Uno de los asuntos que abordaron los diplomáticos que se reunieron en 1945 para crear la Organización de las Naciones Unidas fue la posibilidad de establecer una institución similar dedicada a la salud. Así nació la Organización Mundial de la Salud, estableciendo como principio que la salud es un derecho humano y que todas las personas deberían disfrutarlo en su más alto nivel. Una aspiración que ha guiado el trabajo de ese organismo.
Su constitución entró en vigor el 7 de abril de 1948, fecha que desde ese entonces se conmemora cada año mediante el Día Mundial de la Salud. “Más de 7.000 personas de más de 150 países trabajan para esa organización en 150 oficinas en países, zonas o territorios, seis oficinas regionales y la sede, que se encuentra en Ginebra, Suiza”, reseña la página web de la OMS.
Su objetivo es construir un futuro mejor y más saludable para el mundo. El personal de la institución trabaja con los gobiernos y asociados para que las personas gocen de la salud en su máxima expresión. Además de médicos, especialistas en salud pública, científicos y epidemiólogos, cuenta con personal que gestiona los sistemas administrativos, financieros y de información.
La OMS establece asociaciones con los países, el sistema de las Naciones Unidas, las organizaciones internacionales, la sociedad civil y las fundaciones e instituciones académicas y de investigación, así como con personas y comunidades en pro de la salud y en apoyo a su desarrollo.
Actividades que cambian vidas
El organismo se esfuerza en la lucha contra enfermedades infecciosas (gripe, tuberculosis, paludismo), no transmisibles (cáncer, cardíopatias) y transmisibles (como el VIH). Además ayuda a que madres y niños tengan una vida digna, velando por la salubridad del aire, los alimentos y el agua, así como los medicamentos y las vacunas que necesiten.
La promoción de la salud a lo largo del ciclo de vida permea toda su labor y tiene en cuenta la necesidad de abordar los riesgos ambientales y los determinantes sociales de la salud, así como cuestiones de género, equidad y derechos humanos.
Durante las emergencias dirige y coordina la respuesta sanitaria en apoyo a los países, efectúa evaluaciones de riesgos, determina prioridades y establece estrategias. También proporciona orientaciones técnicas de los más calificados expertos del mundo en salud pública, suministros y recursos financieros esenciales, así como supervisa y hace seguimiento de la situación sanitaria.
Importantes triunfos
Entre sus logros más resaltantes están el descubrimiento de los antibióticos actuales y el asesoramiento sobre su uso responsable; descubrimiento de vacunas; fundación del Programa Ampliado de Inmunización para llevar vacunas que salvan vidas a niños de todo el mundo; publicación de la primera lista de medicamentos esenciales (lista básica que describe los medicamentos que necesita un sistema de salud básico, seleccionada en función de la seguridad, eficacia y relación calidad-precio), y adopción del Convenio Marco para el Control del Tabaco, primer tratado mundial de salud pública de la OMS.
Las Américas y el Organismo
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) es la organización internacional especializada en salud pública de las Américas. Es la agencia especializada en salud del Sistema Interamericano y sirve como la oficina regional para las Américas de la OMS. Su sede regional, ubicada en Washington, DC, cuenta con 27 oficinas en países de la región y tres centros especializados que impulsan decisiones basadas en evidencia para mejorar la salud y promoverla como motor del desarrollo sostenible.
“Trabaja cada día con los países de la región para mejorar y proteger la salud de su población. Brinda cooperación técnica en salud a sus países miembros, combate las enfermedades transmisibles y ataca los padecimientos crónicos y sus causas, fortalece los sistemas de salud y da respuesta ante situaciones de emergencia y desastres”, reseña el portal web de la OPS.
La OPS representa a 52 países y territorios y bajo su liderazgo se establecen las prioridades sanitarias de la región para enfrentar problemas comunes que no respetan fronteras y que, en muchos casos, pueden poner en riesgo la sostenibilidad de los sistemas de salud.