El activismo es la manera de cambiar las cosas cuando creemos que el Gobierno o las instituciones no toman en cuenta los derechos de los ciudadanos. Y actualmente las mujeres, algunas muy jóvenes, se han convertido en grandes activistas de diversos movimientos.
Es el caso de Malala Yousafzai y Greta Thunberg. Dos adolescentes perseverantes, claras y sin miedo que se han convertido a muy corta edad en activistas, una por la defensa de los derechos educacionales de las niñas y la otra preocupada por el cambio climático.
Malala Yousafzai, nacida el 12 de julio de 1997, es una activista pakistaní defensora del derecho a la educación de niñas y mujeres. Nació y se crió bajo el seno de una familia musulmana sunita y con tan solo 15 años fue objeto de un atentado talibán que casi acaba con su vida.
Greta Tintin Eleonora Ernman Thunberg, nacida en Estocolmo el 3 de enero de 2003, es una estudiante sueca que lucha contra el cambio climático y el calentamiento global. En 2018 se convirtió en una destacada líder de las huelgas estudiantiles en su país.
La lucha de uno es la lucha de todos
En 2009 comienza el camino de Malala cuando empezó a escribir, bajo el seudónimo “Gul Makai”, para la BBC sobre la vida bajo el régimen talibán. Ese mismo año publicó su primera entrada con tan solo 11 años. Pero posteriormente su identidad fue revelada.
Greta Thunberg inicia su camino en 2018 faltando todos los viernes a la escuela para hacer una huelga en solitario. Con un cartel que decía “Huelga escolar por el clima”, esta adolescente se apostaba frente al Parlamento de su país para pedir una reducción efectiva de las emisiones de carbono según lo establecido en el Acuerdo de París.
La voz contra el mundo talibán
Yousafzai siguió escribiendo para la BBC promoviendo sus ideales, reclamando en cada línea los derechos que habían sido revocados a las niñas de la zona de Swat; además dio un discurso público para recuperarlos, convirtiéndose en el objetivo de los talibanes. El 9 de octubre de 2012 Malala sufrió un atentado que casi acaba con su vida. Según su propio relato, un talibán subió a su autobús escolar y disparó al lado izquierdo de su cabeza
Después de un año de recuperación dio un paso crucial en el que demostró que había superado el accidente. A sus 16 años dio un discurso en la sede de las Naciones. “Un niño, un maestro, un libro, un lápiz pueden cambiar el mundo", dijo ante una multitud que la ovacionó de pie. En 2014 recibió el Premio Nobel de la Paz en reconocimiento a su labor.
Una condición no es sinónimo de rendición
Greta Thunberg fue diagnosticada con Síndrome de Asperger y mutismo selectivo pero eso no fue obstáculo para iniciar, en 2018, el movimiento Fridays For Future (Viernes por el Futuro) que inspiró a miles de jóvenes alrededor del mundo. Ese mismo año fue invitada a hablar en el TEDxEstocolmo y ofreció un discurso ante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP24).
A principios de 2019 participó en el Foro Mundial de Davos, en Suiza. En mayo apareció en la portada de la revista Time que la nombró “Líder de la próxima generación”. En septiembre, ante la ONU, hizo una sentencia: “Si realmente entendieran la situación no estarían sin hacer nada. Nos están fallando. Los ojos de las futuras generaciones están sobre ustedes. Nunca los perdonaremos”. Y sus palabras consiguieron eco en todo el mundo.
Estas dos chicas son claros ejemplos de un activismo social por un mejor futuro. A pesar de las dificultades no desmayan y son la voz de aquellos que no tienen el recurso de hablar. Sus luchas persiguen un bien común, mejorar la sociedad para las próximas generaciones.