La piel es una carta de presentación para el mundo. Es un espejo capaz de reflejar la realidad del estado de salud en general. Además de embellecerla; porque lo merece, debe ser cuidada apropiadamente y la Dra. Susana Misticone encontró su vocación ayudando a las personas en su búsqueda de la belleza, pero, sobre todo, de la salud
Su corazón fue conquistado por la medicina desde que era pequeña: “Tenía muy claro mi futuro”, aseguró sin titubeos ni arrepentimientos.
Estudió Medicina en la Universidad Central de Venezuela. Más adelante realizó su primer postgrado en Pediatría y Puericultura en el Hospital Pérez Carreño, ya que era uno de los requisitos para ser dermatólogo. Una vez culminado, inició su segundo postgrado de Dermatología en el Hospital Vargas de Caracas.
“Desde entonces me he dedicado a ejercer la dermatología a nivel hospitalario y como docente universitario; además de mi práctica privada donde soy la directora médica de la Unidad Dermatológica Misticone”, detalló.
Se ha dedicado durante casi 20 años a la dermatología pediátrica, estética; y además es especialista en tecnologías con láseres y luces. “Esto me ha permitido ser reconocida en Latinoamérica dentro del gremio dermatológico (en los puntos mencionados), por lo que soy conferencista en múltiples congresos internacionales”, comentó con profunda satisfacción.
A su vez es esposa y madre. Se considera fiel defensora de lo que guarda la frase “yo me quedo en Venezuela”, país al que profesa un amor profundo y donde trabaja diariamente para dar lo mejor de sí a sus pacientes.
¿Cómo se describe a sí misma?
— Soy una mujer muy apasionada y mi gran pasión, aparte de mi familia, es la dermatología, con la cual siempre me vanaglorio diciendo que no es mi trabajo, sino mi hobby.
¿Cómo nació su deseo de dedicarse a la dermatología? Y ¿cuál es su parte favorita?
— Desde que estudiaba en bachillerato ingresé como socorrista voluntaria en la Cruz Roja Venezolana, lo que me permitió aprender primeros auxilios cuando tenía 16 años. De ahí empecé a hacer guardias hospitalarias en el Hospital Vargas de Caracas, bajo el mando de un grupo de cirugía. Siempre me interesó la cirugía menor y sabía que quería dedicarme a ella, pero no las mayores.
Al entrar a estudiar medicina conocí al padre de unos grandes amigos que estudiaban conmigo, el Dr. Jaime Piquero Martín, uno de los mejores dermatólogos de Latinoamérica, quien, desde nuestros inicios como estudiantes de medicina, nos enseñó el amor y el respeto por la piel. Lo admiré desde el primer día y me inspiró para ser quien soy hoy. Al pasar por la pasantía de dermatología ya estaba segura de que ese sería mi destino.
¿Qué opina de las tendencias sobre los cuidados de la piel, que se difunden con facilidad en internet?
— Estoy encantada de que el cuidado de la piel o skin care sea una tendencia, sobre todo en las poblaciones jóvenes, porque entiendo que la información adecuada empodera a las personas. Obviamente me preocupa que, como en muchos tópicos, la información es distorsionada o errónea por el afán de vender o simplemente porque es dada por un influencer que tal vez no tiene los conocimientos adecuados. Por esto, me dedico arduamente a mis redes sociales, a mi consulta e incluso escribí un libro llamado “Los Secretos de un Dermatólogo”, donde trato de dar toda la información necesaria acerca de este tema.
A grandes rasgos, ¿Cuál sería la rutina diaria adecuada para cuidar la piel?
— Los tres pilares fundamentales para su cuidado óptimo son una limpieza diaria según nuestro tipo de piel, con un jabón de preferencia tipo Syndet (sin detergentes), hidratar la piel de todo el cuerpo diariamente y la piedra angular que es la protección solar diaria.
¿Tiene algún caso que le haya marcado a nivel profesional?
— Las enfermedades de la piel, lamentablemente, todavía estando en el 2024, a veces son estigmatizantes y generan rechazo a las personas que las padecen. La verdad, tengo muchas satisfacciones profesionales; desde la simple sonrisa de un niño cuando le mejoramos sus síntomas de prurito o lesiones en la piel, o la emoción de una persona al verse al espejo inmediatamente cuando le hacemos una armonización facial o un tratamiento de rejuvenecimiento, por mencionar algunos ejemplos.
