El templo dedicado a la Virgen de Lourdes es la única edificación neogótica que existe en el oeste de Caraca y tiene su fantasma
“La obra del centavo” y de la sanación
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Por Macky Arenas

Hecha a base de cemento y ladrillos, cuenta con 25 vitrales, dos torres, un rosetón, agujas, su pináculo y una fachada. Se alza desde 1927 en una de las zonas más populosas y complicadas de la capital, la parroquia San Juan en la zona de San Martín, esquina de Palo Grande, frente a la Plaza Italia, en pleno oeste de la ciudad.

LA OBRA DEL CENTAVO

Hombres y mujeres voluntarios elaboraron, cada uno, una lista de 10 fieles. La cadena siguió hasta que, poquito a poquito, se reunió el dinero para construir la impresionante edificación en honor a la Madre de Dios. A ese esfuerzo comunitario se le llamó “la obra del centavo”. Tanto se recogió, que el altar mayor exhibe mármol de Carrara. En el interior ondean las banderas de Venezuela y Portugal.

En sus paredes, aún se notan las grietas que dejó el terremoto que en 1967 azotó a Caracas. También alguna que otra filtración, huellas de intentos de ingreso del hampa y ciertas restauraciones menores. Todo a cargo de los parroquianos porque el Estado es un perenne ausente. Pero la Iglesia sigue allí en pie, regia e imponente, de exquisito acabado, prestando los servicios religiosos de cada día.

Las campanas llegaron de Annecy-le-Vieux, al sureste de Francia y el órgano portátil lleva la firma Debierre Gloton & Successeurs que una vez retumbó en las paredes del templo y hoy se mantiene silencioso entre telarañas. El oratorio es Monumento Histórico Nacional desde el 2 de agosto de 1960.

EL MISTERIO DE “EL NEGRO”

Si bien la Iglesia no tiene siglos, esta joya guarda sus leyendas entre muros. Los feligreses no reportan haber visto nada sobrenatural en el templo ni sentido presencias extrañas; pero quienes habitan a su lado, en la casa parroquial, saben que un hombre de vestimenta negra también vive con ellos.

Un seminarista de los Hijos de María Inmaculada, hospedado allí por años, asegura que tanto él como sus compañeros han visto pasar un hombre que sube las escaleras y camina por el comedor.
 
Le dicen “el negro” por el color de su piel. A pesar de que la casa es de construcción reciente 2006 y sobre terreno baldío, allí no se descansa.

Constantemente se mueven muebles encima del cuarto del párroco. Los anteriores testificaban lo mismo, ruidos inexplicables a todas horas y movimiento continuo de cosas. En la Iglesia nunca ocurre nada, solo en la casa de los curas. Ya se han ido acostumbrando y pareciera no molestarlos el extraño asunto.

Piensan que “el negro” es un ánima y cada conmemoración de los Fieles Difuntos, así como el día de Todos los Santos, rezan por él y encienden una vela. No obstante, el espanto es persistente y permanece allí después de años de oraciones por el eterno descanso de su alma.

“DE QUE HAY SANACIÓN, LA HAY!”

La Iglesia Nuestra Señora de Lourdes es santuario de sanación a donde llegan, cada 11 de febrero, toda clase de enfermos buscando curación milagrosa. Ya sabemos que la Virgen , bajo esa advocacióninm, es la patrona de quienes sufren.

“¡Tantas personas vienen para acá! No se ha visto a la Virgen escarchada ni llorando ni nada de eso, pero de que hay sanación, hay sanación, solo que no visible”, dicen los devotos.

Y eso es lo que importa, que la Virgen realmente intercede por la sanación de tantos que sufren, que los devotos permanecen a sus pies y que la hermosa Iglesia se mantiene como uno de los íconos de fe y referencias arquitectónica de la ciudad de Caracas…más allá de leyendas o historias reales de fenómenos paranormales en sus adyacencias.-

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