“Odio el victimismo”
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Hace cuarenta años, la diseñadora española rompió con las tradiciones de su familia aristocrática para abrirse camino en el mundo de la moda con una propuesta creativa, inconformista y llena de diversión. En nuestra entrevista, nos revela los desafíos que enfrenta y lo que la impulsa a seguir adelante

El estilo vanguardista de Ágatha Ruiz de la Prada, que combina colores vivos y formas como estrellas, corazones, esferas y rayas, posicionó a la diseñadora como una de las figuras más representativas de la moda española a nivel mundial. Sus diseños únicos han trascendido más allá de la moda, en un catálogo amplio de productos, desde libros, porcelanas, mobiliario, juguetes, y hasta NFTs, entre otros.

Ágatha es hija del arquitecto Juan Manuel Ruiz de la Prada y Sanchiz, y de la aristócrata catalana, María Isabel de Sentmenat y Urruela. Es XIII marquesa de Castelldosríus, grande de España y XXIV baronesa de Santa Pau, títulos obtenidos como resultado de impulsar una propuesta de reforma ley en España, que logró establecer la igualdad de derechos en la sucesión de títulos nobiliarios, eliminando la preferencia por el género.

Su niñez estuvo marcada por el divorcio de sus padres y pasó, de estar en Madrid y Barcelona, a estudiar en Francia, donde saboreó la libertad y el arte que tanto le apasiona.

Con aspiraciones de pintora en sus inicios, descubrió en la moda la conexión perfecta entre el arte y la pintura. Estudió diseño en la Escuela de Artes y Técnicas de la Moda de Barcelona. A los 20 años, colaboró con el modisto Pepe Rubio. Al poco tiempo presentó su primera colección en un centro de diseño de Madrid y, a los meses siguientes, ya estaba en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid. La joven Ágatha enamoró al público y se convirtió en una de las musas de la movida madrileña, conoció a Andy Warhol y se rodeó de la sociedad más vanguardista e intelectual de la capital.


La adopción del arte pop
Ágatha Ruiz de la Prada me recibió en su estudio, en el distinguido barrio de Salamanca de Madrid, para adentrarnos en una parte de su universo. ¡Hay mucho que contar!
 
¿Tuvo el apoyo de sus padres al decidir ser diseñadora?
- Vengo de una casa con todas las comodidades. Mi madre no me apoyó, porque no tenía el concepto de trabajar. De hecho, fui yo la primera en hacerlo. En lo que sí me apoyaron fue en darme mucha libertad. Libertad que me la di yo misma, también. En ese sentido, sí.

¿Hubo alguna influencia directa o figura inspiradora detrás de su enfoque creativo?
- Mi padre. Él era un gran arquitecto. Tenía la casa más bonita que he visto en Madrid ¡La más moderna! Mi padre era un coleccionista de arte contemporáneo, de los pocos que había en la época. También tuve la suerte de conocer el Grupo de Cuenca (colectivo de artistas de arte moderno). Realmente tuve una educación estética.

¿De dónde partió su inspiración para crear sus diseños? ¿Cómo fue llegar a ese momento?
-Mi mundo está vinculado al arte contemporáneo, y así se interpretan mis diseños. Siempre quise ser pintora y, afortunadamente, encontré inspiración rápidamente.

¿Cómo se transformaron la estrella y el corazón en elementos distintivos de su firma?
-Soy una diseñadora influenciada por el pop. Nací en los 60s. A los pocos años, el movimiento estaba en su apogeo. En mi casa se vivió de una forma bastante especial con la vanguardia de la época. Lo que me permitió sentirla y adoptarla a mi manera. Me encanta el pop, como el de Jeff Koons y Andy Warhol. En cambio, no me gusta lo figurativo.

En su libro “Mis historias” cuenta episodios de su vida, ¿cómo afrontó esos baches?
- Los baches los tenemos todos. La vida es una serie de baches, pero tú tienes que levantarte. Ante los problemas, yo no me vengo abajo, intento encontrar soluciones. Lo importante es tener es la cabeza clara y las ideas formadas para entender que le puede pasar a cualquiera y que hay que seguir para adelante.

¿Y qué lecciones aprendió de esos momentos?
- Que no hay que exagerar, y tomarlo de la forma más positiva posible.

¿Cuál es su percepción sobre el empoderamiento femenino?
- En este momento es muy importante el empoderamiento femenino, y también el empoderamiento masculino, porque creo que la vida es muy difícil. Es difícil ser un buen cocinero, un buen albañil, por poner ejemplos. Así que hay que aprender e intentar de todo.
No me preocupa reflexionar sobre si estoy empoderada o no. Ni lo pienso, estoy pensando en cómo resuelvo mis problemas y avanzo.

