2020: Año crucial para la mujer
Se celebran los 25 años de la Declaración de la Plataforma de Acción de Beijing que estableció la igualdad entre mujeres y hombres como una cuestión de derechos humanos.
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En septiembre de 1995, la Declaración de la Plataforma de Acción de Beijing fue adoptada por 189 países durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada en esa ciudad de China. Dicho documento define que la igualdad entre mujeres y hombres es una cuestión de derechos humanos y tiene como objetivo hacer realidad todos los derechos de las mujeres, como vivir sin violencia, asistir a la escuela y tener igual remuneración por igual trabajo.

Para celebrar los 25 años de esa declaración ONU-Mujeres lanzó una nueva campaña: "Generación Igualdad: Por la realización de los derechos de las mujeres y un futuro igualitario". Esta iniciativa exige igualdad en la remuneración y a la hora de compartir el trabajo doméstico, fin del acoso sexual y toda forma de violencia, servicios de salud adecuados y participación igualitaria en la vida política y en la toma de decisiones en todas las esferas de su vida.


Pero todavía falta mucho. De acuerdo con el discurso de la directora ejecutiva de ONU-Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, con motivo de esta fecha, las niñas ven con decepción que la violencia no cesa y el real acceso a la educación es muy lento. “Otra meta prioritaria que agudiza nuestra impaciencia es la falta de mujeres en cargos de poder. Tres cuartos de todos los miembros parlamentarios en el mundo son hombres”, dice. Y agrega que lo peor es la desigualdad económica, pues en la medida en que las mujeres y las niñas dedican tres veces más tiempo que hombres y niños a las labores del hogar, “esto no les permite tener las mismas oportunidades en la educación, el mercado laboral y el poder adquisitivo. Es un motor generador de pobreza”.

Otras acciones coadyuvan. Un ejemplo es la campaña “HeForShe”, creada por ONU-Mujeres en 2014, cuyo objetivo es involucrar a hombres y niños animándolos a tomar medidas contra las desigualdades. Otro lo es la multiplicación de iniciativas en todo el mundo para que más chicas estudien carreras científicas.

Pero tal vez la acción más importante sea la que viene del entorno familiar. Se trata del rol de los padres y su responsabilidad en evitar la transmisión de estereotipos para no acabar realizando la triste tarea de condicionar a sus hijas para la sumisión y forjar en sus hijos las ínfulas de superioridad.