El laureado poeta y académico venezolano recibió de manos de Felipe VI de España y Leticia Ortiz, el más importante galardón de las letras castellanas
Rafael Cadenas, con el "Premio Cervantes"
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Por: Karina Sainz Borgo
Son las dos de la tarde. El escritor Rafael Cadenas aprovecha para descansar bajo la sombra de los pinos en el patio de los Filósofos de la Universidad Alcalá de Henares. Lo acompañan sus hijos Silvio y Paula. Hay alegría y celebración, también euforia entre los familiares y amigos que han viajado desde Venezuela, así como de otros lugares del mundo, para acompañar al poeta. Durante el encuentro y la charla posterior a la ceremonia de entrega del premio Cervantes que ofrecen los Reyes Felipe VI y Letizia, hubo abrazos y chanza, también ocasión para hablar con escritores, políticos y académicos. El reencuentro de una diáspora ciudadana y cultural que, al fin, puede celebrar el reconocimiento a su escritor vivo más importante.
En medio del jardín empedrado, Cadenas hace lo que los árboles firmes: da refugio y consuelo a un país castigado por el totalitarismo, la desigualdad y la pobreza. El exilio venezolano (alrededor de 7 millones en todo el mundo) ha seguido la ceremonia de entrega por Internet. El Cervantes a Cadenas es fiesta para él y para su país. El autor de 'Cuadernos del destierro', que nació en Barquisimeto, hace 93 años, ha visto gobernar y morir a tres de los grandes dictadores venezolanos: el general Juan Vicente Gómez, el general Marcos Pérez Jiménez y el teniente coronel Hugo Chávez. Su voz es, hoy más que nunca, resistencia en medio del descalabro. 'Derrota', acaso el más conocido de sus poemas, este lunes suena a triunfo y encuentro.
Encendido de azul como en aquel poema de Bergamín, el cielo de Alcalá de Henares deja entrar la luz, baña el traje y las corbatas de los invitados, se posa sobre paño sencillo de las ropas de Cadenas, que a falta de chaqué, trae puesta la buena nueva de sus palabras.
Apretujados en el intento de una foto familiar en la que cada vez entran más y más rostros llenos de gozo, intercambian abrazos nombres fundamentales de la cultura en Venezuela: desde el novelista y gestor cultural Antonio López Ortega, la artista Nella Ochoa, la ensayista Marina Gasparini, así como el editor y escritor Gustavo Guerrero hasta el banquero Juan Carlos Escotet, que desde hace décadas ha ejercido de atento lector, amigo y mecenas de los creadores venezolanos. Los rodean la escritora Rosa Montero y la poeta Olvido García Valdés. También los jóvenes poetas, entre ellos Luis Escavy, ganador del Adonais en 2022.
A las dos de una tarde cálida, la Tuna de la Universidad Alcalá de Henares se abre paso para agasajar al poeta. Bastaron tres acordes de aquella canción de Pedro Elías Gutiérrez, para que esa Venezuela representada en la veintena de escritores, artistas y periodistas que agasajan al primer premio Cervantes de ese país, acompañaran de viva voz los versos del 'Alma llanera', que retumbó entre los pinos como si lo hiciera entre araguaneyes. «Yo nací en esta Ribera del Arauca vibrador… Soy hermano de la espuma, de las garzas y las rosas. Soy hermano de la espuma, de las garzas y las rosas... Y del sol, y del sol».