La historia de Ciudadano Kane, se desarrolla a partir de la muerte de un magnate de la prensa amarilla de nombre Charles Foster Kane
Ciudadano Kane, Orson Welles (1915–1985)
      A-    A    A+


Por Francisco A. Casanova S.


Es uno de los milagros del cine que, en 1941 a un director primerizo, un escritor cínico y bebedor, un director de fotografía innovador y una compañía de actores de radio y de teatro de Nueva York, recibieran las llaves de un estudio de cine y el control total de filmación e hicieran una obra maestra (Roger Ebert). Orson Welles tenía 25 años de edad cuando el estudio RKO Pictures le dio total libertad para que realizara la película que deseara. Welles nació el 6 de mayo de 1915 en Kenosha, Wisconsin. Su padre era un inventor adinerado, su madre una concertista de piano; Orson Welles estaba capacitado en magia, piano y pintura cuando era niño. Cuando su madre murió (él tenía seis años) viajó por el mundo con su padre. Quedó huérfano a los 15 años después de la muerte de su padre y se convirtió en pupilo del Dr. Maurice Bernstein de Chicago. un amigo de la familia. Fue el Dr. Bernstein quien administró el dinero dejado por la madre de Orson y, en 1934, tras la muerte de su padre Dick Welles, se convirtió en el tutor legal de su hijo. Welles se graduó en 1931 en la Escuela Todd de Woodstock, Illinois. Rechazó la oferta de la universidad para una gira de dibujo por Irlanda. Intentó sin éxito entrar en los escenarios de Londres y Broadway, viajando un poco más en Marruecos y España. Gracias a Thornton Wilder y Alexander Woollcott pudo entrar en la compañía de Katharine Cornell, con la que debutó en Nueva York como Tybalt (Romeo y Julieta) en 1934 y es aquí en donde lo conoce, lo descubre y se convierte en el “partero” de su talento, John Houseman (1902–1988), actor, director, productor, guionista de teatro, cine y televisión e inspirador de Welles y Robin Williams, entre muchos. Houseman fue director artístico, entre otros, del Festival Americano de Shakespeare, del Grupo de Teatro Profesional de la Universidad de California en Los Ángeles, de la división de teatro de la Juilliard School, y de la Acting Company, del que fue cofundador. Houseman contrata a Welles y le da un papel como septuagenario en un play del poeta y Rooseveltiano Archibald MacLeish llamado Panic.

Cuando conoce a Welles, Houseman era un productor del Proyecto Federal de Teatro financiado por la “Works Progress Administration WPA”, que formaba parte del vasto plan de recuperación económica e impulso de las artes establecido por el presidente Franklin D. Roosevelt durante la Gran Depresión. Houseman produjo un legendario musical con elementos ideológicos llamado "Cradle Will Rock", con música de Marc Blitzstein, en donde actúa Welles. Luego de este musical, en 1937, Welles de 21 años de edad y Houseman crean el Mercury Theater, que fue una compañía de teatro con repertorio independiente que produjo teatro, programas de radio y películas. El Mercury Theatre creo una serie radiofónica de 1 hora semanal llamada Mercury Theatre on the Air y gracias a ella Welles se convierte en una celebridad nacional con una de las emisiones radiofónicas más notables de todos los tiempos, "La Guerra de los Mundos", emitida el 30 de octubre de 1938. Después de tres años de altibajos y de abarcar muchos temas, Houseman y Welles cierran el Mercury Theater y se van a Hollywood. En Hollywood, el presidente de RKO Radio Pictures, George Schaefer, le ofreció a Orson Welles un inédito contrato, en especial para un principiante, para escribir, producir, dirigir y actuar, con absoluto control creativo, y dándole el derecho de corte final. La propuesta de película aceptada por el estudio fue Ciudadano Kane. Welles la coescribió, la dirigió e interpretó el papel principal. La primera versión del guion fue concebida por Herman J. Mankiewicz, con la colaboración de John Houseman y el esquema original del guion de la película se basó en la vida de William Randolph Hearst, a quien Mankiewicz conoció personalmente. Welles le pidió a Houseman que supervisara a Mankiewicz mientras terminaban el guion, por sus problemas de alcoholismo. Posteriormente, Welles condensó y reorganizó el guion y añadió escenas propias, lo cual no le resta a Mankiewicz su valiosísima aportación en el guion de Ciudadano Kane.

