JESÚS TE ESTÁ MIRANDO
Un ladrón entra en una casa una noche. Enciende su linterna y mira alrededor, buscando cosas de valor que llevarse.
De pronto, una voz desde la oscuridad le dice:
- Jesús sabe que tú estás aquí.
El ladrón casi se muere del susto al escuchar la voz, apaga su linterna y queda paralizado del miedo. Espera un rato y no oye nada más. Sacude la cabeza y continua.
Cuando empieza a tratar de desconectar el televisor, vuelve a escuchar claramente la voz que le dice:
- Jesús te está mirando.
Completamente aterrorizado, el ladrón mueve la luz de su linterna, buscando el origen de la voz.
Finalmente, en la esquina de la habitación, puede ver a un lorito.
- ¿Fuiste tú el que hablaste?
- Sí -le contesta el lorito- Yo solo estoy tratando de avisarte que él te está mirando.
El ladrón, relajado, le dice:
- ¿Así que me estás avisando, eh?, y... ¿quién eres tú?
- Moisés -contesta el pájaro.
- ¿Moisés? -se ríe el ladrón-. ¿Qué clase de persona le puede poner de nombre Moisés a un loro?
- La misma clase de persona que le pone por nombre "Jesús" a un ¡Rottweiler!
- ¡¡¡Agárralo, Jesús!!!...
Gracias a Pedro B.
EN EL MÉDICO
- ¿Desde cuándo tiene usted la obsesión de que es un perro?.
- Desde cachorro, doctor.
¿MUERDE?
Estaba un tipo con un perro a su lado, cuando pasa alguien y le pregunta:
- Oiga, ¿su perro muerde?.
- No señor.
Entonces se anima a pasar, pero el perro lo muerde.
- ¡Mire cómo me dejó!. ¿No me dijo que no mordía?.
- Es que este no es mi perro.
PERRO POLICÍA
Manolo es un policía que va paseando con su perro por la ciudad y se cruza con su amigo Pepe.
- Hombre Manolo, ¡cuánto tiempo sin verte!.
- Sí Pepe, es que este trabajo de policía es muy agotador.
En eso que pasa un gato y el perro ni se mueve, y le dice Pepe:
- Pero Manolo, ¿qué clase de perro es ese, que ve un gato y ni le ladra?.
- Lo que pasa Pepe, es que este perro es de la policía secreta.
EL PERRO QUE SABÍA LEER
Estaba un señor en un kiosco vendiendo periódicos con un pastor alemán, con unas cadenas de oro gruesísimas. En eso se acerca un cliente y le pregunta intrigado:
- ¿Cuánto te costó ese perro?
- Un millón de dólares -le contesta el kiosquero.
- ¿Por qué tanto? -pregunta el cliente, súper intrigado
- Es que el perro sabe leer el periódico.
- A ver, véndeme un periódico.
- Listo. Son mil dólares.
- ¿Por qué tan caro?
- Porque lo va a leer el perro. ¿No?
- Está bien, toma el dinero.
A lo cual el perro empezó a mover la cabeza de un lado a otro, como si estuviera leyendo el periódico, y el cliente ofendido le dice:
- ¿No que el perro sabia leer?
A lo que el kiosquero responde:
- Leer sí sabe. Lo que no sabe es hablar. ¡No sea tonto!.
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