Usted ha construido una marca global. ¿Ha tenido que hacer algún sacrificio?
- No veo mis decisiones como sacrificios. Por ejemplo, elegí actuar según lo que consideraba que tenía que hacer, incluso si eso significaba dejar a mi hijo al cuidado de alguien más. No soy de lamentarme ¡Ay, Dios mío! Odio el victimismo.

Se habla del apoyo entre mujeres. ¿Ha sentido ese apoyo a nivel personal y profesional?
- Tengo mis amigas que son súper importantes para mí, a ellas les dediqué mi libro y por supuesto que me apoyan. Pero, considero que no tenemos que estar pensando en los apoyos.

Las oportunidades en la moda
¿Cómo percibe las oportunidades actuales en el mundo de la moda?
- El mundo de la moda es un desafío y son pocos los que triunfan. Desde hace unos meses me he sumergido a ver series, leer libros, y reflexionar sobre la moda. He observado que han pasado 100 años y seguimos centrados en las mismas figuras: Coco Chanel, Christian Dior y Yves Saint Laurent. Aunque ha habido otros destacados como Thierry Mugler, Alexander McQueen o Jean-Paul Gaultier, pero al final, los reconocidos son escasos y pocas casas de moda perduran.

¿Qué cree que esté pasando?
- Que la moda se ha democratizado y para ganar dinero es necesario vender numerosas prendas por poco. ¿Quién puede competir contra esas compañías y conglomerados? Nadie.

Pero, ¿no cree que se irán abriendo oportunidades en el futuro?
- Actualmente observo que hay menos oportunidades que al inicio de mi carrera. Ahora salen nuevos nombres que desaparecen antes de que se les oiga.

Ágatha Ruiz de la Prada ha logrado el éxito con su firma incluso más allá del vestuario. ¿No cree?
- He alcanzado logros, pero que no son para siempre y requieren seguir trabajando a diario. Mi éxito se debe tanto a mi constante esfuerzo como un toque de suerte. A las dos cosas.

¿El éxito y los premios la han cambiado?
- He vivido muchos éxitos y fracasos. El éxito no se me ha subido a la cabeza, porque el día a día me lo recuerda. En cuanto a los premios, recibí el Premio Nacional de Moda de España, que estuvo bien económicamente, pero es algo que eventualmente recibimos si consideramos que somos unos pocos.

Desde una perspectiva visual, ¿aspira influenciar a la nueva generación?
- La verdad es que durante años he estado tan entretenida con mi trabajo, y espero seguirlo, pero ya no pretendo nada. Ahora deseo volver a mis orígenes, a la parte creativa y menos a la empresarial.

¿Cómo podríamos “Agathizarnos”?
- La manera más sencilla es adquiriendo algunas de mis prendas. Hay personas que prefieren Agathizarse interpretándolo, pero no con mis piezas sino con la suyas. Y, bueno, eso también es el estilo Ágatha.

El legado de Ágatha Ruiz de la Prada
¿Cómo logró ser la inspiración de sus hijos para que se enamoraran de la firma?
- La verdad es que no sé, dado que el mundo de la moda es tan competitivo para sobrevivir y exige una lucha constante. Mis hijos están más preparados y son más cultos e inteligentes que yo, pero quizás no compartan el nivel de ambición que tengo. A veces siento que es como una enfermedad. Sin embargo, ellos han heredado el compromiso del ecologismo que he fomentado y me ilusiona cuando hacen el esfuerzo de reciclar.

¿Cómo le gustaría que se recordara su legado?
- Con ser recordada me bastaría. En una época, en España podías ir a una clase de niños y pedirles que dibujen un traje de Ágatha Ruiz de la Prada y lo hacían. Es decir, existe un estilo reconocible por el que hay que luchar para que permanezca.

Tiene una fundación para preservar su legado. ¿De qué se ocupa?
- La Fundación Ágatha Ruiz de la Prada me ilusiona porque está en constante movimiento, publicando libros o actividades. Lo próximo es una original exposición en Zaragoza en la que mostraré el armario de mi mejor amiga, quien ha llevado mis diseños por 40 años.

¿Tiene algún sueño que espera por cumplir?
- Sí, pero ya se cumplió, y es uno muy bonito. ¡Tengo una nieta! Llevo años creando de todo para el mundo del bebé: trajes, chupetes, camitas, libros, biberones, zapatitos, sillas y disfraces. Ahora, por fin, tenemos a una bebé a la que Agathizaremos mucho.

Con una sonrisa ilusionada adornando sus ojos vibrantes despide la entrevista.


La importancia de no exagerar
A pesar de los retos empresariales y una ruptura matrimonial, Ágatha Ruiz de la Prada disfruta de una vida plena junto a sus dos hijos: Tristán Ramírez y Cósima Ramírez, ambos vinculados a la compañía de la diseñadora.