El Orfeón Universitario iba como invitado a Barcelona, España, al Festival Internacional de Canto Coral. Lo que nadie podía imaginar era que partían sin saberlo a un viaje sin retorno.
45 Años de la Tragedia de las Azores
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Por Mario Valdez

El 2 de septiembre de 1976, había júbilo en el aeropuerto internacional de Maiquetía, Caracas, los familiares y los amigos despedían a sus seres queridos, lanzaban boinas azules al aire en demostración de éxito y grandeza. El Orfeón Universitario iba como invitado a Barcelona, España, al Festival Internacional de Canto Coral. Lo que nadie podía imaginar era que partían sin saberlo a un viaje sin retorno.

Ese día carreteaba hacía la pista de despegue un Hércules C-130, una nave de transporte usada para llevar tropas militares, armamentos y pertrechos de guerra. Esta vez no llevaba en su panza material bélico, sino una tripulación distinta, de lujo, cargada de sueños e ilusiones que iba a cantarle a la vida y al amor. Llevaba un tesoro, las mejores 52 voces del Orfeón Universitario de la ilustre Universidad Central de Venezuela. En total viajaban 68 personas, 52 del Orfeón, 11 militares y 5 acompañantes.

Ese amanecer del 3 septiembre, el Lockheed Hércules C-130H propiedad de la Fuerza Aérea Venezolana, iba cumpliendo su bitácora de vuelo, de Maiquetía a la Base Libertador en Palo Negro de Maracay Estado Aragua, para un toque técnico, desde allí voló hacia Las Bermudas, puso combustible, al registro del plan de vuelo y a solicitud del pronóstico meteorológico, el cual le informaba que “la tormenta continuaba y que a la hora de llegada a Lages el aeropuerto estaría bajo mínimos”. Deciden alojarse en la base militar Las Bermudas y en las residencias, finalizando la distribución del personal, de la base aérea le comunican a los pilotos del C-130H “que de acuerdo a un reporte recibido a la hora de llegada del vuelo a Las Azores la pista iba a estar despejada”. Con la información recibida, vuelve el personal y los pasajeros a la aeronave, despegando desde la Base Aérea Naval Bermuda. El Hércules C-130H, sobrevoló el océano Atlántico para reabastecerse en las Islas Azores, su destino era Barcelona, España.

El Hércules C-130, se estrelló a 200 metros de la pista

Luego de nueve horas de vuelo entran al espacio aéreo de Isla Terxeira, una de las nueve Islas del Archipiélago de Las Azores. Las condiciones eran totalmente adversas a las que esperaban, un torrencial aguacero, cero visibilidad y la base bajo mínimos. Reseña la prensa de la época, que al comunicarse los pilotos con la Torre de Control, les respondió un policía portugués que no hablaba inglés, podrán imaginarse. El piloto Vásquez había hecho todos los esfuerzos para comunicarse con la Torre de Control (estaba sola) donde se encontraba el radar del aeropuerto de Lages, que no funcionó. El avión con su hermoso cargamento no pudo con el mal tiempo y las inclementes tormentas, dos huracanes con nombre de mujer Emmy” y “Francés”, se atravesaron en su camino. Vásquez sobrevolaba la Isla Terxeira, había hecho dos intentos de aterrizaje, pese a la poca visibilidad, el piloto Vásquez, en el tercer intento tiró el avión, aterrizó la aeronave el Hércules C-130, no pudo estabilizarse y se estrelló a 200 metros de la pista, impactando contra las rocas volcánicas y partiéndose en pedazos. No hubo explosión ya que no había combustible en los tanques, por lo violento del impacto no hubo sobrevivientes.

