Carúpano le da vida al carnaval venezolano
Por Evarísto Marín: Jictzad Viña, Miss Venezuela 2005, y una turista norteamericana, Bárbara Toner, en 1969, están entre las reinas de la fiesta carupanera, por muchos años de las más alegres del país
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Cuando Bobby Capó estaba de moda con la canción del Caracol y su presencia en los bailes del hotel Ávila, en Caracas, en 1955, motivó amplias reseñas periodísticas, la furia del carnaval con agua era aún muy predominante. Por largo tiempo “¡Báñenla! ¡Báñenlo!” era el grito de guerra. Para salvarte de un chapuzón tenías que saber correr. En esa época, la Billo’s con las guarachas de Manolo Monterrey y la orquesta de Luis Alfonzo Larrain eran de lo más popular. Tan famosos como los del Ávila eran los carnavales de la clase gobernante, en el Círculo Militar. Los bailes de Pérez Jiménez y Doña Flor, la primera dama, la gran noticia social. El país estaba bajo un feroz régimen militar, pero los desfiles de carrozas en Los Próceres tenían gran esplendor.

“Hace ya tiempo / no tengo en qué vivir, / si hay lluvia aguanto lluvia, / si hay sol aguanto sol”

Al ritmo del Caracol transcurrieron los carnavales del 55, año en el que Susana Duijm, espigada morena venezolana –oficinista de la Mene Grande Oil– se alzó en Londres con el cetro de “Mis Mundo”. Trinidad y Río de Janeiro acaparaban la preferencia de los que se iban al exterior, aunque los de La Habana y los de Cartagena y Barranquilla también gozaban de mucha fama. “Se va el caimán, se va el caimán, se va para Barranquilla…”



Carúpano, El Callao y El Tigre petrolero de Anzoátegui desafiaban con sus calipsos y comparsas el desenfreno del carnaval con agua. Donde hay un trinitario y está la sonoridad de un Steel Band, el carnaval es frenesí. En El Tigre y El Callao, los trinitarios armaban la fiesta. A llegar la tarde, el carnaval con agua cesaba. Era muy común ver en los desfiles a espectadores con la cara pintada y la ropa mojada, pero a nadie se le ocurría lanzarle un vaso de agua a las comparsas. Iba preso.

El Carnaval de Carúpano tiene tradición desde los años de Guzmán Blanco. Ahora mismo y a pesar de la muy grave crisis económica que golpea al país, la alcaldía hace esfuerzos para que el alegre carnaval carupanero no desaparezca. De hecho, en su organización se trabaja fervorosamente con un comité organizador a cargo de Oscar Noriega.



Es de destacar que la gran espectacularidad del festejo carupanero se hizo sentir a partir de los años 60 del siglo pasado gracias a la genialidad de Humberto Angrisano, quien lo elevó a categoría de Carnaval Internacional. Renny Ottolina y Amador Bendayán le dieron gran despliegue en Radio Caracas TV y Venevisión; y el desfile de artistas de renombre incluyó, entre muchos, espectáculos con Doris Well, Alfredo Sadel , Lila Morillo y las principales orquestas y grupos musicales del país y del Caribe.

En 1969, cuando todavía el festejo estaba a cargo de Angrisano, la reina fue Bárbara Toner, joven turista norteamericana procedente de Washington. La belleza y espíritu festivo de las reinas carupaneras siempre ha sido espectacular. Una de ellas, la del 2005, Jictzad Viña, fue coronada ese mismo año Miss Venezuela. No lo debemos olvidar.