Mohamed Omar habría nacido en Kandahar en 1959 y para otras fuentes vino al mundo en Oruzgán en1962, pero lo que está plenamente claro es que a principios de 1994 condujo a 30 hombres armados con 16 rifles para liberar a dos mujeres que habían sido secuestradas y violadas por los comandantes de su localidad. Su movimiento reclutó rápidamente a decenas de estudiantes de las escuelas islámicas y a finales del año el grupo talibán (estudiantes en el lenguaje pashto) capturaba la provincia de Kandahar y en abril 1996 se le confiere a Omar el titulo de Emir, después que lograra apodarse del manto del profeta Mahoma. Se cuenta que entonces frente a sus discípulos, después de la ocupación, desplegó sus regimientos a las puertas de la capital Kabul y que mientras sus ejércitos se preparaban para una batalla crucial ordenó en plena noche sacar del sarcófago el manto del profeta, Al amanecer subió al tejado del templo y mostró a sus fieles la reliquia sagrada, se la echo sobre los hombros, se arropó y se proclamó Emir.

Los talibanes toman el poder con la conquista de Kabul en 1996 en el marco de la guerra civil afgana y establecen un gobierno basado en la interpretación extrema de la ley islámica Sharia y gobernaron durante cinco años, cuando, el régimen fue derrocado en 2001 por la invasión de Afganistán liderada por Estados Unidos, conocida como “La Guerra contra el Terrorismo” y en respuesta al ataque de las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de ese año por el grupo Al-Qaeda encabezado por Osama Bin Laden quién operaba en territorio afgano-paquistaní, y fuera asesinado por agentes de la seguridad norteamericana durante el gobierno de Barack Obama en 2011 en Abotattabad, territorio de Paquistán.

El 31 de agosto de 2021 a punto de cumplirse veinte años de la ocupación se acuerda el retiro de las tropas norteamericanas y de la coalición aliada, según el acuerdo suscrito en Doha en febrero 2020 por el representante de Donald Trump y los líderes talibanes. El gobierno afgano muestra disconformidad con lo acordado y dice no respetarlo, mientras se acentúa la violencia del talibán que controla más de 70 distritos del país.

El 15 domingo 15 de agosto mientras comenzaba la evacuación militar los talibanes lograron el control de Kabul y el derrocamiento de la República Islámica de Afganistán respaldada por la coalición internacional durante dos décadas. El aeropuerto de la capital se convirtió entonces en un foco de tensiones y enfrentamientos con fuerte repercusión internacional y provocando en Estados Unidos fuertes reacciones crítica al presidente Joe Biden, no por la retirada militar ya acordada, sino por la forma de planificar y ejecutar la evacuación.

El jueves 19 en las cercanías del congestionado aeropuerto se registraron dos graves explosiones con saldo inicial de 80 muertos y 150 heridos entre ellos 13 soldados norteamericanos, ello agravó la confusión y el miedo de miles de personas en plan de abandonar ese país. Los atentados fueron atribuidos a dos suicidas del grupo radical islamista ISIS-K, una rama del conocido ISSIS formada en 2015 por extalibanes que plantean imponer la ley islámica al Centro y Sur de Asia, para establecer un régimen de Califato Mundial y que en varias ocasiones ataca a los talibanes por no “ser suficientes devotos del Islam y por su relación con países de Occidente.”

El presidente Joe Bien a prometido castigo para los autores de los ataques terroristas y ordenado nuevos ataques a territorio de Siria sobre la base de que allí operarían fuerzas iraníes, mientras los principales mandatarios de Europa advierten sobre el grave riesgo que supone un gobierno talibán en una zona estratégica para la paz, siempre que no sea el resultado de un nuevo acuerdo con en los últimos años en Afganistán. Para los analistas se abre una interrogante sin respuestas en el corto plazo. El exprimer ministro británico Tony Blair ha escrito: “Es el mayor revés geopolítico del siglo”.