Mariahé Pabón, la periodista de extensa trayectoria profesional, falleció en Miami el pasado miércoles 15 de abril.
Numerosas voces en redes sociales manifestaron su pesar y además hicieron un amplio recuento de sus grandes momentos en el quehacer informativo nacional e internacional.
Enfocados en mantener viva su esencia a través de quienes la conocieron, dejamos en esta presentación de contenido para la edición de esta semana, las hermosas palabras de Mayte Navarro.
Ella nos expresa lo que significó para quienes la conocieron de cerca y lo que representa Mariahé Pabón para las generaciones que tienen en sus manos los proyectos que dirigió con gran profesionalismo.
Mariahé Pabón fue una periodista de 360 grados
Entrevistó a Jefes de Estado, fue una de las pioneras del periodismo científico, su amor por el arte también la hizo transitar por la redacción de elocuentes notas de espectáculo.
Amiga de Celia Cruz y de Plinio Apuleyo Mendoza, compartió con Gabriel García Márquez su aventura periodística caraqueña.
No soportaba un error de ortografía y amaba la buena mesa y una conversación profunda, la que condimentaba con sus anécdotas profesionales.
Coqueta y vital fue de las periodistas de su época que lejos de temerle a la tecnología la hizo su aliada. Deja un vacío en Facebook, donde nos deleitaba con sus comentarios acertados y se convirtió en una defensora de la estética, bloqueando aquellos que hacen uso de la vulgaridad y del fanatismo irracional.
A esto se sumaba su sinceridad. Era amiga de sus amigos, una lectora empedernida y una mujer sin complejos ni temores a retos. En esta nueva etapa de su vida en Miami no abandonó el periodismo, por lo que narró para Vogue los acontecimientos en Art Basel y se sentía orgullosa de sus progresos en el aprendizaje del inglés y disfrutaba de ser una bisabuela, lo que indicaba su apego a la familia.
La partida de Mariahé no podía ser silenciosa, ni común y corriente. Se va de la mano de la noticia de primera página. Pero deja en su familia y en todos quienes fuimos sus amigos un vacío descomunal y un deseo no cumplido, leer sus memorias.
Mayte Navarro