Por Francisco Russo Betancourt
Fue en el año 1821, sin embargo la emancipación del Perú fue obra del Libertador Simón Bolívar quien triunfó como jefe máximo del ejercito liberador, en la batalla de Junín el 6 de agosto de 1824, luego la liberación definitiva del dominio español ocurrió con la batalla de Ayacucho, comandada por el Mariscal venezolano Antonio José de Sucre, el 9 de diciembre del mismo año 1824, de modo que ese proceso histórico no solo concluye con la liberación definitiva del Perú, sino también con la dominación española en América del Sur que tiene la marca indeleble del Libertador Simón Bolívar.
Algunos historiadores y comentaristas a través de la historia han pretendido opacar la gesta de Bolívar en ese proceso y pareciera que el mérito de su independencia se debe a San Martín, aunque ciertamente, el poder legislativo de la república del Perú reivindica la figura del Libertador con la disposición de levantar una estatua ecuestre de Bolívar en su honor, exactamente al frente del edificio del Congreso Nacional, en el centro histórico de Lima.
San Martín abandonó su proyecto de emancipar al Perú al no obtener la cooperación del gobierno de Buenos Aires ni tener la capacidad militar para enfrentar a los realistas en el Perú ni contener a la godarria limeña.
Los peruanos, además han sido ingratos con Venezuela. Acá está radicada una inmensa comunidad de peruanos, su mayoría labora en actividades comerciales de buhonería, que se reconoce en el centro de Caracas, mercado de La Hoyada, sin que nadie se le ocurre manifestarse en contra de su presencia; sin embargo, la comunidad de venezolanos que por razones de la situación política y económica en nuestro país han constituido una diáspora en el mundo de la cual Perú no ha escapado, se manifiesta a menudo con la violación de los más elementales derechos básicos de los ciudadanos venezolanos, incluidos asesinatos y lesiones corporales. El Perú ha liderado la expresión xenófoba contra los venezolanos. Su mismo Presidente ha amenazado con expulsar en masa a los venezolanos, en un acto de barbarie populista.
Volviendo al proceso independentista del Perú como señalamos antes, la declaratoria independentista de ese país correspondió al general San Martín, pero la gloria de su emancipación fue obra del Libertador Bolívar. Una vez celebrada la entrevista en Guayaquil, en la cual pretendía San Martín, o asegurarse el control del puerto de Guayaquil, o al contrario, obtener la colaboración militar de Bolívar que le permitiera terminar la guerra en la sierra peruana con el carácter de empresa argentina, sin menoscabo de su propuesta de crear monarquías en América con príncipes españoles, comenzó el declive de San Martín.
El Libertador Bolívar expresó en esa histórica reunión, con discreta firmeza, que sería contraria a los intereses de su pueblo, el procedimiento de poner las tropas de un Estado al servicio del otro, así como manifestarle que “no existían en América las condiciones sociales necesarias para la vigencia normal del sistema monárquico, que no se necesitaba del ensayo de regímenes exóticos, sino la adaptación del sistema republicano a las realidades típicas del Nuevo Mundo…”.
Señala la historia, que al amanecer del día 28 de julio, pero de 1822, el barco de San Martín levó anclas hacia Perú, donde de acuerdo con el resultado de la Conferencia en Guayaquil, el generalísimo argentino pondría fin a sus actividades militares y políticas en América.
Conocida la dramática dejación del mando por San Martín en el Perú y su partida a Chile, indicó a Bolívar la proximidad de su intervención militar y política en el Virreinato, decidiendo levantar un ejército de 4.000 hombres para mandarlos o llevarlos al Perú. Dicen que el Libertador dijo, “llevarlos porque no sé a quién confiárselos, en un país muy difícil y enredado, que no tiene que comer y es carísimo, que no tiene agua y está helado, que no tiene gobierno y todos mandan. En fin, contra un enemigo que parece temible y que probablemente cambie la suerte de la América si no se le pone una resistencia victoriosa”.
Finalmente, frente a los agravios que hace cierto sector del Perú, sobre la figura del Libertador, la historia al recoger la expresión según la cual, el Perú era la ciudadela de España en América, el general San Martín habría expresado, sobre la emancipación de Perú, “Yo creo que todo el poder del Ser Supremo no es suficiente para liberar a ese desgraciado país (el Perú); solo Bolívar apoyado en la fuerza, puede realizarlo”. Y así fué.