Por Sjandra Rendón
Cocinar es un arte descrito como una pasión que sale desde lo más profundo del ser, que conecta casi los cinco sentidos para lograr una obra distinguida que, además, sumerge en un mar se sensaciones al comensal que en cada bocado disfruta de los sabores armónicamente combinados.
No todos cuentan con esta habilidad de saber componer ciertos alimentos en un mismo plato sin entorpecer un gusto o caer en sabores poco seductores; algunos lo estudian y la práctica hace al maestro, otros cuentan con una habilidad nata y una gracia que enaltece ese amor por la comida y el buen gusto.
Martha Monsant, es una joven caraqueña cuyo sabor familiar se enclaustró en sus venas y en su corazón, y vio la oportunidad de perfeccionar algunos platos cargados de un delicado dulzón combinado con colores, aromas y texturas tentadoras a la vista y al paladar.
Martha partió de Caracas en el año 2017 y llegó a Madrid, España, logrando calar bastante holgada en una sociedad amante de la gastronomía creativa, dejándose llevar por ese entusiasmo y amor por la comida y permitiendo que sus manos moldearan con picardía los ingredientes perfectamente integrados para complacer, desde el más sencillo, hasta el más exigente paladar.
Recientemente, la revista Vogue, publicó un artículo en el que describía a las cinco reposteras más destacadas en Madrid que utilizan el servicio de
delivery para que los amantes del dulce no pierdan oportunidad de darle a su cuerpo la alegría del azúcar y a sus ojos la armonía de los postres.
Martha, como toda una venezolana con calor de familia se destaca en estos párrafos de la revista como una joven emprendedora que inició la comercialización de la comida con la lasaña, que fue el primer plato elaborado al llegar a Madrid y que logró cautivar a sus amigas, primeramente.
Polvorosas de pollo - no solo de dulce se sabe donde MarthaAl crear su cuenta en las redes sociales comenzaron a aparecer imágenes tentadoras e inesperadas de postres que elaboraba gracias a los saberes de sus familiares como el
brownie y
dollies, este último descrito como un “postre americano popular en Venezuela elaborado con base en las nueces y caramelo de leche condensada”.
Entre sus especialidades menciona también la tarta Matilda, un postre de chocolate tal cual el que aparece en la película que lleva el mismo nombre, y las
cookies cups rellenas de
nutella. Martha cuenta en la reseña que una de sus cualidades que le ha salido a la perfección en este negocio que emprendió es la experimentación, pues se deja llevar por su instinto culinario y los resultados son fantásticos.
Ella misma prepara cada uno de los pedidos que le hacen en la ciudad de Madrid, y esta misma pasión le permite personalizar cada una de sus obras según lo que el cliente desee. Martha es sin duda una demostración más de lo que resulta cuando hacemos lo que nos gusta y los que queremos con el corazón, con el único ingrediente que sazona hasta la más sencilla preparación el amor.