Leopoldo Puchi
Aunque ambos candidatos representan visiones y estilos de liderazgo diferentes, podría decirse que, en lo que respecta a Venezuela, sus posiciones coinciden en lo fundamental: reinsertar al país en la órbita estadounidense. Pero la gran incógnita es qué política concreta adoptaría cada uno de ganar las elecciones. ¿Optarán por un endurecimiento de las sanciones o más bien de un acercamiento que permita algún tipo de coexistencia?.
El interés de Estados Unidos en Venezuela es evidente y responde a factores geopolíticos, estratégicos y económicos. Por la ubicación geográfica en el Caribe y su inmensa riqueza petrolera, así como de otros recursos naturales, Washington considera que este país debe estar necesariamente dentro de su esfera de influencia. Este interés estadounidense choca con los intereses de Venezuela, lo que ha generado no solo fricciones, sino tensiones considerables.
DONALD TRUMP
Si Donald Trump gana el 5 de noviembre, la interrogante es si mantendrá la misma línea de confrontación directa de 2019 o si tomará un camino más realista. Las señales son ambiguas. Por un lado, figuras cercanas a Trump como Elon Musk y Erik Prince indican que Trump podría regresar con una política aún más dura que antes, con mayores sanciones, operaciones encubiertas o incluso un bloqueo militar.
Pero, por otro lado, la frustración de Trump con la oposición venezolana, a la que ve como un grupo de "perdedores", podría llevarlo en otra dirección. Su visión política se basa en la valoración del poder duro y considera a Nicolás Maduro un "hombre fuerte", algo que respeta en sus adversarios.
PUTINOtro factor a considerar es su conexión personal con Vladimir Putin, ya que Trump ha demostrado, en varias ocasiones, que puede adoptar políticas basadas en sus relaciones personales. Si ve a Venezuela como parte de un juego geopolítico mayor, su enfoque podría cambiar. Venezuela ha estrechado sus lazos con Moscú en los últimos años y Trump podría optar por negociar, quizá incluso a través de un 'gran acuerdo' al estilo de los reality shows que tanto le gustan.
KAMALA HARRISKamala Harris, aunque más predecible en cuanto a la continuidad de las políticas de la administración Biden, también enfrenta el dilema de cómo abordar la cuestión venezolana. Bajo su mandato, es probable que mantenga la actual política de sanciones, pero también podría optar por una mayor flexibilidad, impulsada por la necesidad de petróleo debido a la guerra en Ucrania y los conflictos en Gaza y Líbano. Un conflicto militar, esta vez en el continente americano, no sería de la conveniencia de Washington. Por ahora, Harris ha declarado que no usaría las fuerzas armadas para obligar a Maduro a entregar el poder.
Sin embargo, no ha sido explícita sobre si adoptará una línea más dura de sanciones. Es importante tener en cuenta que Harris se guía por la ideología del intervencionismo liberal, que utiliza los derechos humanos como herramienta de justificación moral para las intervenciones y la interferencia en asuntos internos.
LOS BRICSA pesar de que Brasil bloqueó el ingreso de Venezuela en los Brics, tanto Harris como Trump deberán considerar el desarrollo de este bloque. La existencia de una nueva arquitectura financiera global abre oportunidades a Venezuela para acceder a mecanismos de pago y a mercados fuera del predominio del dólar.
Los cambios en el panorama de la economía mundial complican los intentos de Estados Unidos por reinsertar a Venezuela en su esfera de influencia, lo que podría llevar al próximo presidente de ese país a considerar un enfoque más flexible y negociado que asegure el petróleo venezolano para los suministros a Occidente por medio de acuerdos sobre las sanciones.
CUÁL DE LOS DOS
Para Venezuela, la pregunta es cuál de los dos candidatos permitirá un levantamiento o alivio de sanciones para facilitar la recuperación económica y cuál resultará más peligroso para su independencia.
Un segundo mandato de Trump está lleno de incertidumbres. Aunque su historial sugiere que volvería a una posición beligerante, Trump es también un negociador y podría llegar a acuerdos si esto sirve a sus intereses. Harris, por otro lado, probablemente mantendrá la estrategia de presionar a Venezuela mediante sanciones graduales y el apoyo a la oposición.