Por Mariangela Lando Biord
Lidia, Carlota, Magda y Ángeles comenzaron a trabajar para la empresa telefónica el mismo día. Cada una llegó a la compañía llevando a cuestas su propia historia y expectativas, así como sus problemas, dramas e ilusiones. Se hicieron cómplices de crímenes, se acompañaron en momentos críticos, estuvieron juntas en las buenas y en las malas, enfrentaron injusticias y casi todas lograron vencer a la adversidad.
Ahora, cinco temporadas después, Las Chicas del Cable siguen luchando juntas. España es otra, muy distinta de la que ellas conocían. La guerra civil ha dejado su huella no solo en Madrid, sino en todo el país, y también en las amigas, en sus vidas y en sus familias.
Los enemigos se han diversificado. Los retos son cada día más difíciles de sortear. Y es que en guerra las reglas cambian, así como las técnicas y las tácticas. La supervivencia es vital.
Netflix ya colgó la mitad de la quinta temporada de Las Chicas del Cable, aunque todavía faltan seis episodios por transmitir y publicar.
Los detalles del vestuario y la ambientación están muy bien cuidados
La historia arranca a fines de la década de 1920 en una España en la que no se habla de política pero hay mucha represión policial. Las operadoras de la telefónica, las “chicas del cable”, son mujeres sin rostro y con uniforme azul encargadas de conectar llamadas. Lidia está dividida entre un antiguo y un nuevo amor, Ángeles sufre por un esposo maltratador, Carlota reta a su familia en búsqueda de libertad y Magda conoce al hombre de sus sueños. La tecnología lo amenaza todo.
La segunda temporada, también de ocho episodios, trae cambios para las chicas, sobre todo para Ángeles y Carlota. Sara se gana su puesto entre las amigas, que llegan a extremos para ayudarse entre ellas. Francisco decide su futuro y Carlos trata de ganarse a Lidia.
La tercera temporada introduce variaciones en las relaciones entre los personajes, con una doña Carmen cada día más poderosa y más centrada en sus ganancias. Magda se confunde y Ángeles conoce a un hombre 100% diferente a su esposo.
La cuarta temporada deja ver la cara más cruel de la pérfida doña Carmen, que para salvar su vida llega a extremos insospechados. Carlota entra a la política, Francisco está entre la vida la muerte y Lidia apuesta todo por su familia. El final deja a muchos con el corazón roto.
La quinta y última temporada se desarrolla nueve años después, en plena Guerra Civil. Lidia y sus amigas se unen para salvar la vida de Ángeles y Carlos saca a relucir su peor cara. Los últimos seis capítulos todavía no han sido colgados.
Esta producción española para Netflix conquista sin que uno se dé cuenta con su vestuario, decorado, actuaciones, ambientación e historias.