Carlos Roque
Mientras el gobierno guyanés anunciaba el inicio de la producción de petróleo por la Plataforma FPSO Prosperity, en el yacimiento Payara en el área marina sin delimitar con Venezuela, una representación nacional ratificaba ante la CIJ en La Haya, el rechazo a considerar la reclamación del Esequibo en ese escenario.
En el país, en cambio, nuevas organizaciones que el viernes 17 sumaban 780.000, se activan para participar en el Referendo Consultivo convocado para el 3 de diciembre que contempla cinco preguntas sobre acciones futuras en relación al explosivo tema.
EN LA HAYA
El miércoles 15 la delegación venezolana solicitó ante la CIJ que rechace la solicitud de Guyana de impedir la realización del referendo y negó que su objetivo (como lo ha dicho el gobierno guyanés), sea para anexarse el territorio en disputa. El abogado y profesor de Derecho Internacional Makane Moise Mbengue, que forma parte de la defensa de Venezuela, aseguró: “no hay nada que permita a Guyana decir cómo deben funcionar los organismos constitucionales en el país por lo que la solicitud hecha por Georgetown se basa en una premisa injustificada”, y el embajador de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada recordó que el Acuerdo de Ginebra de 1966 sigue siendo la herramienta válida para dirimir la controversia.
En las afueras de la Corte, la Vicepresidenta Delcy Rodríguez, aseveró que una vez más Guyana, acudió a mentir y molestar a una instancia con un asunto que no es de su competencia, lo cual es “huir a la legalidad internacional”
“URGENCIA”
Para el vocero de Guyana, Carl Greenidgem, exministro y representante ante la CIJ, se trata de una situación de “urgencia”, por cuanto el referendo venezolano contempla la creación del nuevo estado “Guayana Esequiba” y otorgar la nacionalidad venezolana a sus habitantes, lo cual se considera “expansionismo” y una “amenaza existencial” para Guyana.
EXXON Y COMANDO SUR
El planteamiento venezolano advierte también sobre la creciente presencia del Comando Sur en la zona, como los ejercicios militares “Tradewinds 2023”, celebrados el mes de julio con la presencia de 1.500 efectivos de 20 países para perfeccionar técnicas de interceptación marítima, seguridad terrestre y colaboración interinstitucional, así como las repetidas advertencias de la Comandante General Laura Richardson, jefa del Comando Sur, sobre posible activación de respuestas de guerra desde el territorio en reclamación y áreas marinas aún no delimitadas.
PUNTO DE ENCUENTRO
GRISELDA REYESCuando me preguntan si votaré en el referéndum consultivo, previsto para el próximo 3 de diciembre, mi respuesta es un rotundo SÍ. Y no se trata que me arrodille ante nadie, es la necesidad imperiosa de ratificar nuestra territorialidad
Venezuela ha sido un país polarizado por décadas. Desde el ascenso del chavismo al poder, y luego con sus herederos del madurismo, nos han enfrentado como sociedad: Rojos y azules, sin medias tintas a pesar que ambos colores hacen el vinotinto, como nuestra selección nacional.
A propósito de estas rencillas, más allá de puntuales episodios deportivos como la felicidad que nos genera Yulimar Rojas, o los abanderados del mundial del béisbol, fútbol o baloncesto; en Venezuela no ha sido posible generar consensos que nos permita encontrarnos cómo los hermanos que somos.
Hoy tenemos frente a nosotros lo que podríamos considerar el primer gran punto de inflexión de esa crucial división nacional: La defensa del territorio Esequibo, una zona sobre la que no existe ninguna duda, es venezolano.
Ante al incremento de las tensiones por parte de Guyana sobre la ocupación del territorio en disputa, y la entrega en concesión a trasnacionales extranjeras de bloques petroleros que son de Venezuela; en sentido nacionalista, ha aflorado en todas las aceras.
No se trata de ser chavista o entreguista, como pretenden hacer unos pocos. Son horas en las que debemos tener claras que solo en la unión nacional encontraremos hacer frente al robo que pretenden perpetrar a la República.
Cuando me preguntan si votaré en el referéndum consultivo, previsto para el próximo 3 de diciembre, mi respuesta es un rotundo SÍ. Y no se trata que me arrodille ante nadie, es la necesidad imperiosa de ratificar nuestra territorialidad.
He leído y consultado a varios expertos en la materia. La historia de la reclamación es más que válida. Nosotros como país perdimos con el Laudo Arbitral, que la comunidad internacional aprovechó de colear frente a la ausencia de Estado en Venezuela para aquellos tiempos. De nuevo, era un país desolado y profundamente desunido.
Seis décadas más tarde, el Estado venezolano -con real sentido de Estado (valga la redundancia)- hizo valer su derecho y se logró el Acuerdo de Ginebra. Un país unificado, trabajando en un solo frente, ganó el respeto a ser escuchado en la diatriba internacional.
Hoy es ese el espíritu que debe prevalecer. A pesar de las dudas que pueden surgir sobre la política interna y externa del actual Gobierno, nos necesitamos todo para evitar ceder un milímetro de territorio.
El Esequibo es venezolano y es nuestra obligación defender. Ejerzamos la soberanía, el próximo 3 de diciembre atienda el llamado nacional. Es la oportunidad de dictar un mandato claro a quienes están hoy en el poder y a quienes pudieran asumirlo en años futuros de que todos los esfuerzos son válidos para conservar la herencia de nuestros hijos.