Por Alfredo Schael
Ligia Blanco de Antonorsi (La Guaira 1922-2012) y Aida Nölting (Alemania, 1903), el reluciente prólogo de María Josefina Tejera (Caracas 1932-2021), diseño de tapa y contenido gracias a Ziah Rojas, son nombres y partes relacionadas con el espléndido libro De todo como en botica, selección de refranes y dichos venezolanos, hermosa e interesante obra de la cual recibí copia gracias el amigo Marcel Antonorsi Blanco.
Es un libro que expresa y culturiza muchísimo; alecciona, previene o advierte en cortos vocablos, todos tan sucintos que la mayoría ocupa apenas un renglón en las columnas de texto de 17 líneas que ocupan cada página de las 200 que conforman la obra.
No obstante lo tanto que cada refrán enseña, pocos ejemplar figuran en el catálogo de bibliotecas públicas, universitarias o particulares. Tampoco está disponible en librerías.
Refiere el atento Marcel que perseveró hasta encontrar dormida en un depósito la totalidad de la edición de cinco mil ejemplares que Armitano imprimió en 1994 para la Fundación Edmundo e Hilda Schnoegers.
Marcel, uno de los hijos de la autora, casada con el Capitán de Altura Marcel Antonorsi Monserrate -figura importante en la historia de nuestra marina mercante-tuvo acceso al lugar donde -con restricciones- conservan semejante tesoro bibliográfico. Libro ofrecido en excelente papel de bastante gramaje, tapa en cartulina gruesa glasé plastificada, absolutamente dedicado a enseñarnos el resultado del tesonero acopio y ordenación de lecciones para la vida expresadas en lenguaje simple como enriquecedor del saber como del arte de vivir pues recrea y enseña hechos o situaciones, maneras de pensar, entender, ver o vivir la vida, puntos de vista, apreciaciones, señalamientos o sentimientos de felicidad, gracia, gozo o, todo lo contrario. Esta rica compilación llevada a cabo por Ligia Antonorsi conforma este delicioso libro el cual sin la menor duda recrea bastante de lo proverbial o notorio del ser el venezolano.
Dedujimos que recién impreso De todo como en botica, surgió cierta complicación como para que algo fantástico, interesante, útil, muy bien presentado, quedase oculto por tanto tiempo. Y, con el correr de los años, -por ahora- casi perdido.
Financista de la edición fue la pareja germana Edmundo e Hilda Schnoegers -y apoyo de la familia Blohm-, exitosas de empresarios establecidos en Barquisimeto, hoy ambos fallecidos y sin descendencia, generosos contribuyentes del fomento de iniciativas culturales y emprendimientos relacionados con lo germánico sin excluir proyectos como el libro de la señora Antonorsi ilustrado con una selección de fotografías de Aida Nölting, tomas con su cámara en 1937 durante su visita a Venezuela, en particular a Carabobo y Caracas. Desde joven estudió y trabajó con notables fotógrafos de su país y dedicó décadas a levantar inventarios fotográficos de campanarios, granjas y otros espacios rurales, trabajos que forman parte de colecciones presentes en importantes museos de Alemania.
De la autora de la vasta recopilación puede afirmarse que fue amante de los refranes y expresiones venezolanas. Por sí misma y apoyada en familiares y amigos, se dio a la tarea de explorar y compilar en disimiles escenarios y medios imaginables, incluidas otras recolecciones y publicaciones anteriores a la culminación del grueso inventario que en gran medida completa varias de las mencionadas en la bibliografía que da cuenta de otras acuciosas investigaciones que, en el Prólogo de De todo como en botica, resalta nadie menos que María Josefina Tejera (1932-2021), eminente universitaria caraqueña miembro de la Academia Venezolana de la Lengua, lexicógrafa y dialectológica, la autora entre otras obras, de tres tomos contentivos del "Diccionario de venezolanismos".
Tejera hace notar: “cada refrán es una unidad aislada completa, algunos sin verbo, joyas que el hablante une una primera parte que seguida de otra no precisamente asociada para que formen una unidad que algo enuncia o denota.”
En los refranes vertidos en su libro por Ligia Antonorsi hallamos unas 2300 palabras con las cuales, en el tiempo, fue formándose el refranero popular en el hablar de la gente más sencilla e ingeniosa. Suma cifra superior a 2000 refranes, parte apreciable incluida en el muy organizado índice de vocablos, muchos originarios de Hispanoamérica, algunos corrientes en el hablar del venezolano que los emplea en disimiles circunstancias provocadoras de expresiones alusivas a situaciones, pareceres respecto a persona, objeto, situación o idea, construcciones que con agudeza suelen contener advertencias o enseñanzas morales.
Es corriente que tales dichos populares, sin que exista sector social que deje de emplearlos, provengan de la calle en lugar de la academia, pero, muestran al venezolano. De nuestra manera más sencilla de expresar algo profundo, sentido, implícito en una breve construcción con palabras, a veces sin ordenamiento precisamente lógico pero que llega a formar ideas claras o precisas.
Otros estudiosos puntualizan que refrán es “… un dicho agudo de uso común que suele contener una advertencia o una enseñanza moral y trasmitida generalmente por tradición popular.” O, “… parte del lenguaje expresivo, pero no todas las frases expresivas son ‘refranes’.”
Los refranes son parte del lenguaje expresivo, pero no todas las frases expresivas son “refranes”.
A propósito del libro De todo como en botica, selección de refranes y dichos venezolanos, cabe recordar que si bien se hace difícil encontrar quien de pronto no recurra a refranes populares para expresarse, en todo su trajinar político y durante la plenitud del ejercicio de la primera magistratura nacional, Luis Herrera Campíns jamás evitó hacerse sentir mediante refranes para que así nadie quedara sin entender sus pareceres, alguna advertencia o critica a cierto problema, logro, postura de oponentes, simpatizantes o apoyos.