Si queremos experimentar una vida plena, sentirnos más satisfechas con quienes somos, tener nuevas oportunidades y experimentar relaciones más satisfactorias, debemos rescatar nuestro valor personal para creer que sí lo merecemos y que haremos lo necesario para lograrlo. Aquí les dejo estas diez claves.
Mejora la imagen que tienes de ti misma. Comienza a mirarte con gentileza y, sin compararte con los demás, reconoce tus mejores rasgos, características y cualidades; siéntete a gusto contigo misma. Cada vez que un pensamiento negativo te intimide o te haga sentir insegura, repite frases afirmativas para potenciar tus capacidades.
Reserva tiempo para ti. Ahorra momentos de calidad para reponer tus energías y recuperar la serenidad. Diez minutos al día a solas, consciente de tu respiración y conectada con el entorno natural donde se desarrolla tu actividad diaria, pueden ser suficientes para serenarte. Incluye en tu planificación semanal alguna actividad relajante o creativa que potencie tu bienestar.
Mantente saludable. En la medida en que te sientas bien físicamente, tendrás más energía y entusiasmo para otras áreas de tu vida. Practica alguna actividad física con disciplina y regularidad, sin exigirte demasiado, y mantén una alimentación saludable. Aumentará tu bienestar.
Comparte responsabilidades. Conversa con todos los integrantes de la familia acerca de las diversas tareas del hogar. Repártelas entre todos para que se les haga más suave y entretenido. También puedes intercambiar roles y responsabilidades con tu pareja. Evita sentirte indispensable y acepta la forma diferente que cada uno tiene para hacer las cosas.
Establece límites. El deseo de complacer a todo el mundo hace que te sientas abrumada casi todo el tiempo. No te comprometas con más de lo que realmente puedas cumplir. Decir NO de vez en cuando te permitirá ahorrar tiempo de calidad para ti y hasta para los tuyos. Anímate a poner límites en las relaciones abusivas y a buscar ayuda de un buen terapeuta si fuese necesario.
Expresa tus necesidades. Atrevernos a expresar nuestras necesidades y deseos nos da la posibilidad de sentirnos más satisfechos con la vida. Hay personas que piensan que manifestar sus necesidades es señal de debilidad, pero en realidad es una muestra de confianza, fortaleza y madurez.
Comparte con tus seres queridos. Piensa en tus relaciones con la familia, los amigos y los compañeros de trabajo o estudio como una oportunidad de crecer y enriquecerte como ser humano. Comparte con ellos lo mejor de ti y conviértete en un elemento pacificador que ilumine la vida de ellos.
Da lo mejor de ti. Con el trabajo dedicado, consciente y responsable de sembrar amor, bienestar, fortaleza, valoración personal y esperanza en nuestra vida y en la de otros, podemos renovar la perspectiva que tenemos del mundo. Este es un trabajo que nos recompensa de antemano.
Mantén una actitud positiva. Cuando uno actúa o habla motivado por temor, negatividad o inseguridad termina lamentándolo en algún parte del proceso porque se deben asumir las consecuencias de haberlo hecho. Pero si lo hacemos impulsadas por una mente clara, positiva y optimista seremos más asertivas al momento de tomar decisiones y actuar.
Establece un equilibrio entre el trabajo y la casa. Es importante que cuando llegues a casa, después de un día de mucha actividad, puedas dejar afuera todas las preocupaciones para que puedas concentrar tu energía y atención en disfrutar de tu espacio y de la compañía de tus personas queridas. Recuerda repartir tu tiempo entre todas las áreas de tu vida sin descuidar tu pareja si la tienes y, sobre todo, tu bienestar personal.
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