En este sentido, es fundamental que aprendamos a ver nuestra vida, a través de una óptica diferente. Sólo así, podremos ser capaces de reconocer todos los elementos nuevos y positivos, que esta situación nos ha traído. 

Ahora, valoramos el regalo de estar vivos y saludables, les damos un nuevo significado a las diferentes áreas de nuestra vida. Nos hemos replanteado otras prioridades como mantener una buena relación con nuestras personas queridas. 

También esta situación ha permitido que aprendamos a superar la pérdida de alguien o dejar ir a ese ser tan especial; hecho que pudo ser muy doloroso al principio y que nos costó superar. 

Nos impulsó a conectarnos con quienes nos rodean, y sobretodo con la presencia de Dios en nuestro interior y su manifestación en cada persona, en medio de cada situación que hemos enfrentado. Lo más importante, es reencontrarnos con nosotros mismos, a través del descubrimiento de quiénes somos realmente. Todo esto sumado al compromiso de hacer cambios positivos para seguir creciendo y mejorando nuestra vida y la de los demás a nuestro alrededor.

A continuación te daremos algunas recomendaciones para que realices algunas prácticas que te permitirán vivir con mayor tranquilidad.

Practicar Mindfulness. Consiste en aprender a vivir desde la calma y no desde el estrés o la angustia, que es como hemos estado acostumbrados a hacerlo. Esta práctica nos permite estar en presente, calmados, atentos, abiertos, dispuestos, entregados y sobre todo conectados con el entorno. 

Además, nos da la capacidad de ampliar nuestra comprensión de los hechos, sin dejarnos afectarnos inmediatamente por ellos, practicar la empatía hacia otras personas, para conocerlos mejor, reconocer y aceptar las diferencias y experimentar una mejor relación.

Mejorar la Actitud. La actitud define la forma en la que vamos a interpretar las diferentes situaciones que enfrentamos cada día. Cuidar tus palabras y frases más comunes, tratando de que sean siempre afirmativas y positivas, buscar y resaltar todo lo bueno y lo positivo que también esté presente en cada situación, practicar la sonrisa, especialmente en los momentos en los que te encuentras solo y ensimismado en tus pensamientos, te ayudará a mantener una mejor actitud. Dicho de otro modo, responder de manera constructiva y no reactiva.

Cambiar los pensamientos negativos. El pensamiento optimista, es una de las herramientas esenciales más poderosas con la que cuenta el ser humano, pues nos permite tener una óptica diferente y más positiva de la vida y además, nos llena de motivación, energía, entusiasmo y confianza para actuar. 

Evita profundizar en las ideas negativas que lleguen a tu mente, cambia voluntariamente el foco de tu atención y crea afirmaciones positivas, que potencien tus fortalezas, capacidades y la confianza en ti mismo y en la vida.

Mantener el entusiasmo. Independientemente de la situación o las circunstancias que te hayan llevado a perder el ánimo en algún momento, ten presente que todo pasa, que hay solución y que siempre puedes darte otra oportunidad, para volver a empezar. Conéctate a través de tus recuerdos, a tus logros y a tus experiencias positivas, siente la motivación, y las ganas de salir adelante, recupera el entusiasmo, renueva la confianza en ti mismo y conéctate de nuevo, con la pasión que sientes por perseguir tus objetivos.

Fortalecer la Fe. A través de la práctica de la oración, podemos fortalecer la Fe, que no es otra cosa que tener la certeza de que no estamos solos, esto nos llevará a sentir una calma profunda, y la fortaleza que necesitamos para afrontar cualquier situación a sabiendas de que pasará y la resolveremos. Meditar, nos ayuda a tranquilizar la mente y serenar las emociones, para que desde ese estado interior de calma y conexión con la Divinidad, recuperemos la claridad y la objetividad que nos permitan estar atentos a reconocer y tomar las alternativas, las posibilidades, las oportunidades, los recursos y las herramientas que podamos necesitar.

Enfocarse en ser feliz. Vale la pena hacer una lista con todo lo bueno, lo agradable y lo importante que también está presente en nuestra vida. Este sencillo ejercicio, nos hará sentir agradecidos y desde la alegría, podremos buscar y conseguir lo que nos haga falta para complementar la felicidad, con voluntad, optimismo y determinación. Vive cada momento de la mejor manera, decide que no darás entrada a tu vida a la violencia o al malestar con el que otros viven la suya y réstale importancia a lo que en realidad no la tiene. Ser feliz es una decisión.