Desde hace semanas he mencionado algunas ideas para entender bien el panorama de iniciativas que cursan los nuevos tiempos. Hoy inicio un recorrido por el país para empezar a mostrar casos concretos de emprendimientos que generan sustento en las comunidades donde son desarrollados. Son tiempos de profundos cambios, entre ellos el trabajo colectivo.
Por un lado, en Caracas y Carabobo, Apö Design trazó una marca de indumentaria dirigida a mujeres y que no privilegia ni moda ni talla: hacen prendas únicas adaptables a todos los cuerpos y se favorece el estilo individual. Por el otro, Woolis, una marca merideña que desarrolla piezas con la técnica del afieltrado (needle felting) y usa materia prima exclusiva de los Andes venezolanos.
@apodesignvzla es una propuesta de ropa casual multiuso que se adapta a toda ocasión / Foto cortesía Apö Design
Reencontrarse con el cuerpo
Hace ya 6 años dos amigas, Sandy y Gio, comenzaron a ofrecer piezas exclusivas a toda mujer dispuesta a salir de la rutina y de la convención que impone la moda masiva, así iniciaron @apodesignvzla, una propuesta de ropa casual multiuso que se adapta a toda ocasión. No hacen colecciones, ni confeccionan dos piezas repetidas. Por esa razón se enfocan en un mercado interesado en propuestas originales y exclusivas.
Como parte de su filosofía han creado un grupo de mujeres embajadoras, la mayoría de ellas dueñas de negocios, promotoras sociales en barrios o asesoras de autocuidado. Cada una apoya a la otra desde sus espacios y proyectos enfocados en el bienestar femenino integral.
Toda la marca es confeccionada por mujeres, la mayoría en talleres populares, que reciben así el apoyo de un círculo que trabaja el empoderamiento femenino como una manera de sobrevivir la actual crisis económica.
Se enfocan en un mercado interesado en propuestas originales y exclusivas / Foto cortesía Apö Design
La magia de la lana merideña
Lo que se creó en 2017 como un pasatiempo por María Teresa Gutiérrez se ha convertido en una marca asociada a su terruño, gracias a las redes sociales. Mientras aprendía la técnica del afieltrado y esperaba la llegada de las agujas, ella se dedicó a recorrer el páramo merideño y así encontró pequeños productores de lana de oveja y tejedoras tradicionales en Mucuchíes, de quienes ha ido aprendiendo las técnicas de esquilmado y de confección, todo 100% ecológico.
En poco tiempo han logrado alcanzar una posición importante en el mercado artesanal de piezas coleccionables y tienen una línea de réplicas de mascotas y de fauna silvestre, su producto estrella.
Desde @woolislana un porcentaje de las ventas es dedicado a organizaciones que mejoran la calidad de vida de los animales / Foto cortesía Woolis
Para la familia representa un factor importante para el rescate del oficio, considerado patrimonio cultural de la zona. Por último, le dedican un porcentaje de sus ventas, desde @woolislana, a fundaciones y organizaciones que mejoran la calidad de vida de estos animales.