Luis Ernesto Fidhel Gonzales
Nixon aseveraría que habían ocurrido ciertos cambios en las expectativas de los líderes comunistas; en especial se habían disipado las esperanzas envueltas en “una nube de dogmas marxistas” de que las naciones capitalistas entrarían en colapso. Se felicitaba por los resultados obtenidos en las cumbres presidenciales en Pekín y Moscú en febrero y mayo de 1972, respectivamente en pleno año electoral, especialmente por los tratados políticos sobre el futuro del Pacifico y acuerdos sobre la carrera nuclear con URSS.
Si bien mostró cierta renuencia hacia el mecanismo de las reuniones-cumbre, sostenía que la razón por la cual esta vez fueron “tan positivas”, residía en que los propósitos fueron muy realistas.Se levantó una leve oposición, en el sector conservador del partido Republicano. Hubert Humphrey, candidato demócrata en las elecciones de 1968, reconoció la habilidad de Nixon para reducir la oposición respecto de sus actitudes que fueron una vez objeto de controversia nacional.
LAS CUMBRES
El acercamiento con respecto a la República Popular China lo calificaba como “avance” porque era solo para abrir caminos de comunicación; en relación a los soviéticos como un “encuentro” siendo reuniones más sustantivas.El éxito estaría determinado por lo que se continúe en la relación de EEUU con estas dos grandes potencias del mundo en los próximos años.El objetivo era construir una estructura de paz “como no pudimos soñar después la Segunda Guerra Mundial” pudiendo llegar el momento aprovechando las relaciones con las superpotencias. Recordando que los periodos prolongado de paz es cuando ha habido “equilibrio de poder”.
Acotaría que uno de los peligros de las “reuniones en la cumbre” –entendiéndose por visitas presidenciales entre potencias adversarias- era que surjan de estas, una “espumosa euforia” señalando haberse formado una “euforia excesiva” en torno a las reuniones de Pekín y Moscú; asumiendo “buena parte” de la responsabilidad por ello, al ser un año electoral y querer el crédito político por lo que él creyó que fueron auténticos avances hacia una paz estable; además que algunos acuerdos adoptados en las cumbres encontraron una fuerte oposición en el Congreso. Advertiría que ningún presidente norteamericano debe ir a una reunión con un adversario al menos que conozca qué hay de otro lado, como si solamente vale el riesgo y si la reunión ha sido detalladamente planeada con antelación.
SALT I
El Presidente Nixon como el Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) Leonid Brezhnev destacaron que la reunión en Moscú de 1972, estaría dedicada al trabajo. "Esta cumbre está dirigida principalmente a la sustancia, no a los cosméticos". Los temas a tratar destacarían: Balance nuclear, comercio, empresas cooperativas, detente este-oeste, medio oriente, Vietnam.
Si bien, Brezhnev y sus colegas pudieron haber percibido que, como anticomunista certificado, Nixon podía hacer concesiones que un presidente demócrata más liberal no se atrevería a ofrecer por temor a la reacción negativa de los conservadores estadounidenses. Posteriormente ambos mandatarios nuevamente se reencontrarían en junio 1973, en los EEUU.
Del primer encuentro surgió el tratado de Limitación de Armas Estratégicas (SALT-1) y el Tratado de Misiles Antibalísticos (ABM). El SALT-1 limitaría el número de misiles balísticos intercontinentales que podía poseer cada potencia y detendría la construcción por los soviéticos de un sistema de misil antibalístico.
El proyecto de tratado firmado en Moscú fue sometido por Nixon al Senado el 13 de junio y aprobado por éste el 3 de agosto 1972; la votación fue de 80 a favor y dos en contra. El senador demócrata Henry Jackson (1912-1983) propuso una enmienda requiriéndose que no se firmara más acuerdos que no tuvieren presente la necesidad de EEUU de “mantener igualdad de armamentos” con la URSS; siendo está aprobada.Este acuerdo se amplió en Vladivostock, en 1974, producto de la cumbre presidencial Gerard Ford- Leonid Brezhnev en noviembre y Helsinki -Finlandia- en agosto de 1975.