La historia de Ciudadano Kane, se desarrolla a partir de la muerte de un magnate de la prensa amarilla de nombre Charles Foster Kane. El día que muere, en su mansión Xanadu, pronuncia su última palabra: “rosebud”. Un noticiario da cuenta de la personalidad del multimillonario, de su imperio económico, su cadena de diarios, emisoras y fábricas. De sus ambiciones políticas, finalmente frustradas. De su vida sentimental con Emily Norton, sobrina del presidente de los Estados Unidos con la que se casó. Y de su idilio con una atractiva cantante, para quien construyó un teatro de la ópera. Todo se sabe de Kane menos una cosa ¿qué significa “rosebud”? Un periodista comienza la investigación, entrevistando a los allegados más cercanos a Kane con el objetivo de descifrar el contenido de dicha palabra.

Era el primer largometraje a ser dirigido por Welles, quien tenía conocimientos de teatro y de radio, pero a pesar de su talento e intuición necesitaba ayuda en aspectos técnicos como la fotografía, y tuvo la suerte de conocer al director de fotografía Gregg Toland, quien pasaría a la historia del cine por ser el director de fotografía de películas como: Los mejores años de nuestra vida (1946), Los miserables (1935), Calle sin salida (1937), Cumbres borrascosas (1939), Las uvas de la ira (1940), Hombres intrépidos (1940), Ciudadano Kane (1941), La loba (1941) y La mujer del obispo (1947). Lamentablemente Toland murió en 1948 a la edad de 44 años. En cuanto al reparto actoral, Welles uso principalmente actores que trajo del Mercury Theater: Joseph Cotten, Dorothy Comingore, Agnes Moorehead, Ruth Warrick, Ray Collins, Erskine Sanford, Everett Sloane, William Alland, Paul Stewart. Tuvo la gran ayuda de Bernard Herrmann para la composición musical, y de Robert Wise para el montaje y con su innato talento y genialidad, supo utilizar los conocimientos de todos ellos, utilizar las técnicas existentes en materia de profundidad de campo, claroscuro, iluminación, transición de una escena a otra, diseño de producción y genero su propia obra maestra y una de las más influyentes de la historia del cine.

El ciudadano Kane es innovadora estructuralmente y en el predominante uso de fotografía y sonido. Un nuevo realismo e integralidad de la puesta en escena, obtenido por medio del uso del objetivo gran-angular, de la profundidad de campo nítida y de las angulaciones de cámara, la compleja banda sonora de ruidos, música y diálogos veloces que se entrecruzan, son los elementos narrativos que deslumbran en la película. Entre sus grandes aportes están la utilización de la profundidad de campo, es decir cómo se utiliza la iluminación, para la composición del cuadro y los lentes que nos permiten ver todo en el mismo plano de manera que la cámara reprodujera la forma en que percibimos el espacio, con objetos en primer plano y de fondo, todos enfocados. Gregg Toland utilizó objetivos con un gran angular, abarcando un ángulo muy similar al de la visión normal del ojo. En 1941, las escenas se filmaban con diafragmas muy abiertos que producían poca profundidad de campo por lo tanto el foco de la imagen siempre estaba en los primeros planos y no en el fondo. Para lograr mayor profundidad de campo, Toland trabajo con esquemas de iluminación en donde la sombra era una herramienta más importante, más dramática y que la utilizaba para separar el primer plano del fondo y generar un espacio dentro del plano bidimensional en el que todo estaba en foco.

