–Gooordo, La Chichi se va a comprar un celular súper top. Es un poco costoso, pero vale la pena y yo también lo quiero.

–Bueno, pero ¿cuánto es “un poco costoso”?

–Mmmm, unos 950 dólares.

–¡Qué! Tú me estás pidiendo que te compre un celular de casi mil dólares para que lo uses solo para mandar stickers por Whatsapp y meterte en Instagram. Te volviste loca.

–¡Tú nunca quieres complacerme en nada!

–Claro que te puedo comprar un teléfono, pero me parece absurdo gastar esa cantidad de dinero en un equipo que no vas a saber aprovechar porque en tu día a día no necesitas un celular de alta gama.

–Aja, y según tú, entonces, ¿qué necesito?

–Te voy a decir una cosa: la tecnología de los móviles ha avanzado demasiado y eso significa que hay teléfonos buenísimos en el mercado que no cuestan un ojo de la cara. Porque realmente cuando pagas mil dólares por un equipo, créeme que no lo estás pagando por las mil maravillas que tiene, sino más bien por la marca.

Y yo te quiero demasiado como para dejarte gastar ese dineral solo por una marca. Eso aunque no lo creas es un acto de amor.

–Sí, claro, sobre todo un acto de amor… A ver, pues, dime entonces qué teléfono debería comprarme.

–Antes de salir corriendo a comprar cualquier cosa, yo te recomiendo tomar en cuenta algunas consideraciones. Lo más importante es tener un presupuesto en mente, saber el espacio de memoria interna que necesitas y, tu favorita, considerar la bendita cámara.


Es importante conocer cómo funcionan realmente los megapíxeles / Foto Shutterstock

–Gordo, me tienes requete confundida.

–Mira, no es complicado. Primero tienes que saber cuánto dinero estás dispuesta a invertir, esto determinará si el equipo será de gama baja, media o alta. Además de un tema de calidad, las gamas sirven para darte una buena idea del tiempo de uso del celular.

Por ejemplo, si estás dispuesta a invertir muy poco dinero, podrás conseguir muchísimas opciones asequibles de gama baja. Peeeeero, lo que no puedes es pretender que un celular de gama baja te dure 5 años porque simplemente han sido creados para tener un tiempo de vida más corto, y por ende, valen menos.

Mi recomendación para ti, que sé perfectamente que tienes el teléfono pegado a la mano todo el día pero que solo usas Whatsapp, Instagram y la cámara para grabar los partidos de fútbol de Fernandito, es que compres un teléfono gama media y su precio está entre los 250 y los 600 dólares.

–Eso lo entendí, pero ¿qué es lo del espacio de la memoria interna?

–Sencillo. La memoria interna de tu teléfono es el espacio donde los programadores colocaron el sistema operativo del móvil, su cerebro por así decirlo, más todas las aplicaciones que ya vienen con el teléfono. Lo que sucede es que dependiendo de la cantidad de capacidad extra que tengas, podrás tener más o menos opciones para descargar aplicaciones, jueguitos, y guardar fotos o vídeos.

Voy con un poco de teoría, pero ya verás que así es más fácil de entender. Hoy en día un teléfono cuenta con la opción de tener 8,16, 32, 64, 128 y 256 GB de memoria interna. 8 GB realmente es súper limitante, y 16 es un poco mejor pero vas a tener que estar constantemente limpiando el teléfono para que funcione correctamente. Optar por 128 o 256 en tu caso es demasiado porque tú no le das tanto uso al celular. Eso significa que puedes vivir perfectamente con un equipo que tenga entre 32 y 64 GB que te permita guardar todas las fotos que quieras y que el teléfono no se torne súper lento.

–¡Aja! Claro que ya sé de qué hablas porque justo La Chichi me dijo que tuvo ese problema, pero lo súper resolvió con una memoria externa.

–Sí y no. Mira, yo sé que la memoria externa puede ser una herramienta pero, para mí, no son más que un dolor de cabeza porque tienen muchos inconvenientes. Primero, no sirven para todas las aplicaciones, y luego, cuando hay actualizaciones, las apps que tienes en esa memoria externa no se actualizan a tiempo. Yo no las recomiendo porque sinceramente jamás van a poder sustituir realmente la capacidad de una memoria interna.

–Bueno, ahora vamos con lo que más me interesa: la cámara.

–Con la cámara en teléfonos de gama media no hay pierde. Prácticamente todas son de muy buena calidad porque es el elemento que los fabricantes más se han esforzado en mejorar. Lo que sí te voy a pedir es que por favor no caigas en la trampa de los megapíxeles.

–¿Y cuál es la trampa de los megapíxeles? ¡Cuenta!

–Yo no sé en qué momento se puso de moda hablar de la cantidad de megapíxeles. Es decir, la gente comenzó a asociar muchos megapíxeles con mucha calidad y por ende todo el mundo quería la cámara con más megapíxeles. Y lo cierto es que ese elemento solo habla de que tan grande se podrá imprimir la foto en buena resolución.

–O sea que no necesito una cámara con muchísimos megapíxeles.

–Al menos no la que más tenga del mercado. Porque de nuevo, no es que los megapíxeles tengan algo de malo, simplemente no los necesitas en tu caso y ¿para qué quieres pagar por algo a lo que no le sacarás provecho?

–¡Gordo eres lo máximo! Ya voy a ir a decirle a La Chichi que la están robando por ese teléfono carísimo que se piensa comprar.

–Sí, ve a salvarla por favor…

–Nos vemos al rato en casa. Si llegas antes revisa por favor que Fernandito ya tenga la tarea lista.

–Ok.

–¡Te amoooo!

–Bye bye