Manuel Felipe Sierra
Se le considera “el mejor reportero del mundo”. Sus crónicas de guerra (un descarnado repaso histórico de Africa), constituyeron éxitos de venta. Ryszard Kapuscinski nació en Pinsk, Polonia, en 1932 y al culminar su carrera como historiador en la Universidad de Varsovia se hizo corresponsal de la Agencia Oficial de Noticias. Sin grabadora, porque en ese aparato según decía “se deposita demasiada confianza”; cubrió doce revoluciones en la línea de combate y buceó en los entresijos culturales y humanos de poblaciones a la buena de Dios. Con la percepción directa, algunas libretas y papeles ocasionales construyó textos que dieron forma a libros como “El Emperador”, “El Sha”, “El Imperio”, “Ébano”, “La Guerra del Fútbol”, “Viajes con Herodoto, y “Cínicos no sirven para este oficio”. Su escritura directa no escapa a cierta musicalidad poética (también escribió poesía) y lo que escribía “como periodista lo convertía en literatura”, según la novelista mexicana Elena Poniatowska.
EN CARACAS
Kapuscinski vino a Venezuela en 1980 cuando todavía no estaba tocado por la vara mágica de la fama, y en la Escuela de Historia de la UCV dirigió un seminario sobre Africa. Un año después se dedicó a desarrollar la memoria de sus correrías reporteriles y sus libros comenzaron a ser devorados por lectores de todos los idiomas. En 2001 Gabriel García Márquez lo invitó a México para un taller sobre periodismo, y luego integró junto al propio Gabo, Tomás Eloy Martínez y Elena Poniatowska el plantel principal de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano con sede en Cartagena y ya meses antes había recibido el Premio Príncipe de Asturias.
En 2004 Kapuscinski vino de nuevo a Caracas y en la Corporación Andina de Fomento ofreció un taller sobre “Migraciones y Fronteras” con un auditorio integrado por jóvenes que habían digerido sus enseñanzas y lo consideraban como su maestro; y no por casualidad comenzaron a llamarlo “Kapu” para evitar la complicación gramatical polaca. El cronista Albinson Linares recuerda ”sus caminatas en las calles de Altamira buscando libros y restaurantes; además de su preferencia por la cerveza venezolana”
EN LA CAF
Una tarde el auditorio de la Corporación Andina de Fomento se abrió para el público y “Kapu” contó sus experiencias profesionales y respondió preguntas sobre el oficio y la política. Eran los días previos al revocatorio presidencial y resultaban inevadibles las preguntas sobre Hugo Chávez y el desenlace de una dura polarización entre los venezolanos. De entrada se negó a caracterizar el régimen: ¿fascista?, ¿comunista?, ¿militarista autoritario?, ¿dictadura del siglo XX1?; obligado a una respuesta dijo que después de todo lo que había escuchado se le ocurría una definición: “no es democrático”.
Kapuscinski murió en Varsovia el 23 de enero de 2007 vencido por el cáncer a los 74 años. Sus libros se siguen reeditando, alimentando el interés de los jóvenes y nutriendo la vocación periodística del mundo entero con el consejo paternal a sus alumnos “para ser buen periodista hay que ser buena persona ante todo”.