El SALT II fue firmado en 1979, pero no ratificado por el Senado norteamericano. Kissinger observaría que no tenía sentido que un tema como el control de armamentos fuese una “prueba de fuego” para la perspectiva de paz mientras las armas soviéticas fomentaban conflictos en el Medio Oriente y Vietnam.
RELACIONES SOVIETICAS- ESTODOUNIDENSESSe suscribirían los "Principios Básicos" que orientarán las relaciones entre ambas potencias. Teniendo por propósito fundamental "hacer todo esfuerzo para eliminar la amenaza de guerra y crear las condiciones que propicien la reducción de las tensiones en el mundo y el fortalecimiento de la seguridad universal y la cooperación internacional". Nixon y Brezhnev se comprometieron a no intentar mejorar su posición geoestratégica a expensas del otro, ni directa ni indirectamente. Nixon acotaría que su viaje a Moscú no se hizo ninguna ilusión respecto a la naturaleza agresiva de las intenciones soviéticas.
Reconoce el TIME, la cumbre presidencial entre los EEUU y la República Popular China parece haber tenido un “efecto decididamente beneficioso” en la mejora de las relaciones entre EEUU y la URSS en 1971. Se llegó al acuerdo para prohibir la guerra biológica y firmaron uno preliminar para garantizar viajes más libres entre ambos sectores de Berlín, como también cambios significativos hacia un acuerdo histórico sobre la limitación de armas nucleares estratégicas.
Nixon proclamo la política de detente: entendimiento entre estados con intereses diferentes al contrario que una entente – es una alianza con intereses comunes – reconociendo con respecto a la Unión Soviética, los intereses norteamericanos son en su mayoría opuestos y continuarían siéndolo. La finalidad de la detenteera evitar la guerra nuclear, para ello era indispensable un poder norteamericano suficiente para mantener el equilibrio nuclear y la capacidad y determinación demostradas por los EEUU de disuadir la agresividad soviética.
La detente no se proponía cambiar las intenciones de los soviéticos, sino cambiar sus cálculos de costo-beneficio. No esperando que de las reuniones personales con los líderes soviéticos hicieran cambiar sus puntos de vista, sabiendo que Brezhnev y sus colegas eran todos comunistas entusiastas; creyendo si bien esas reuniones no borraban las diferencias mayores en la filosofía fundamental, podían servir para reduciré zonas de conflicto potencial y para explorar las posibilidades de colaboración en beneficio mutuo. Nixon reivindicaría en Moscú: “Creemos en el derecho de cada país a tomar su propio rumbo, escoger su propio sistema, seguir su propio camino sin interferencias de otros países”.
Como hechos concretos los EEUU firmaron varios acuerdos comerciales con la Unión Soviética, formando parte de un conjunto más amplio, en un intento de cooperación. Se pidió ayuda a los soviéticos para retirarse de Vietnam, negociación de un pacto de control de armamentos, ampliación de las relaciones de país a país y tratando de establecer una pauta de limitaciones mutuas para que las dos superpotencias resolvieran sus conflictos por la negociación y no por enfrentamientos.
También se estaba creando una red de interdependencias que diese más fuerza en crisis futuras. Se quería que los soviéticos lo pensarían “dos veces” teniendo en cuenta los costes potenciales económicos antes de provocar con un avance desestabilizador. Se estableció una línea directa entre ambos gobiernos para evitar que la guerra nuclear estallara por accidente.
Al regresar a los EEUU, Nixon señalaría con la finalidad de evitar que se “exagerará el optimismo”; que no se tenía de Moscú la promesa de paz instantánea, sino el comienzo de un proceso que pueda llevar a una paz duradera, advirtiendo que la ideología soviética todavía proclamaba su hostilidad a algunos de los valores fundamentales de América y los líderes soviéticos seguían entregados a esa ideología.
