Aprenda a combinar vinos y quesos
Por Ágata Carbone: Tener algunas nociones básicas de maridajes culinarios nos ayudarán a la hora de lograr una de las más exquisitas combinaciones gastronómicas
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Cuando queremos picar algo o agasajar a un invitado, el queso siempre parece una buena opción, pero hay que tener cuidado a la hora de seleccionar el vino con el que se va a acompañar.

¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de hacer este maridaje? Primero: la intensidad del queso, si es suave debe ser acompañado de un vino con las mismas características. Segundo: el tipo de leche con que fue elaborado el queso. Y por último, y no menos importante, el tipo de elaboración y si ha habido maduración en el proceso. Con estas tres características a considerar es suficiente para que el mismo sentido común nos guíe a la hora de elegir el mejor vino para acompañar los quesos. 


Algunos consejos 

Debes saber que los vinos blancos son los que mejor coinciden con los quesos blandos y de sabores fuertes, ya que el sabor del vino no se pierde. En otro orden de ideas si estás comenzando a hacer estas combinaciones, los vinos frutales o blancos dulces y los vinos de postres son los que mejor acompañan en un maridaje con quesos. Así que, de no saber elegir, esta podría ser una gran elección. Al final lo que nos interesa es que ambos productos se complementen y se potencien el uno al otro.


Un vino, un queso
En este mundo del maridaje del vino y el queso existe una suma de opciones, el objetivo de una buena combinación es resaltar los sabores que permitirán apreciar mejor las cualidades de cada producto. Las siguientes son algunas de las uniones más clásicas:

Queso parmesano: Va bien con vinos tintos jóvenes o blancos suaves (Merlot, Lambrusco, Chenin Blanc).
Queso manchego o Cheddar: Vinos tintos de buena estructura (Cabernet, Tempranillo, mezcla Cabernet-Merlot) son acompañantes excelentes.
Queso emmenthal: Vinos blancos dulces (Moscatel), espumosos semisecos, tintos jóvenes le van muy bien.
Queso azul: Es altamente combinable con vinos como Cabernet Sauvignon, Zinfandel, Tawnyport o Jerez.
Queso de cabra y queso feta: Pueden ir con un Pinot Noir o tintos de cuerpo medio. También con vinos blancos como el Dry Chenin Blanc, Sauvignon Blanc, Pinot Gris.
Queso roquefort: Los vinos espumosos secos, vinos dulces naturales o tintos estructurados (Syrah, Malbec, Cabernet; mezcla bordalesa: Cabernet, Merlot, Petit Verdot) son los recomendados.
Queso mozarella: El Sauvignon Blanc es el vino perfecto para acompañar una buena porción de mozarella.



Y finalmente, como sobre gustos no hay nada escrito, se puede comenzar con ciertas sugerencias, luego probando y conociendo lograrás elegir un estilo propio o el mejor acompañante para cada ocasión.