La profundidad de campo es especialmente tramposa porque las películas tienen dos dimensiones y se necesitan indicadores para determinar la verdadera escala de una escena. Toland utilizo este hecho como vehículo para engañar el ojo del público en dos momentos de la película. Uno es cuando Kane renuncia al control de su imperio en la oficina de Thatcher. Detrás de él en la pared hay unos ventanales que parecen de tamaño real, entonces Kane camina hasta el fondo del plano y nos damos cuenta que los ventanales son mucho más grandes y están a mucha más altura del suelo de lo que parece cuando quien se coloca debajo se ve empequeñecido. Esa era la intención para insinuar que ha perdido todo su poder. En la segunda, Kane camina hasta la gran chimenea de Xanadu y nos volvemos a dar cuenta de que esta, es mucho más grande de lo que parecía. Unido a eso, Welles introduce la utilización de decorados con techo contra la práctica habitual de aquella época, ya que los techos no aparecían porque era el lugar de los micrófonos y las luces. Welles incorpora al cine enseñanzas de la escenografía y de la puesta en escena teatral y de la utilización del sonido en los estudios radiofónicos y del viejo cine expresionista alemán (Murnau y Fritz Lang) con gamas de grises y más detalle en las sombras lo que determinaba una imagen que generaba volúmenes y profundidades.(H.J. Fontanellas)

En Ciudadano Kane, la luz aparece como un juego de luces y sombras que ayudan a dar mayor dramatismo y valor psicológico a cada una de las escenas, dirigiendo a los espectadores a los centros de atención generados por el contraste lumínico que aportaban al estado anímico de cada uno de los personajes. Se distinguen dos estilos: una luz de contrastes suaves relacionada con la juventud y la llegada al poder de Kane, y una luz muy contrastada con fuertes penumbras (expresionista) que caracteriza a la corrupción y la decadencia del personaje. Adicionalmente, Toland iluminaba los rostros de los actores no buscando la imagen bonita o estética de estos, sino una mayor profundidad emocional. El resultado final de la luz en la película surge del trabajo conjunto entre Welles y Toland, con aportes importantes de cada uno desde el punto de vista estético y técnico. Welles, en su utilización aún más extrema de la profundidad de campo y en su manera de distribuir a los actores en una composición general, volvió a la utilización intensa de la iluminación artificial que pertenecía al teatro. Utilizaba la luz al modo de los reflectores en las tablas, sombreando u oscureciendo todo aquello que no fuera relevante. Si recurría a la profundidad de foco, no era para crear un efecto naturalista sino el sorprendente efecto dramático de mostrar alguna acción primordial que ocurría en el trasfondo (como cuando Kane aparece bajo un portón en la distancia). Con todo, Welles sí estaba en libertad para intentar darle soluciones nuevas a viejos problemas técnicos, y en esto hizo obrar de maravilla la técnica que había aprendido en el teatro.

