"Para mí, el arte tiene que hacerte pensar, reflexionar y hasta incomodarte. No siempre en referencia de lo que está pasando en el mundo o en el país, a veces protesto por lo que está pasando dentro de mí", manifiesta.
Callejero conceptual
Su obra, en principio de absoluta protesta social, ha ido evolucionando. Sus más recientes intervenciones presentan fuerte influencia del arte Pop -el movimiento surgido a mediados del siglo XX en Gran Bretaña y Estados Unidos, lo que le ha merecido muy buenas críticas.
Para ella la libertad y la adrenalina son sentimientos que consigue en la calle, y esta última es un inmenso universo en el que puede plasmar casi cualquier cosa. Es tan osada que ha instalado obras suyas frente a entidades públicas, lo que a su juicio "siempre es una aventura. Las autoridades me han interrogado un par de veces sin pasar de ahí, el hampa si ha hecho más emocionante alguno de los montajes”, sostiene.
"Normalmente a la hora de crear tengo dos vías, a veces tengo un concepto, una idea que quiero expresar, para ello busco una imagen, un icono que se adapte a lo que estoy pensando. Otras veces se me antoja una figura, le doy la vuelta hasta buscarle un concepto", señala la artista a quien le obsesiona el material de desecho, de reciclaje y repetido, "siento que viene cargados con una energía que le da más fuerza a la obra. Y, además, por qué no darles una segunda oportunidad a los materiales y contribuir un poco con el cuidado del planeta".
La vena artística
De pequeña su mamá la paseó por muchos museos y las galerías de Caracas, sembrando en ella el sentido estético y el amor hacia las artes plásticas y visuales.
Viene también de una familia paterna muy musical, recuerda que en casa de su abuela había desde un triángulo hasta una batería.
Su pasión por el arte nació de ella misma, pero con el tiempo lo aprovechó para el bien de su estabilidad emocional
"Siempre mi cabeza está en algo y siempre estoy buscando la vía para expresarlo. Me preocupa más bien cuando no estoy inventando algo", refiere al puntualizar que le cuesta quedarse quieta y sin movimiento.
"Como en todo hay personas que le encanta lo que hago y hay otras que no. Yo lo que busco es mover, provocar una emoción sea cual sea. Es lo que tiene el arte callejero está expuesto a todo, hasta al clima", acota.
Para Applewhite el rescate de espacios públicos es una forma de combatir la criminalidad y motivar a las personas a retomar las calles para su esparcimiento, lo que considera su aporte social.
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(*) José Miguel Rodríguez en Instagram: @jmcanta @tardesdeshow