Brezhnev viajaría a los EEUU en junio de 1973; siendo el primer dirigente soviético que se dirigiría por televisión y radio. Aseveraría se habían firmado nuevos acuerdos en Washington que, en muchos aspectos, ampliaban el ámbito de la cooperación pacífica y mutuamente ventajosa entre ambas naciones.
CONTRA KISSINGERLa política exterior diseñada por la administración Nixon tuvo sus opositores destacando el senador demócrata Henry M. Jackson considerado la contrafigura o anti-Kissinger. Sostuvo que las conversaciones secretas con la URSS, Kissinger había dada mucho más de lo que recibió; agregando que solo le interesaban los éxitos personales, aunque sean momentáneos y de graves consecuencias para el futuro del país.
Fue senador por Washington, 1953, representante (1941-1953) y presidente nacional de la campaña presidencial demócrata en 1960, que tuvo por candidato presidencial a John F. Kennedy derrotando al vicepresidente Richard Nixon. Se le calificaba como un “halcón liberal”: liberal en la política interna, pero de línea dura en política exterior. Afirmo que debería expulsarse del partido a los del “borde izquierdista”. Conocido como el “senador por Boeing” debido a su énfasis por la defensa.
Considerado por neoconservador al formar parte del movimiento político que surgió en la década de los 60, desilusionados de la política exterior cada vez más pacifista del Partido Demócrata. Solían defender la promoción de la democracia e intervencionismo en los asuntos internacionales, incluida a la paz a través de la fuerza. Fueron reconocidos por su anticomunismo y radicalismo político.
POLITICA EXTERIORConcebía la política exterior como un asunto de máxima prioridad porque atañe “a nuestra propia libertad ya nuestra existencia como pueblo libre”. Siendo un área que sería mejor asegurar no perder de vista el problema real involucrado. La política exterior se realiza y se mantiene un establecimiento militar para proteger la libertad del pueblo estadounidense y las posibilidades de una paz estable y justa en un mundo difícil. Para transmitir a las generaciones estadounidenses una sociedad democrática y un mundo donde las sociedades democráticas puedan florecer.
Acotaba que se tenía los recursos para llevar a cabo una política exterior “sabia”. Faltaba incluso en los niveles más altos de gobierno, la fuerza de voluntad para tomar una posición firme y aferrarse al respecto. Lo que necesitaba más que cualquier otra cosa era una “mano firme” en un mundo tan inestable.
No había nada misterioso en las negociaciones internacionales. Se suponía que debía obtener algo por lo que se daba. Sin embargo, la política exterior de Kissinger-Ford había ayudado a los soviéticos a volverse “más poderosos, más aventureros y más amenazantes” para los intereses estadounidenses y el orden internacional que en cualquier otro momento desde la era de Stalin.
Las cosas que EEUU y los aliados occidentales necesitaban para construir una paz genuina seguía siendo "asuntos pendientes"; mientras que las cosas que el gobierno soviético quería principalmente estaban firmadas y selladas, en particular los acuerdos de Helsinki y un acuerdo SALT I lleno de lagunas que los soviéticos están explotando activamente. en una acumulación masiva de su arsenal nuclear. Los acuerdos unilaterales basados en concesiones estadounidenses unilaterales representan la peor forma de autoengaño sobre los asuntos internacionales.
Acotaba que, en algún tiempo, se había estado advirtiendo que a medida que la Unión Soviética se acercara a la igualdad militar general con los Estados Unidos, incluso a la superioridad en algunas áreas, sus líderes se volverían más oportunistas. Destacaba la opinión de un “erudito británico” que señalaba: "La Unión Soviética obtiene una confianza cada vez mayor por la gran cantidad y tamaño de las armas que posee".
