Se sorprenderían si supieran la cantidad de mujeres que no solo no saben dónde está su clítoris sino que tampoco saben qué hacer con él. Este “botón” de placer cuenta con 8.000 terminaciones nerviosas, el doble que el glande del pene, y está preparado para llenarse de sangre y aumentar su tamaño y sensibilidad con una simple estimulación.
Tomar un espejo y ubicarlo debe ser sin duda el primer paso. Ese día no tienes que estimularlo en modo erótico, pero sí conocerlo. Saber exactamente dónde está y cuán sensible es, pues una buena técnica de autoestimulación inicia con el autoconocimiento. Así que, sin vergüenza y en privacidad, toma un espejo y mira tu vulva. El clítoris está arriba, medio escondido pero superficial, mueve los labios de tu vulva hasta encontrarlo. Es una zona muy sensible y seguramente podrás notarlo rápidamente. Tócalo con suavidad y detecta si el tocarlo genera placer o está cerca de producir dolor.
Preferiblemente tócalo con un lubricante, saliva o en la ducha con un poco de agua para que tu dedo resbale y puedas conocer más sobre su sensibilidad.
Otro día ya es importante que prepares un ambiente más erótico, con cierta oscuridad, absoluta privacidad y tiempo libre. Tómate tu tiempo para encontrar el momento adecuado pues las interrupciones y la prisa son enemigas de este proceso. Aunque tengas mucha confianza con tu pareja, recuerda que estamos hablando de autoestimulación y no de estimulación en pareja. Primero debes aprender a tocarte antes de pedir que te toquen de cierta manera.
Ya teniendo todo listo, acuéstate y relájate. Tus piernas deben quedar entreabiertas para que tengas acceso a tu clítoris pero recuerda que la presión en la zona es amiga del placer así que quizás luego uses la unión de tus piernas para llegar al clímax. Aunque en esta primera sesión de autoestimulación no buscamos orgasmo sino autoconocimiento. Ten al lado un lubricante a base de agua para favorecer el proceso y colócalo sobre dos dedos que selecciones. Generalmente hay dos opciones: índice y medio o medio y anular. Deberás probar con una mano y luego con la otra para que sepas con cuál te va mejor. No utilizarás juguetes sexuales pues tus manos deben ser capaces de darte placer.
Prueba distintas presiones, más leve y más fuerte para saber con cuál te excitas más. También ensaya sobre la dirección más placentera de esos movimientos. ¿Circular? ¿Hacia un lado? ¿Diagonal? Recuerda que las piernas pueden ayudarte a intensificar sensaciones así que prueba cerrándolas un poco o girando levemente tu cuerpo hacia un lado en momentos clave. Todo se trata de conocerte y disfrutarte.
Mi sugerencia final es que la tercera vez que realices una autoestimulación reproduzcas los movimientos que más te gustaron en el ensayo anterior y que los acompañes de otras estimulaciones pero enfocadas en la mente: pensamientos eróticos o apoyo con videos que te resulten placenteros. Esta tercera vez sigue siendo un ensayo así que no te obsesiones con conseguir un orgasmo, pues todo el recorrido debe ser placentero y valorado. Si piensas que algo bueno debe venir estás quitándole mérito al placer presente.