FESTIVAL INTERNACIONAL DE CANTO CORAL EN BARCELONA, ESPAÑA

En julio de 1976, el Orfeón había recibido una invitación para participar en el Festival Internacional de Canto Coral en Barcelona, España; era importante porque interactuarían con agrupaciones musicales de muchos países. Los encuentros preparativos eran una algarabía en el grupo para ir al encuentro internacional. Se dividieron en grupos para buscar ayudas, los pasajes, los viáticos, el alojamiento. La universidad no contaba con recursos, no podía cubrir esos gastos a España; la aerolínea Viasa, considerada la bandera de Venezuela les negó los cupos, alegando no tener asientos disponibles. Igual sucedió con los ministerios y órganos del Estado a los que habían acudido los estudiantes y profesores. Pese a las adversidades el entusiasmo de los muchachos no decaía y seguían firmes en sus pretensiones; a última hora, superada las múltiples trabas, la Fuerza Aérea les prestó un avión de carga Hércules C–130, no preparado para recibir tan ilustres pasajeros. Se improvisaron unos tablones como asiento, que como avión de tropa y carga no estaba acondicionado con las butacas requeridas; los baños fueron improvisados con cortinas plásticas; pero todo eso fue superado por unos jóvenes anhelantes, con ganas de trascender, de vivir la experiencia de hacer ese largo viaje de más de 20 horas de travesía en búsqueda de la gloria y la historia. El maestro Vinicio Adames se encontraba de vacaciones en Miami, vino a Caracas a reunirse con los muchachos del Orfeón y acompañarlos en el viaje.

BOINAS AZULES EN LA PLAZA DEL RECTORADO

Recuerdo como hoy, el momento impresionante, conmovedor, cuando en la Plaza del Rectorado nos encontrábamos todos vestidos con boinas azules, las autoridades universitarias con el Rector Miguel Layrisse y el movimiento estudiantil con Pastor Heydra (FCU), recibimos las 52 víctimas para los actos y las exequias velatorios, al principio todo fue un silencio, que se volvió un mar de llantos, entonando el himno universitario. La vía hacia el Cementerio del Este, se paralizó para que los centenares de vehículos con los familiares y la universidad acompañamos a nuestros ucevistas, donde reposan sus restos. Confieso que nunca había visto una escena más conmovedora que la de ese día tanto en el Aula Magna como en el Cementerio, vivimos una de las grandes muestras de dolor, tristeza y consternación que haya sentido el pueblo venezolano, todos unidos en un solo llanto, se habían apagado las voces.

Los Gloriosos miembros del Orfeón Universitario / Siempre llevaremos presente nuestro Orfeón encabezado por:

EN 1943 SE FUNDA EL ORFEÓN UNIVERSITARIO

En 1943 se funda el Orfeón Universitario bajo la conducción del maestro Antonio Estévez, el rector de la UCV era el doctor Rafael Pizani. Es el coro pionero más antiguo de las agrupaciones corales del país. El Orfeón tiene su sede en los altos del Aula Magna. En 1983, con motivo del 40 aniversario de su fundación, fue decretado por el ejecutivo nacional como “Patrimonio Artístico de la Nación”. El 30 de noviembre de 2000, fue declarada por el Comité Patrimonial de la UNESCO como “Bien Patrimonio de la Humanidad”, en la reunión XXIV anual, celebrada en Caims, Australia.

RECONSTRUIR AL ORFEÓN UNIVERSITARIO

El encargado de reconstruir el Orfeón, fue Raúl Delgado Estévez, sobrino del director fundador. Desde sus años estudiantiles era Orfeonista, había realizado estudios de dirección de Coral en Europa. Era director invitado en el viaje, afortunadamente adelantó su vuelo tres días antes para arreglar los detalles de la presentación, se enteró de la tragedia en Barcelona, España.
Al llegar fue comisionado para refundar la agrupación. En esa noble tarea le acompañó la Licenciada Graciela Gamboa quien fuera coordinadora del Orfeón Universitario. Se convocó una audición a la cual acudieron más de ochocientas personas, entre quienes se seleccionaron a unos ochenta para presentarse el 27 de marzo de 1977, en un tiempo récord de casi seis meses. Hoy, y por los siglos de los siglos se seguirán escuchando sus voces y entonando nuestro himno universitario.





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