Desde hace unos 6 o 7 años estábamos comprendiendo el contexto VICA del entorno y estábamos aprendiendo nuevos patrones en el manejo del cambio individual y organizacional. VICA (VUCA en inglés) describe el entorno que estamos viviendo desde el nuevo milenio.
El ambiente en el que nos estábamos moviendo se caracteriza por
1. Volatilidad: los cambios son frecuentes e impredecibles. 2
. Incertidumbre: un evento emerge e impacta, pero no tenemos toda la información para prever qué viene después.
3. Complejidad: la interconexión forma una red de información multiforme e intrincada.
4. Ambigüedad: hay exceso de información que no permite comprender las reglas del juego. El Desarrollo Organizacional y el Coaching salieron al paso integrando gestión del cambio y emociones en la gerencia.
La pandemia ha empujado el entorno VICA y lo ha amplificado de tal forma que ha desarticulado los mejores planes estratégicos.
En una conferencia por Zoom, hace un par de años, decíamos que tal vez para el año 2026 o el 2030, el teletrabajo y la educación en línea serían la norma dentro de una cultura automatizada. Los avances de la Inteligencia Artificial, la robótica, la Inteligencia de Negocio, el veloz crecimiento del Big Data y tantas otras innovaciones, profetizaban una automatización veloz.
“La conciencia es el mayor agente de cambio”, Eckhart Tolle
Sin embargo, el Covid-19 adelantó las predicciones con el agravante de la sorpresa, la falta de preparación para entender cómo es eso del teletrabajo o cómo llevar adelante una empresa sin colaboradores presenciales. Las pequeñas empresas se vieron golpeadas (algunas mortalmente). VUCA se adueñó del escenario principal… Estamos experimentando un cambio de magnitudes insospechadas. Nos encontramos transitando nuevas experiencias personales, familiares y laborales, a la vez que adquirimos nuevas destrezas personales para navegar en esta “tormenta”.
Silenciosa y peligrosa detrás de la pandemia se está moviendo otra epidemia: la epidemia del estrés, de las emociones derrotistas, del fracaso y la impotencia. Esto vale para las personas y para las empresas. En un periodo relativamente inmediato será necesario poner la mirada en la salud mental, en lo que está pasando en silencio al interior de los líderes de las empresas, los padres de familia, los noveles teletrabajadores y los desempleados. La nueva VICA es la epidemia detrás de la pandemia. La forma como logremos responder a ella marcará nuestra posibilidad de navegar con éxito este tiempo desafiante.
Tanto empresas como individuos necesitamos potenciar nuestras destrezas emocionales y espirituales. Este es un momento para integrar una poderosa práctica organizacional y personal. La práctica Mindfulness ofrece un camino para encontrarnos con este intenso entorno VICA.
“La mejor forma de capturar momentos es prestar atención. Así es como cultivamos la atención plena. Mindfulness significa estar despierto. Significa saber lo que estás haciendo”, Jon Kabat-Zinn
Frente a la volatilidad, Mindfulness es un entrenamiento mental y emocional para mover la atención intencionalmente a reconocer lo esencial. En este sentido contribuye a integrar la visión de la vida o del negocio, resguardar la concentración y disminuir la ansiedad. Donde está tu atención, allí se dirige tu energía, este es un principio que está presente en cada práctica de Mindfulness.
Afrontando la incertidumbre, la práctica de Mindfulness está abierta a reconocer y abrazar lo impermanente como parte del fluir de la existencia. En lugar de perderte en el laberinto de lo que no es, Mindfulness dirige la atención hacia la aceptación de lo que es y a la acción de lo que “yo” puedo hacer, es decir al campo de lo posible.
Trabajando con la complejidad, Mindfulness cultiva la calma, la claridad y la creatividad. En el movimiento de reconocer y aceptar se une el de investigar y estar abierto al momento “¡AJA!” (insight). Mirar lo complejo con simplicidad, tal como es, integrarlo al hacer.
Frenar el juicio previo permite observar lo que se percibe y abrir espacio para tomar decisiones
Frente a la ambigüedad, la práctica de Mindfulness entrena una destreza fundamental: parar y mirar. Una mente en piloto automático entra en “cortocircuito” cuando reina la ambigüedad. Frenar el juicio previo, las reacciones emocionales automáticas, permite observar sin juicio lo que se percibe y abrir espacio para tomar decisiones y cultivar conductas compasivas. Además el entrenamiento para abordar emociones fuertes, estresantes y paralizadoras contribuye a accionar con mayor agilidad y flexibilidad.
Estos aspectos son esenciales para que la gestión del cambio en una empresa fluya hacia resultados significativos. Igualmente, para las personas individuales se convierten en un sendero hacia el balance emocional y la calma para tomar decisiones acertadas.
Es muy importante que empresas e individuos prestemos atención a la epidemia oculta (la del estrés, la impotencia y el fracaso). Si lo hacemos, podremos reinventarnos con mayor facilidad y salir del “virus”, aun cuando el Covid-19 esté presente.
https://hbr.org/2014/01/what-vuca-really-means-for-you
Oscar Giménez es profesor de Mindfulness, Master Coach, experto en Desarrollo Organizacional. Director en H-Connection.
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