Los proyectos artísticos son complicados. Vivir del arte (o intentarlo) es una decisión riesgosa, de resultados inciertos y no necesariamente positivos. En mi escasa experiencia, diría que los factores para conseguir eso que definimos como “éxito” son demasiados como para incluirlos en un texto de cinco mil caracteres. Sin embargo, existen dos elementos claves que por básicos que suenen no siempre suelen trabajar en conjunto: el talento y el trabajo. Si el talento es la gasolina, en la disciplina y el trabajo constante está el motor, ambos son tan necesarios como inútiles cuando no se complementan.

He podido ver con mis propios ojos decenas de ejemplos de proyectos que les falta alguno de estos dos factores de “éxito”. Artistas de un talento increíble pero con un desconocimiento absoluto de cómo exponerlo y artistas de canciones espantosas pero asesorados con buenos equipos de trabajo que se encargan de metértelas por los oídos.

Ninguno de esos ejemplos vale mencionarlo, porque de esos artistas no se escriben artículos. Sí se escriben sobre los proyectos que pusieron su gasolina en el motor adecuado. Donde el talento y el trabajo se conocen, bailan juntos y generan como resultado lo que llamamos “éxito”.

Ese ejemplo hoy se llama Anakena.



Desde el boom del V Rock entre el 2007 y el 2012, ninguna banda alternativa e independiente había podido hacer lo que han hecho Santi, Mikel, Antonio y Mara: generar un fandom, girar por distintas ciudades de Venezuela y del mundo, presentarse en las principales tarimas del país y en líneas generales poder hacer del proyecto su trabajo.

Es que si bien desde 2016 han estado sacando música esporádicamente, desde el lanzamiento del sencillo “Sanguchito”, en 2018, prácticamente no han parado. No solo con las actividades convencionales de cualquier banda como hacer conciertos y sacar EPs, discos, singles y videos, sino también editando otra serie de contenidos originales como B-sides, maquetas, documentales, podcasts, covers de sus propios temas, sesiones en vivo y hasta un grupo de WhatsApp para resolver problemas amorosos. “Una de las misiones más grandes de la banda ha sido la omnipresencia digital. No solo estar en todas las redes sociales, sino generar y diversificar los contenidos para ser consumidos en cada una de ellas”, comenta Santiago.

Adentrándonos más, la preparación podría ser también otro factor del “éxito” de Anakena. Más allá de la banda, sus integrantes han experimentado y crecido en otros proyectos propios como Estrena tu Lavadora, ClubHouse y Retrovisor, además de participar como músicos de sesión en otras bandas de la escena nacional como Los Hermanos Naturales, La Pagana Trinidad, Pakalolo, La Pequeña Revancha y tantas más.



Esa experiencia con distintos sonidos e ideas también les ha ayudado a construir una identidad, constituida sobre una fuerte influencia de la música latina y afrocaribeña. Tanto, que no niegan que ese gusto por hacer a su manera lo latino y bailable se haya convertido en su bandera. “Sí, creemos que es un sello de la banda, pero sabemos que la música latina tiene una infinidad de sonidos y raíces que nos hace falta explorar. Queremos experimentar con géneros más densos dentro del universo caribeño como la salsa, el merengue y el mambo, pero a la vez incluir elementos que podrían estar cercanos a la electrónica, el trap o el R&B”, acota Mikel.

Precisamente con el trap hay un pequeño guiño en su nuevo sencillo “Carita Triste”, una bachata con fraseos y líneas rítmicas que sutilmente juegan con el género. “La idea de incluir algo de trap nació en la sesión de composición junto a Yasmil Marrufo. Él lleva ya varios años componiendo para grandes artistas de reggaetón y es lógico que tuviese una propuesta así, no lo esperábamos para nada pero funcionó perfectamente”, advierte Mara en torno al abreboca de su segunda producción discográfica.

El reconocido productor y compositor venezolano no es la única nueva adquisición de Anakena para este nuevo lanzamiento. Santiago y Luigi Castillo, hermanos, ex integrantes de Vos Veis y mejor conocidos como SanLuis, se encargaron de la producción gracias a la gestión de la nueva agencia productora de la banda AGTE Live. “Santi y Luigi lograron alcanzar un sonido en la canción que jamás hubiésemos podido encontrar solos. Elevaron nuestro trabajo a un nivel de mucha calidad, sin perder el sonido Anakena”, enfatiza Antonio.



En fin, podría cerrar este texto diciendo que no solo el talento y el trabajo, también la preparación, la identidad y la asesoría correcta son otros de los muchos factores de “éxito” que no caben en los cinco mil caracteres (con espacios, además). Pero el problema, y también la razón por la que “éxito” ha estado entre comillas durante todo este artículo es porque sigue siendo un concepto aunque cuantificable, ambiguo. Y también maleable según la interpretación de cada persona.

Conociendo a Santi, Mikel, Antonio y Mara, sé que para ellos hacer música juntos es suficiente. Para el que firma estas palabras el “éxito” está simplemente en vivir de hacer lo que amas. Y eso lo hace Anakena más que bien (aunque tengan una carita triste).

@anakenamusica / www.anakenamusica.com