JACKSON VS KISSINGERKissinger mantuvo, entre otros argumentos, la URSS a medida que iba cooperando con los EEUU, y por lo tanto perdiendo la vieja sensación de estar cercada y amenazada, suavizaría y liberalizaría su política interior. El riesgo estaría que la URSS al verse cercada, tenga problemas interiores y comprenda que los EEUU eran implacables, no le quedaría más recurso que la guerra. Continuar la carrera armamentista no tenía sentido, ni tratar de cercar a URSS, pues podía producir más que la posibilidad de una reacción brutal. Se podían tomar “riesgos por la paz” en la seguridad que estos eran menores que los que se tomen si se elegía el camino fuerte.
Jackson creía que la URSS, debía previamente liberalizar su política interior y cambiar su sistema, tras lo cual las negociaciones con los EEUU, podrían ser eficaces. Aseveraba y tuvo impacto en la opinión pública que “La URSS es un rival peligroso, imprevisible”, “La coexistencia es una trampa” “Si la fortaleza de los EEUU está en la fuerza militar, no debe abandonar ese terreno para luchar en el de la política”.
La Unión Soviética –continuaba Jackson- supo y sabe aún que los EEUU tienen un primerísimo lugar en arsenal y capacidad de fabricación de armamento y en tecnología de todas clases. El gran descubrimiento político soviético es de adelantar unas fórmulas de paz, de manera que los EEUU, acepte limitar su producción de armas, y al mismo tiempo le presten su ayuda para adelantar en el terreno técnico e industrial, de forma que a la larga los EEUU habría ayudado a la URSS a igualarles incluso a superarles. Cuando esto se produzca podría lanzarse contra los EEUU, por vía militar, por vía de la ideología y disputarle con muchas posibilidades de éxito su control sobre el mundo.
Jackson también había entendido que la distensión había proporcionado un “salvavidas económico” al sistema comunista soviético. En un discurso de abril de 1974, afirmaba que la economía soviética estaba “en grandes dificultades”. Por la política de distensión, los soviéticos, habían recurrido a Estados Unidos en busca de asistencia económica, capital, productos agrícolas, tecnología avanzada y un programa de transacciones económicas y la transferencia de tecnología sofisticada. Concluía que inevitablemente equivaldrá a ayudar al ejército, las fuerzas navales y aéreas soviéticas.
NEO CONSERVADORES
En el Congreso, el senador Jackson había prevalecido sobre Kissinger. No compartió los acuerdos de 1972, con Moscú sobre limitación de armas estratégicas; sintió que le dieron una ventaja y ofreció una enmienda que requerirían los acuerdos futuros para mantener la igualdad nuclear. Pasó por un amplio margen. Kissinger había prometió a los soviéticos un estatus comercial favorable y créditos financieros. Jackson introdujo una enmienda al Proyecto de Ley de comercio que los supeditaba a un acuerdo previo para permitir la libre emigración particularmente de la población judía que se encontraba en la Unión Soviética. Siendo aprobada.
Prometió luchar en el Senado para enviar el SALT II de vuelta a la mesa de negociación, con instrucciones a los negociadores estadounidenses para buscar "un acuerdo igualitario" que reduzca el tamaño del arsenal de misiles de la Unión Soviética. Aseveraba que el presidente Carter tenía un "mandato" del senado, después del tratado SALT I de 1972, firmado por el presidente Nixon, para buscar una segunda versión que dejara a Estados Unidos "en igualdad de condiciones" con los soviéticos en fuerza militar estratégica. “La administración tenía un mandato y lo ignoraron”.
Expresaría que el presidente Carter cometió un "grave error" al no involucrar más de cerca a los líderes bipartidistas del Senado en las negociaciones. Calificando el acuerdo de "apaciguamiento en su forma más pura".
Tras la derrota en Vietnam, el Partido Demócrata redujo temporalmente los llamamientos a la intervención como política exterior. El senador Jackson se unió a otros anticomunistas que apoyaron la intervención internacional, ayudando a inspirar a un grupo de neoconservadores. Estos apoyaron al republicano Ronald Reagan a finales de la década de 1970 por su compromiso de hacer frente al “expansionismo” soviético, quien afirmaría:
"Scoop Jackson estaba convencido de que no hay lugar para el partidismo en la política exterior y de defensa".