Fotos: Nestor Hernández
Agradecimientos: Aurora Café
El artista, es hijo de padre italiano y madre española, y aunque nació en Venezuela, este “ciudadano del mundo” como se define, posee una marcada formación multicultural, tanto a nivel personal como profesional.
De profesión ingeniero industrial, Azzato confiesa que desde pequeño “le ponía arte a todo lo que hacia”, desarrollando años después en la empresa de muebles de su familia, su pasión por el diseño y explorando posteriormente otras manifestaciones artísticas como la pintura, la fotografía, la tecnología aplicada al arte y más en la actualidad, proyectos relacionados a la docencia en su gremio artístico, descubriendo maneras de como enseñar a sus alumnos, a tener un business plan para saber vender y “aterrizar sus proyectos”.
Se confiesa fanático de la estética y de lo que para él representa la belleza, por ello continuamente está tomando apuntes y haciendo fotografías, buscando esquinas, detalles, y sobre todo, contrastes, mezclas y paleta de colores, que sean fuente de inspiración para futuros proyectos. De ellos, recuerda sus primeras obras, unas cajas elaboradas en acero que se abrían y contenían fotografías intervenidas por él, instalaciones artísticas que fueron del disfrute de muchas personas y que le dieron pié a continuar desarrollando su trabajo, a tal punto que llegó a tener su propia galería en aquel entonces.
El concepto de deconstrucción no es ajeno a Azzato, pues disfruta de sacar el orden de un elemento y hacer de eso una línea de su proceso constructivo y artístico. Su taller es un sitio de exploración, que va desde la pintura, hasta la intervención de Meninas en miniatura y por supuesto, las de gran tamaño que se exhiben en las calles. Para él, estas meninas llegan al presente de una manera disruptiva, para que nos den una narrativa distinta, nos enseñen algo a través de ella, lo que él denomina “El mensaje infinito de Velázquez”, un mundo, donde el arte urbano toma presencia, y en esta oportunidad, las marcas conecten con el público, en canales no convencionales. La Menina es entonces un lienzo en blanco, que representa más que una figura y que le permite proyectar mensajes diversos.
Considera un privilegio poder tener su Obra en un espacio público, y con orgullo relata que su proyecto expositivo, fue de las pocas exhibiciones que no se detuvo en la Pandemia. Considera además, que sus musas no tienen límites, que han evolucionado y quiere llevar una de ellas, hasta la luna. Ellas son musas reutilizables, ya que como relata, hoy pueden llevar un mensaje y a el año siguiente otro. Lo cierto, es que este defensor de la movida urbana y conceptual, ve en ellas sus medios ideales para acercarse al público y contrario a lo que se puede creer, este artista no busca la permanencia de las Meninas en los sitios, ya que no quiere que estas se conviertan en parte del mobiliario urbano; lo que busca, es tratar que la mayor gente posible, transmita su mensaje.
Al día de hoy, ya van más de 300 Meninas, todas en resina, en un proyecto que arrancó ocho años atrás, y del cual aún conserva, aquel primer boceto y aquella primera Menina en yeso.
Hoy, siente que ha recorrido un camino de experiencias, errores y triunfos, que con constancia y trabajo, lo han llevado a grandes satisfacciones, y aunque confiesa que le afectaba la crítica en sus inicios, hoy goza de un grupo importante de seguidores que lo apoyan y respaldan.
Ante la idea del planteamiento de una retrospectiva de su trabajo, no lo descarta, sin duda alguna llegará en algún momento. Por lo pronto, el artista se enfoca en su taller en España, su próxima séptima exhibición y su Velázquez Tech Museum, un espacio totalmente interactivo donde el arte y la tecnología se dan la mano para una experiencia única, que va desde Meninas intervenidas, hologramas y pare de contar… un mundo de más de 800 metros para disfrutar de la Obra de Velásquez en todos los sentidos.
En Caracas, por lo pronto, nos queda disfrutar de esta exhibición titulada “Meninas Madrid Gallery”, un encuentro entre dos mundos, donde 19 coloridas esculturas de 1 metro 80 de alto, nos deleitan en un interesante circuito artístico y donde podremos apreciar cinco de las cuales fueron intervenidas por grandes figuras venezolanas, como lo son el diseñador de modas Ángel Sánchez, la futbolista Deyna Castellanos, el “Sonero del Mundo” Oscar D’León y los jugadores de béisbol de las Grandes Ligas Gleyber Torres y Ronald Acuña. Es importante resaltar que estas cinco Meninas irán posteriormente a una subasta, cuyo fin será la recaudación de fondos para varias organizaciones que trabajan con los mas necesitados.
Es momento entonces de continuar con este impulso, de dar rienda suelta a la imaginación, y hacer que este sea, el primero de los muchos circuitos que llenarán nuestra ciudad, apoyados por supuesto por la empresa privada, nuestros dirigentes y un grupo de personas que crean firmemente en el arte, como medio ideal para ser más comprensivos, profundos y empáticos, con nuestro entorno.
Sigamos sembrando Arte
“Yo lo veo no como una Menina, sino como una silueta universal con una sección aurea determinada que Velázquez creó y que la hizo protagonista y la reivindico cada vez que sale a la calle”
Este tipo de eventos donde el arte forma parte de la ciudad, es de gran importancia, ya que más allá de la estética y el refrescamiento de los espacios físicos, se ha demostrado que aporta grandes beneficios al ciudadano, que van desde el plano psicológico, social y físico.