Sus inicios Su vínculo con la música no fue forjado con el tiempo. Fue una conexión elemental, inmediata e inevitable; ya que proviene de una familia musical. Su padre es trombonista y tocaba en la Orquesta Sinfónica Juvenil de Lara, su madre tiene talento para el canto; además de otros miembros de su familia que dominan a la perfección más de un instrumento. Entonces, este amor por la música solo brotó, nació sin ser buscado, sin ser impuesto.
El ejemplo de su padre se convirtió en el primer sueño de Dudamel, en sus inicios, también quería ser trombonista. Sin embargo, fue conquistado por la música clásica mucho antes de tener la posibilidad de sujetar el trombón. “Estuve esperando para tocar el trombón mucho tiempo... El único que había en casa era el que usaba mi padre. No teníamos la posibilidad de adquirir otro instrumento y ese me quedaba muy grande”, recordó entre risas.
Su crecimiento y formación fue en El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela. Su experiencia con el violín le permitió un avance veloz dentro de los grupos de iniciación: “Lo bonito de donde crecí, ‘El Sistema’, era que inmediatamente que avanzaba, podía enseñar a los que estaban comenzando. Además de ser alumno, me convertí en profesor inicial. Cuando estaba en la Orquesta Media, el profesor de la Orquesta de Iniciación me pedía ayuda y de ahí nació la guía hacia la Dirección”, relató.
Equilibraba diversas actividades cuando era niño, pero su juego favorito era dirigir. “Mi abuela me regaló una batuta y comencé a dirigir en casa las grabaciones. En ese tiempo salió una colección de discos de música clásica con muy buenas grabaciones y comencé a dirigirlas todas”, contó. En ese momento tenía solo 8 años.
Su pasión genuina por la música le permitió forjar su experiencia y conocimientos de la mano de grandes íconos, labrando su futuro, pero viviendo su presente, transitando un camino lleno de esfuerzo y trabajo duro. “Gané el Concurso de Dirección Mahler de Bamberg, Alemania; estuve con Simon Rattle en Berlín aprendiendo muchísimo. También con Claudio Abbado, con Daniel Barenboim… Tuve una escuela maravillosa junto al Maestro Abreu y mis compañeros del Sistema (...) También con mis compañeros de la Orquesta Juvenil en Barquisimeto y la Orquesta de Cámara Amadeus (…) Yo estoy dirigiendo desde los 11 años, que fue cuando comencé propiamente a estar al frente de una orquesta”, detalló.
Sus logros y su reciente título honorario de la Universidad de Harvard Desde temprana edad, Dudamel deslumbró al mundo con su vocación innata. Su corazón, sin siquiera proponérselo como meta, lo guiaba -aunque fuera como juego- hacia el lugar en el que realmente debía estar: dirigiendo orquestas altamente reconocidas a nivel mundial. Pasando por diferentes reconocimientos y coleccionando, además, hasta el día de hoy, una cantidad total de cinco Premios Grammy.
Fue nombrado director de música de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar en el año 2000. A sus 24 años debutó con la Filarmónica de Los Ángeles. A los 26, se convirtió en el Director Designado y a los 28 años asumió la dirección de la Orquesta.
Su trayectoria refleja su versatilidad y pasión artística. En el año 2015 fue director de una banda sonora icónica, que ha marcado un antes y un después en el mundo cinematográfico: la de la Guerra de las Galaxias, cuando John Williams extendió su invitación para participar en la dirección tanto de la apertura, como del cierre en la película Star Wars: Episodio VII – El despertar de la fuerza.
En el año 2016, dejó su huella imborrable en la memoria colectiva de todos los que esperan con ansias para disfrutar del show de medio tiempo del Super Bowl. Ese año se festejaba la quincuagésima edición de este evento deportivo, y Dudamel figuró a la altura, dirigiendo a la banda de marcha de la Universidad de California en Berkeley y la Orquesta Juvenil de Los Ángeles.
En el 2021 fue nombrado director de la Ópera Nacional de París.
Uno de sus logros más emotivos fue la dirección de la ópera Fidelio, junto al Coro de Manos Blancas de Barquisimeto, ya que ha marcado un hito histórico por llevar a cabo su presentación con personas discapacitadas.
Recientemente fue galardonado con un Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Harvard, como reconocimiento a su brillante carrera musical, la cual ha cosechado grandes éxitos y ha contribuido de manera extraordinaria en el mundo de las artes.
La esencia de Dudamel, la pasión que impregna todo lo que hace y su alma movida por la música, ha sido reconocida en todo el mundo, convirtiéndose en un ícono, digno de admiración y en un referente para todos los que sienten ese llamado por la música clásica.
“Tuve una escuela maravillosa junto al Maestro José Antonio Abreu…”.