El 9 de agosto de 1987, la corbeta colombiana ``Caldas´´ con el apoyo del submarino ``Tayrona´´, incursionó en aguas del Golfo de Venezuela, en un nuevo episodio de un largo conflicto limítrofe.
La "Caldas" en el Golfo
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Por Manuel Felipe Sierra


Las relaciones entre Venezuela y Colombia han conocido y aun conocen momentos graves que incluso han despertado el riesgo del conflicto armado. ``Esas relaciones han sido como una ruleta rusa, suben y bajan´´ ha dicho el político colombiano Julio Londoño. Cuando Jaime Lusinchi recibió el mandato presidencial en 1983, debió asumir el tema con la mayor discreción porque además de la resistencia de la opinión pública estaba reciente la repulsa militar a la llamada ``Hipótesis de Caraballeda´´ para abordar el litigio de las aguas en el Golfo de Venezuela, durante el mandato anterior de Luis Herrera Campíns. En Colombia gobernaba entonces Virgilio Barco, y la élite de ese país insistía en replantear el asunto limítrofe mientras las relaciones se complicaban con el problema social de las fronteras y la expansión del narcotráfico.

El 9 de agosto de 1987, la Corbeta ARC Caldas (FM-52) de la Armada colombiana con el apoyo del submarino Tayrona incursionó en aguas pertenecientes al Golfo lo que fue avistado por la patrullera misilística de la armada venezolana ARV Libertad (PC-14) en coordenadas al sur del Paralelo de Castilletes, lo cual activo en las horas siguientes las fuerzas navales de ambas naciones. No se trataba de una presencia accidental sino que la acción se vinculaba con un clima de agitación en Colombia que estimaba oportuno el abordaje de nuevo de la situación. El diplomático Edgar C. Otálvora refiere: ``las autoridades militares venezolanas en sus evaluaciones el día 12 estimaron que el ingreso de la Calda era una acción del gobierno colombiano buscando crear una situación prebélica que internacionalizara el conflicto limítrofe; el gobierno colombiano había tomado la iniciativa militar basada en la sorpresa por cuanto la corbeta realizaba actos de ejercicios de autoridad que Venezuela considera sobre fuera de disputa´´.

Luego de varios días de tensiones y negociaciones nerviosas en Caracas y Bogotá, el lunes 17, el presidente Barco leyó un mensaje que culminaba: ``el gobierno colombiano debe reiterar, como lo ha hecho el día de hoy el mensaje entregado al embajador de Venezuela en Bogotá, su posición respecto de los derechos que le asisten en el Golfo de Venezuela´´. En esos días se recordó una situación ocurrida el 11 de septiembre de 1952 cuando la fragata colombiana ``Almirante Padilla´´ realizo ejercicios de tiro en la zona de los Monjes en el Golfo de Venezuela. El gobierno de Bogotá alegaba que según el libro ``Limite de la República de Colombia´, el área le pertenecía a ese país ya que no existía opinión en contrario. Se desconocía que en junio de 1951 la Junta del Gobierno presidida por Germán Suarez Flamerich, emitió el Decreto 240 que incluye el Archipiélago en la jurisdicción nacional. Cuando en Caracas se conoció de las maniobras de las zonas se activo ``La Operación Caimán´´. 

El teniente coronel Marcos Pérez Jiménez, miembro de la Junta de Gobierno y además ministro de la Defensa, hizo un balance del poder relativo del combate de la fuerza armadas de los dos países. Según el oficial Félix Efraín Salas Izaguirre: ``Colombia poseía dos destructores y cinco fragatas, un mayor número de efectivos terrestres, reservas entrenadas y profesionales bien capacitados; mientras Venezuela disponía de 4 corbetas en mal estado, mayor poder de fuego individual por la votación de fusibles automáticos livianos (FAL), y una aviación muy superior con ``Camverras, Venom y Vampiros´´. Pérez Jiménez decidió llamar al servicio a las tropas excedentes, reforzar la frontera occidental y ocupar militarmente ``Los Monjes´´. El 22 de noviembre, el presidente designado Roberto Urdaneta Albeladez declarado: ``Colombia no objeta la soberanía de los Estados Unidos de Venezuela sobre el Archipiélago de los Monjes y en consecuencia, no se opone ni tiene reclamación alguna de formular al respecto´´. 

Después de un largo paréntesis, en 1965 durante los gobiernos de Raúl Leoni y Carlos Lleras Restrepo se retomo el tema limítrofe al nivel de los asuntos del petróleo para avanzar criterios sobre la reservas de crudo en el área, ante una oferta de exploración y explotación de las compañías extrajeras y las comisiones técnicas compararon finalmente incompatibles los criterios delimitadores. En los gobiernos de Rafael Caldera y Misael Pastrana Borrero a comienzo de los años 70 se realizaron nuevas gestiones pero los contactos transcendieron a la prensa y ejercieron un ruido inconveniente y las cancillerías acordaron entonces aplazar el dialogo. En 1974 los presidentes Carlos Andrés Pérez y Alfonso López Michelsen, iniciaron el firme una ronda de negociaciones y durante meses se trabajo sobre la propuesta del ``Condominio del Golfo´´ que suponía la exploración petrolífera en conjunto. Pérez sometió un proyecto de Acuerdo con los partidos, se produjo un extenso debate pero al final privó el criterio de remitir el asunto a futuros gobiernos. La llamada ``Hipótesis de Caraballeda´´, durante los gobiernos de Luis Herrera Campíns y Julio Cesar Turbay Ayala en los 80, se considera el esquema más equitativo logrado hasta entonces para una solución de la disputa. La dirigencia política le ofreció un tácito apoyo, pero se activo el rechazo de grupo ultranacionalista que contaminaron a la opinión pública. El 28 de octubre de 1980, en una asamblea de más de dos mil oficiales en Fuerte Tiuna, se leyó el proyecto del acuerdo previo pero el rechazo fue fulminante pero se llego mas allá y se critico ferozmente el hecho mismo de ``negociar con Colombia ´´. En los últimos 20 años el tema del Golfo ha sido olvidado gracias a que Venezuela y Colombia protagonizan un conflicto social y que no descarta que desemboque en operaciones de intervención militar ahora con la presencia incluso de Estados Unidos a favor de eventuales planes de Bogotá. 

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