la que esté trabajando, pienso en las necesidades del cliente, en el merchandising, en la comercialización de piezas y más. Visualizo y defino qué necesito crear, por ejemplo: tres leggins, cuatro tops, dos chaquetas, etc. Luego pienso en base a las líneas, es decir, si voy a utilizar líneas rectas o curvas al diseñar, pienso en los colores que quiero usar y así voy. 

-Actualmente reside en Madrid, pero ha vivido en Estados Unidos y Venezuela, ¿cómo eso ha influido en su forma de diseñar?

--Vivir en distintos países me ha permitido estar en espacios libres para crear, para salirme un poco del día a día. Me resulta fundamental mover un poco los elementos que me rodean para poder evolucionar como diseñadora y para que ocurra lo mismo con nuestras colecciones. Eso sí, sin desligarnos de nuestras raíces, de nuestro lenguaje que ha sido el mismo desde el primer día. Quien revise nuestra primera colección hasta la más reciente The Unblended Collection FW’22, puede notar que la esencia es exactamente la misma: ropa deportiva sostenible ecológica con un estilo latino chic.

- ¿Cómo es un día en la vida de Clarissa Egaña, como mujer y como CEO?

--¡Wow! (Risas). Para mí es muy importante despertar y hacer ejercicio. Antes de irme a la oficina, me pruebo un set distinto de la marca, lo combino con otras piezas y veo como lucen. Observarme en el espejo me lleva a crear todo en conjunto, a pensar en el estilismo y más. Después viendo las fotos me gusta comprobar si lo que elegí genera una buena armonía. No necesariamente combino las piezas como las concebí en el diseño, sino que las adapto más para el día a día. Luego viene el office time (trabajar, trabajar y trabajar). En la noche me gusta estar con mis “pichones” Alana y Vicente Felipe, o salir a cenar con mi esposo, tomarnos un vinito y disfrutar un poco de los logros que hemos tenido durante la semana.

Una diseñadora original y en constante evolución

A través de Port de Bras Clarissa ha dejado constancia que la ropa deportiva no es básica ni aburrida; ni una simple licra que viste la piel. Por el contrario, con su visión ha marcado un antes y un después en esta arista de la moda, por medio de diseños 100% originales. En colores neutros, en tonos pasteles, con cortes varios y con elementos tan poco convencionales pero elegantes como holanes, mangas abullonadas y volantes fruncidos. Además, la diseñadora de 38 años ha querido evolucionar creando muchas otras piezas como jumpsuits, shorts y hasta trajes de baño, para respaldar las necesidades de sus clientas.

-Entre tantas piezas, ¿Qué recomienda a la hora de escogerlas?

--Creo que cada quien debe acudir a su estilo personal. Eso me funciona a mí en general. Hay personas a las que les gusta coleccionar piezas de cada línea e ir combinándolas en el tiempo. Otras prefieren usarlas a juego con lo que tienen en su clóset: con una camisa blanca, un blazer, una chaqueta de jeans o de cuero, con accesorios como botas, zapatos de goma o sneakers de lujo. Las piezas que creamos cada quien puede llevarlas a su espacio y hacerlas propias.

-Sus diseños están en el gusto de diversas celebridades, ¿qué opina sobre eso?

--Las celebridades son personas que tienen contratos con marcas, que tienen asesores que les dicen qué vestir. Cuando veo que se revelan y apuestan por propuestas como la nuestra, me emociono. Pero lo que es realmente importante para nosotros, y para mí, es la verdadera mujer que ama la ropa que hacemos. Apuntamos a quien le ilusiona llevar nuestros diseños. Esa mujer es la que nos da la mayor gratificación. 

Líder de moda en Latinoamérica

El éxito para Clarissa está íntimamente relacionado con el crecimiento que ha tenido la marca que lidera. Confiesa que el hecho de ser reconocida como pionera en la creación de moda deportiva de lujo, a través de un concepto que ha calado en la aceptación de muchos alrededor del mundo, la motivan a seguir. Es tal la aprobación hacia su labor en Port de Bras, que recientemente, fue galardonada como Diseñadora Latinoamericana del Año, en la categoría ready-to-wear en el Pitch to LAFS del Latin American Fashion Summit 2022, compitiendo con firmas como Leal Daccareth, Waimari, Eugenia Fernández y Efraín Mogollón.

-¿Qué representa la obtención de este galardón?

–Significa mucho, ya que la competencia no solo se desarrolla frente a un panel de jueces muy importantes dentro de la industria de la moda sino también junto a marcas que admiramos enormemente, que realizan diseños voluminosos, especiales e intimidan a los que realizamos nosotros, más ceñidos al cuerpo, con mucha técnica y precisión, pero que no son tan vistosos como lo que pueden llegar a ser otro tipo de creaciones. Por eso, fue una sorpresa el haber sido tomados en cuenta a pesar no de tener el típico producto de moda.

Clarissa comparte que el jurado calificador no solamente evaluó la parte estética de cada propuesta, también consideró otros aspectos como la originalidad, el potencial de crecimiento y la posibilidad de escalar en el negocio, viendo en Port de Bras todo eso resumido. 

 ¿Cómo se desarrolló su presentación en el Latin American Fashion Summit?