Pero, sin duda, mi mayor satisfacción es cuando hacemos un diagnóstico temprano de cáncer de piel tipo melanoma, porque sabemos que a esa persona le estamos salvando la vida y eso no tiene precio.
La piel es una ventana que permite ver el estado de salud en general. Desde su especialidad, ¿qué consejo le daría a las personas actualmente?
— La piel es tan maravillosa que nos permite hacer diagnósticos de enfermedades tipo diabetes, vasculares o hepáticas con solo mirarla. Nos avisa de una cantidad importante de enfermedades sistémicas, incluso con un síntoma a veces desestimado, como podría ser la caída del cabello.
Por esto es importante destacar que, con cualquier cambio o molestia en la piel, cabello o uñas, lo mejor es visitar al dermatólogo. Este consejo se aplica incluso en caso de estar totalmente sano, ya que lo ideal es ir a consulta una vez al año, sobre todo para evaluar los lunares y ajustar las rutinas de cuidado de la piel.
¿Considera que hay desinformación en cuanto a la salud de la piel?
— Hay muchas matrices de opinión en redes sociales que están muy lejos de ser sanas, por ejemplo, el famoso callo solar (que en realidad no existe) porque está demostrado por múltiples publicaciones científicas que el sol, aunque sin duda es beneficioso, también le produce mucho daño a nuestra piel, donde la consecuencia más nefasta no es solo el fotoenvejecimiento y las manchas, sino el cáncer de piel.
Esto sin mencionar las rutinas exageradas en cuanto a pasos o ingredientes para el cuidado de la piel, así como productos no adecuados para las diferentes edades de las personas. Por esto es tan importante escuchar a los médicos especialistas que, en este caso, somos los dermatólogos.
¿Puede hablarnos sobre las últimas tendencias relacionadas a la salud y la belleza?
— Actualmente tenemos un sinnúmero de tecnologías nuevas que son muy beneficiosas para la piel y que nos permiten, tanto tratar enfermedades, como tener muchas opciones para tratar el envejecimiento y laxitud cutáneos; alejándonos cada vez más de las cirugías plásticas o haciendo que estas sean necesarias a edades superiores de las que se planteaban anteriormente.
Los tratamientos con diferentes láseres, radiofrecuencia fraccionada y con agujas, infrarrojos cercanos, diodos emisores de luz, entre otras; llenan mi vida de satisfacciones profesionales diariamente.
Me maravilla que en cada congreso al que voy, veo una cosa diferente, algo nuevo. La tecnología no para y en dermatología, menos.
¿Cuál ha sido el mayor desafío que se le ha presentado en el mundo de la dermatología?
— Luego del 2015 vivimos una crisis muy profunda en Venezuela y hubo un gran éxodo de médicos y, por supuesto, dermatólogos. Creo que fui de las pocas en invertir en tecnologías. Cuando viajaba a dar conferencias e instruir a médicos de otros países, sobre todo de Latinoamérica, en algunos casos se llegaron a burlar de mí diciéndome: “Si en tu país no hay papel toilette, ¿cómo es que tú vas a tener el último láser?” ... Muchas veces respiré profundo y les decía: “Bueno… por algo estoy aquí para enseñarte a usar esta tecnología”.
Recuerdo que, en un congreso en Barcelona España, donde fui a hablar de mi experiencia con enzimas recombinantes en el 2019 (cuando ellos todavía no las conocían); el público, lleno de dermatólogos de todo el mundo, se puso de pie para aplaudirme, porque consideraban una proeza que yo pudiera tener esa gran experiencia, a pesar de la adversidad que había en nuestro país.
Esto sin duda me marcó y cada día me siento más orgullosa de decir que soy venezolana. Ejerzo aquí y mi práctica no tiene nada que envidiarle a dermatólogos de Estados Unidos o Europa.
¿Qué mensaje quiere enviarle al mundo a través de su trabajo?
— Que encuentren el trabajo que los haga felices. Todos vinimos a este mundo a hacer algo y si encontramos esa razón de ser en nuestra existencia, podremos estar realizados siendo útiles a los demás.
Si tuviese que darme algún consejo, desde su profesión, ¿Cuál sería?
— Hay algo que siempre pongo en mi Instagram, y creo que es uno de mis lemas, porque actualmente la gente piensa mucho en ver la piel bella, y yo siempre digo: “Piel bella, pero, sobre todo, sana”.