Un recorrido exitoso en el extranjero
El Regreso de Guaidó
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Sorpresivamente, pese a existir una orden de prohibición de salida, Juan Guaidó cruzó la frontera hacia Colombia el domingo 19 de enero con un objetivo preciso: asistir a la Cumbre Contra el Terrorismo, que habría de coincidir con la presencia del Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo en Bogotá, y por supuesto para celebrar un encuentro con el mandatario colombiano, Iván Duque, quien ha expresado en todas las formas su apoyo al presidente de la Asamblea Nacional del 2019. De esta manera iniciaba una gira que lo llevó posteriormente al tradicional Foro Económico Mundial de Davos que reúne a mandatarios y a expertos financieros del mundo entero y en cuyo escenario fue recibido con muestras de aprecio y reconocimiento e incluso tuvo la oportunidad de ofrecer un breve mensaje de optimismo sobre el futuro de Venezuela. Luego sostendría reuniones con mandatarios como Ángela Merkel o Emmanuel Macron y cancilleres de la mayoría de los países europeos que han reconocido la legitimidad de su postura desde el año pasado.

Todos ellos coincidieron en la necesidad de abrir espacios para un acuerdo o negociaciones que conduzcan a un consenso mínimo para abordar la crisis venezolana que ya se ha convertido en uno de los centros de los debates mundiales. Su presencia en España habría de tener una inusitada repercusión mediática con su comparecencia ante miles de personas en la histórica Puerta del Sol de Madrid, donde compartió con centenares de venezolanos en diáspora y también con militantes de los partidos españoles que se oponen al gobierno de Pedro Sánchez, en el cual ejerce una clara influencia el líder de Podemos, Pablo Iglesias. Lo cual seguramente influyó para que Guaidó no fuera recibido por el gobernante, pese a que recibió las atenciones protocolares por parte de la canciller Arancha González Laya, superando el episodio que representó una sorpresiva visita al aeropuerto de Barajas de la vicepresidenta Delcy Rodríguez para reunirse con un alto funcionario del Gobierno en una misión obviamente oficiosa que tendría que ver más con la afinidad ideológica entre los dos gobernantes.

Luego Guaidó viajó a Canadá, donde como era de esperarse, recibió un amplio reconocimiento de Justin Trudeau quien abogó por un amplio acuerdo nacional que según expresó debería incluir también la presencia del gobierno de Cuba, dada la estrecha relación de éste con el régimen venezolano. Como era lógico la gira tendría que incluir a Miami que, como se sabe, junto con Madrid ellas operan como las principales zonas de la resistencia al proyecto madurista y en cuyas ciudades además residen connotados dirigentes de las organizaciones opositoras, objetos de medidas y sanciones represivas que han forzado su salida del país. Sin descartar tampoco que en una posible escala en Washington sea huésped de Donald Trump en la Casa Blanca.


APOYO ELECTORAL

Si bien durante 2019 Guaidó levantó el planteamiento de la “Operación Libertad” que incluía: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres, el hecho de que la línea estratégica no haya cumplido con los resultados que se esperaban y lo ocurrido con la fractura de la mayoría opositora que lo apoyaba en el seno de la Asamblea Nacional, más los resultados de los sondeos de opinión que revelan una disminución de los niveles originales de aceptación de su liderazgo y una clara tendencia de fatiga y desconcierto en sectores decisivos de la población, hacen que cobre fuerzas ahora el planteamiento de la salida constitucional mediante la aplicación de las consultas electorales siempre que se den en un marco de mínima transparencia. Ya el más reciente documento del Departamento de Estado plantea la alternativa electoral como la principal vía, un tema que ha sido reforzado por todos los mandatarios y líderes que estrecharon la mano del opositor venezolano y que coinciden (sobre la base incluso de su propia experiencia) en que solo los mecanismos constitucionales y los acuerdos políticos hacen posible superar situaciones de alta conflictividad.


EL REGRESO

Algunos sectores apuestan a que el gobierno impedirá el regreso formal de Guaidó, por cuanto es obvio que la gira internacional ha revitalizado su fuerza como principal contendor del régimen. Sin embargo, resultaría muy cuesta arriba cualquier acción represiva sin descartar incluso el recurso de la detención que se aplica en este caso por cuanto regresa con el aval al menos simbólico de los Estados Unidos, Canadá y la mayoría de los países de la Unión Europea. Sin embargo, el exitoso recorrido en el extranjero no guarda relación con el escenario interno que es el fundamental; la crisis planteada el 5 de enero con la constitución de dos asambleas nacionales, las complicaciones que han surgido para la designación de un Consejo Nacional Electoral consensuado capaz de transmitir confianza al electorado y la situación interna en los partidos del G4 en los cuales dirigentes como el excandidato presidencial Henrique Capriles Radonski de Primero Justicia apuesta por la participación electoral incluso en condiciones no del todo confiables y la discusión interna que sacude las filas de Acción Democrática donde amplios sectores de las bases en el interior del país se inclinan por una activa participación en las elecciones parlamentarias previstas para los próximos meses, son hechos debilitan el mensaje que ha mantenido Guaidó y que es avalado por Voluntad Popular, Vente y otras organizaciones políticas que todavía rechazan cualquier participación en el panorama eleccionario. Sobre esa base, el regreso de Guaidó no garantiza que se reproduzca en las condiciones actuales la enorme expectativa de cambio que levantó su proclamación el 23 de enero de 2019. Todo ello sin tomar en cuenta que la crisis social, agravada con el deterioro y caída de los servicios públicos tiende a profundizarse con las consecuencias que es lógico suponer. Curiosamente el regreso no podría estar signado por los gritos y banderas que se agitaron la semana pasada en el propio corazón en la capital de la Madre Patria.