Gregg Toland pudo experimentar libremente en Ciudadano Kane. Trabajo conjuntamente con el director de arte Perry Ferguson y para cuidar el presupuesto, se utilizaron maquetas y dibujos mate que, acompañados de una cuidada iluminación, simulaban grandes escenarios. Welles experimentaba en aquellos elementos que los cineastas no lo habían hecho. El consideraba que debía ocupar las posiciones que no estaban tomadas porque el cine, en 1941, era un medio de expresión joven y el terreno virgen debía ser analizado, porque para él, lo esencial para todo artista responsable era cultivar aquello que todavía es cultivable. No actúo así por espíritu de contradicción, sino para ocupar un terreno virgen y trabajar en él. Orson Welles no solo utiliza a los personajes para relatar la historia, sino que también se basa en los movimientos de la cámara, encuadres, composición en el plano, uso de la cámara subjetiva, y la utilización de espejos para la desfragmentación de los personajes. Abundan las posiciones de cámara en contrapicado (La cámara está en posición más baja que el objeto a filmar a fin de resaltarlo como superioridad con respecto a quien observa la imagen), y también en picado (la cámara se sitúa en un plano superior al objeto a filmar. La intención es transmitir inferioridad) enalteciendo o disminuyendo a los personajes y sus interlocutores. También realiza tomas desde abajo integrando los pisos en el decorado como así también los techos.
Es una película que se construye casi en su totalidad con flashbacks, y que focaliza en el pasado, ya que si lo hiciera en el presente no tendría sentido puesto que Charles Kane ha muerto. Este cambio en la narrativa, es una característica que la separa del cine de entonces, ya que no se hacían películas que comenzaran con la muerte del protagonista. Para el montaje final, Welles se ayudó con Robert Wise quien 24 años después dirigiría La Novicia Rebelde. Welles consideraba que el único lugar en el que podía ejercer un control absoluto era la sala de montaje y en donde le imponía el ritmo a la película: “allí el director es en potencia un verdadero artista, pues yo creo que un filme no es bueno más que en la medida en que el director llega a hacerse con los diferentes materiales y no se contenta simplemente con llevamos a buen puerto”, decía. Antes de su estreno, El ciudadano Kane genero mucha polémica. A los ataques de la prensa de Hearst, se pasó a un silencio en las reseñas y en la publicidad, que perjudicó fuertemente la taquilla de la película. La columnista de la cadena Hearst, Louella Parsons, trato de perjudicar por cualquier medio la difusión de la cinta o, por lo menos, no hablar de ella. El propio Hearst y Louis B. Mayer (MGM), le ofrecieron a la RKO pagar no sólo todos los gastos de la película, sino una gran suma como indemnización, si entregaban el negativo y todas las copias para destruirlos. RKO no acepto la propuesta y la estreno a pesar de todo. Gano el Oscar al mejor guion original.

Su segundo filme, Los Magnificos Ambersons (1942), el único de los que dirigió en que no apareció como actor, tuvo graves problemas en el montaje final por encontrarse Welles de viaje en Suramérica y sufrió considerables recortes de la productora. El fracaso económico de estas dos películas indujo a RKO a rescindir el contrato; en adelante, Welles se vería obligado a trabajar con graves penurias presupuestarias, lo cual no le impidió filmar otra pelicula considerada clave, La dama de Sanghai (1947), un thriller protagonizado por Rita Hayworth, entonces su esposa. Tras rodar la primera de sus versiones de obras shakespearianas, Macbeth (1945), se exilió en Europa, cansado de las presiones de las productoras y temeroso del Macartysmo. En Europa regresó a Shakespeare con su versión de Otelo (1952), y fue galardonado con la Palma de Oro del Festival de Cannes. Gracias a la insistencia del actor Charlton Heston, protagonista y productor de la película, Welles pudo regresar a Hollywood para dirigir Touch of Evil (1958), extraordinario thriller en blanco y negro, cuya secuencia de apertura es uno de los planos secuencia más impactantes del cine. De nuevo en Europa, rodó El proceso (1962), versión de la novela homónima de Franz Kafka, y en 1965 y con producción del español Emiliano Piedra, Campanadas a medianoche, amalgama de diversos textos shakespearianos articulados alrededor de la figura de John Falstaff, papel que se reservó para él mismo y que constituyó, a todos los niveles, uno de los puntos culminantes de su trayectoria. La última etapa de su carrera como director estuvo caracterizada por la imposibilidad de lograr financiamiento para sus proyectos, unos inconclusos como Don Quijote, The deep o The other side of the Wind. Paralelamente a sus actividades como director y protagonista de sus propios filmes, desarrolló una destacada carrera como actor en la que destacan títulos como Jane Eyre (1944), de Robert Stevenson, El tercer hombre (1949), de Carol Reed, o Moby Dick (1956), de John Huston, The Long, Hot Summer (1958) de Martin Ritt. En 1971 la Academia le otorgo el Oscar Honorario por su “arte superlativo y su versatilidad en la creación de películas”. En 1975 recibió del American Film Institute el reconocimiento al conjunto de su carrera artística.

Orson Welles falleció el 9 de octubre de 1985 de un ataque al corazón en Los Ángeles. Lo encontraron postrado encima de su máquina de escribir. Por deseo expresado en su testamento, sus cenizas fueron depositadas en Ronda, Málaga, en la finca “El recreo de San Cayetano”, propiedad de su amigo, el torero Antonio Ordóñez.