Por Luis Heraclio Medina Canelón
Cuando hablamos de la guerra de independencia y de las tropas extranjeras que colaboraron con los libertadores, la gente piensa inmediatamente en los británicos, pero sucede que años antes de que éstos pisaran estas tierras, soldados franceses estaban luchando brazo a brazo junto a venezolanos contra las tropas realistas. Hoy casi nadie los recuerda. Vamos a tratar de remediarlo.
En los primeros combates de la guerra, la oficialidad venezolana no muestra las mejores aptitudes, sufriendo varios descalabros. Tan pronto Francisco de Miranda es llamado al ejército de la naciente república convoca a sus antiguos compañeros franceses de las guerras en Europa. Miranda coloca al frente de las guarniciones a muchos venezolanos, pero integra su estado mayor, a quienes lo rodean en lo más inmediato a extranjeros, franceses principalmente. Así tenemos al coronel Joseph Du Cayla, jefe del estado mayor y luego de la infantería republicana, los coroneles Rafael de Chatillon, Manuel Serviez y Jaques Lemier. Miranda prefería rodearse de oficiales en cuya competencia y fidelidad podía contar antes que en los ricos criollos que lo adversaban o del pueblo bajo que lo tenían como enemigo de la religión.
Del mismo modo Miranda logró que se conformara un cuerpo de aproximadamente 400 soldados de origen francés que lucharan por la república.
Muchos de estos oficiales extranjeros dirigen a las tropas venezolanas y derrotan en varios combates a la fuerza de Domingo Monteverde. En los alrededores de Valencia se dan algunos de estos enfrentamientos: por ejemplo el Cnel. Du Cayla, con tropas francesas y venezolanas derrota a los realistas en El Portachuelo de Guaica, cerca al Lago, entre Los Guayos y Guigue. Estas tropas fueron afectadas severamente de “calenturas”, es decir, de paludismo que minaba la salud de los europeos que no tenían resistencias contra la enfermedad tropical. Du Cayla, enfermo, fue comisionado a buscar más voluntarios franceses en las islas del Caribe.
Mientras tanto Chatillón triunfaba sobre Monteverde en Pantanero, cerca de La Victoria. Más tarde se le verá acompañando a Bolívar en la detención de Miranda. Junto a Labatut, Chassaing y Jannot irán desterrados a Curazao para ir luego a la Nueva Granada a continuar la guerra. Muere por Nueva Granada en 1813 tratando de tomar Santa Marta.
Pedro Labatut arribó en 1811 e ingresó al ejército republicano siendo ascendido por Miranda a coronel. Fracasado el proyecto libertador de Miranda, Labatut escapó en 1812 por el puerto de La Guaira a la Nueva Granada donde fue incorporado al ejército obteniendo sonoros éxitos en la guerra contra las realistas. Allí tuvo como subalterno a Simón Bolívar. Luego de victorias y reveses regresó a Francia.
Manuel de Serviez es de los más notables. Perdida la primera república emigra a Nueva Granada y entra a servir bajo las ordenes de Labatut donde combate y sirve de instructor. Mas tarde queda bajo las ordenes de Bolívar y Urdaneta en las operaciones militares; participa en el sitio de Bogotá. Por órdenes del Libertador viajó a Haití en solicitud de ayuda. En Apure, se puso bajo las órdenes de José Antonio Páez. Días después de la batalla de El Yagual, Serviez se retiró enfermo a un caserío, y allí fue asesinado por unos malhechores.
Carlos Alejandro Bobin quien, luego de haber sido capitán ayudante del coronel Serviez, se enroló en Bogotá en la expedición libertadora bajo el mando de Nariño, estuvo en la batalla de Juanambú, en la que fue tomado prisionero, siendo fusilado en 1813.
Caracciolo Parra Pérez recuerda también a los franceses Leleux, el hombre de más confianza de Miranda, Rolichon, comandante del parque de artillería de Caracas, Jaques La Mer, nombrado coronel por Miranda, el teniente Colot, que se distinguió en la defensa de Guaica, el teniente Rostet, Andiger, Janon, Dupin, Vigneaux, y algunos otros oficiales que figuran en los documentos de la época, sin contar a los 400 de la tropa rasa.
En la semana de Francia es justo recordar a los primeros europeos que vinieron a Venezuela a combatir por la independencia.